La amenaza menos pensada que enfrenta Apple
Los expertos alertan sobre los peligros que implica un sobredimensionamiento de la rama financiera de la empresa de la manzana
Está de moda decir que las firmas de tecnología conquistarán el sector de los servicios financieros. Pero en el caso de Apple parece que está sucediendo lo opuesto: las finanzas están dominando sigilosamente la tecnología. Desde la muerte de Steve Jobs, su cofundador, en 2011, la mayor firma del mundo de acuerdo con su valuación de mercado ha vendido cientos de millones de celulares y asistentes digitales que todo lo saben. Pero también ha desarrollado una operación financiera que ya, de acuerdo con algunas medidas, es aproximadamente la mitad del tamaño de Goldman Sachs.
Apple no tiene organizadas sus actividades financieras en una subsidiaria, pero The Economist las ha sumado. El resultado –llamémoslo “Apple Capital”– tiene US$ 262.000 millones en activos, US$ 108.000 millones de deuda y ha operado con securities por valor de US$ 1,6 billones desde 2011. Parece manejarse de modo bastante cauto y es parte de una megacompañía en ascenso, pero aun así merece ser estudiado. Hay antecedentes de compañías que se han visto perjudicadas por sus ramas financieras, como General Electric (GE) o General Motors (GM).
Apple Capital tiene muchas responsabilidades pero se destacan tres. Invierte la montaña de ganan-
cias sobrantes de la firma, principalmente en instrumentos de “alta calificación” (esta tarea parece corresponderle a Braeburn Capital, una subsidiaria en Nevada que usa algunos administradores de fondos externos). Apple Capital también usa derivados para proteger la firma contra movimientos en las cotizaciones de divisas y tasas de interés. Y administra la quinta mayor deuda corporativa de EE.UU. emitiendo bonos de Apple como parte de una estrategia elaborada para limitar los impuestos que paga.
Apple Capital se ha vuelto importante para la compañía madre. Desde que murió Jobs, sus activos aumentaron 221%, dos veces más
rápido que las ventas de la compañía, reflejando la inmensa acumulación de ganancias de Apple. Sus inversiones representan 32% del valor de mercado de Apple y sus beneficios (ingresos por inversiones, más ganancias por derivados, menos intereses) han sido el 7% de las ganancias previas a impuestos de Apple en lo que va del año. También su tamaño es importante comparado con otras firmas financieras como Goldman Sachs o GE.
Apple Capital es distinta a estas firmas en aspectos importantes. No toma depósitos y tienen mucho menos apalancamiento. En su momento de auge Goldman y GE Capital fueron conducidas por financistas duros y daban muchos préstamos. En cambio, Apple Capital no da préstamos y no se pretende que sea un centro de generación de ganancias por derecho propio. De todos modos se ha vuelto más riesgoso en tres sentidos.
Primero, Apple Capital está invirtiendo en activos más riesgosos, lo que involucra tomar riesgo crediticio. En 2011 una mayoría de sus activos eran “libres de riesgo”: dinero o bonos del Tesoro. Hoy el 68% está invertido en otros tipos de activos, principalmente bonos corporativos, que Apple dice que en general son de grado de inversión. El cambio puede explicar por qué la tasa de interés anual que Apple obtiene sobre su cartera (2%) es más alta ahora que las de otras cuatro firmas de Silicon Valley con montañas de dinero: Microsoft, Alphabet, Cisco y Oracle. En total siguen teniendo el 66% de sus carteras en activos libres de riesgo.
Segundo, la cartera de derivados de Apple se ha hecho mucho más grande. Desde 2011 su tamaño –el valor nominal de sus contratos– ha crecido 425%, a US$ 124.000 millones. Esto es aún mucho menos que el posicionamiento de los bancos grandes, pero es la tercera cartera de las firmas no financieras en EE.UU., después de GE y Ford. Por cada dólar de ventas en el extranjero, Apple tiene 89 centavos de derivados, comparado con 57 centavos para los otros cuatro gigantes tecnológicos.
La última área de mayor riesgo es la geografía dividida de Apple. Sus operaciones extranjeras nadan en efectivo mientras que su operación doméstica se ahoga en deudas. Las ganancias obtenidas en el extranjero quedan en las subsidiarias. De ese modo, Apple no paga el 35% de impuestos que cobra EE.UU. sobre ganancias repatriadas.
El negocio central de Apple es tan rentable que es (casi) inconcebible que un estallido de Apple Capital pudiera llevar a que necesite apoyo de los contribuyentes o la Reserva Federal, como fue el caso de GM y GE. Pero es fácil imaginar cómo Apple Capital podría causar daño a su compañía madre. Un shock en el mercado podría llevar a pérdidas sobre sus carteras. Una suba de dos puntos porcentuales de las tasas de interés podría resultar en una pérdida de US$ 10.000 millones. Si los mercados de bonos se secaran, Apple podría encontrar dificultades para emitir tanta deuda y tendría que repatriar fondos, lo que significaría un fuerte pago de impuestos.