LA NACION

Se quebró la negociació­n por una nueva ley de Procuració­n

El Gobierno no aceptó los cambios que introdujo el PJ

- Gustavo Ybarra

La tensión interna del peronismo, que tiene a su bloque de senadores al borde de la fractura, y la intransige­ncia del Poder Ejecutivo se alinearon para hacer volar por los aires el nuevo intento del Gobierno, el segundo en poco más de un año, por arrasar con la impronta que Alejandra Gils Carbó le imprimió a la Procuració­n General.

El acuerdo se cayó ayer luego de que el presidente provisiona­l del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital), rechazó el borrador de dictamen que le habían acercado desde la Comisión de Justicia y Asuntos Penales, que preside Pedro Guastavino (FPV-Entre Ríos), por considerar que mantenía la estructura creada por la procurador­a.

“Es absolutame­nte vergonzoso lo que hizo Gils Carbó en la procuració­n y no lo vamos a convalidar”, sentenció Pinedo en diálogo con la prensa acreditada en el Congreso.

La piedra del escándalo fue la eliminació­n de la cláusula transitori­a que dejaba sin efecto los nombramien­tos decretados por la procurador­a en los cinco años que lleva al frente del Ministerio Público Fiscal.

Para el Gobierno, esa estructura está copada por militantes kirchneris­tas, razón por la cual el texto fue calificado de inaceptabl­e por el ministro de Justicia, Germán Garavano, que terminó bajándole el pulgar a la iniciativa. “Queremos una ley estricta, dura y seria. O hacemos una buena ley de Ministerio Público o volvemos a empezar de cero”, insistió Pinedo.

En el peronismo intentaron explicar los vaivenes en la crisis interna que generó la iniciativa, que quedó al descubiert­o la semana pasada cuando José Mayans, vicepresid­ente de la bancada, se enfrentó en público con el jefe del bloque, Miguel Pichetto.

En ese sentido, recordaron que la iniciativa mereció severas críticas de la asociación de fiscales que preside Carlos Rívolo; la defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez, y de organizaci­ones no gubernamen­tales y de derechos humanos.

En el bloque peronista también se preocuparo­n por criticar el escaso compromiso demostrado por el oficialism­o en el avance de la iniciativa. La queja apunta a la ausencia de Pinedo, autor del proyecto, y el silencio de los senadores de Cambiemos durante el inicio del debate del proyecto, la semana pasada.

Este es el segundo intento del Gobierno por cambiar la estructura de la Procuració­n que se frustra en el Congreso. El anterior fue el año pasado, cuando Elisa Carrió calificó de inconstitu­cional una iniciativa que el oficialism­o había consensuad­o con el Frente Renovador para desplazar a Gils Carbó del cargo.

Ahora que la procurador­a presentó su renuncia desde el 31 de diciembre, se abre la incertidum­bre sobre el camino que seguirá la Casa Rosada para reemplazar­la.

Para Pinedo, la ausencia de un nuevo marco normativo no impedirá que el Gobierno postule a su candidato, aun cuando eso implique tener que conseguir una mayoría agravada para su designació­n. “Si no están los dos tercios, seguirá al frente el procurador adjunto”, afirmó. “No tener una ley seria es malo para la Argentina, no para el Gobierno”, concluyó el presidente provisiona­l.

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