Cuyo y la Patagonia: mucho más que productos regionales
Los vinos de Cuyo y los chocolates de la Patagonia son las respectivas banderas detrás de las que se encolumnan las marcas en ambas regiones. Pero no se trata sólo de ganar terreno nacional con un producto típico: una marca que no es tan profeta en su tierra como en Buenos Aires y el acercamiento de las franquicias mendocinas a mercados internacionales es sólo una demostración del poder que tienen ambas regiones para crear proyectos que van más allá de bienes que se venden en un almacén gourmet.
El Cluster Franquicias Mendoza tiene como objetivo el abordaje de mercados internacionales. “Tenemos casos de franquicias mendocinas que no están en la ciudad de Buenos Aires, pero sí lo están en Perú, Costa Rica o Ecuador porque están orientadas a ciudades intermedias”, detalla Nicolás Suraci, líder de la iniciativa. Un caso de éxito local del cluster es Tijeritas, una cadena de peluquerías infantiles con una decena de locales a nivel nacional.
En la Patagonia brillan las marcas de chocolate: desde la fueguina Laguna Negra hasta la barilochense Rapa Nui que descubrió un éxito inesperado en Buenos Aires, hoy su principal mercado. Diego Fenoglio, perteneciente a la familia pionera en elaboración de chocolate en la Patagonia, fundó la marca en 1996 y las cenizas del volcán Puyehue, las que en 2011 imposibilitaron la actividad en muchos aeropuertos del sur, lo apuraron a armar su primer local en Buenos Aires para no depender solamente del turismo.
“El posicionamiento de Rapa Nui fue desde Buenos Aires hacia el interior”, admite Fenoglio, quien también se confiesa un “obsesivo” de los locales en la Capital Federal, que recorre en bicicleta casi todos los días desde que inauguró una oficina allí. Tiene ojos extras para cuidar la atención: contrata empleados de Bariloche para todos sus locales.
Apunta que su actividad tiene algunos obstáculos de logística: “El producto del sur tiene toda una mística para el cliente porteño, pero es muy difícil que llegue en perfecto estado a Buenos Aires. El desafío acá es poder mantener la calidad y no irse con el precio”, asegura.