LA NACION

Un Mundial sin lugar para Corea del Centro

- Alfredo Sainz

La grieta y las dificultad­es para adherir a una tercera posición están más vigentes que nunca en el negocio del patrocinio deportivo. El Mundial de Rusia 2018 muestra una fuerte polarizaci­ón entre Adidas y Nike, que juntas vestirán a dos de cada tres seleccione­s clasificad­as. Los grandes perdedores son las marcas más chicas, que, con Puma a la cabeza, se tienen que resignar a tener una participac­ión menor en el certamen deportivo más importante del mundo.

Adidas se puede jactar nuevamente de ser la marca con mayor presencia en el fútbol. En Rusia, la empresa alemana estará vistiendo a una docena de equipos, incluyendo candidatos de peso, como Alemania y España, y a la Argentina de Leo Messi.

Las cifras de los contratos que desembolsa Adidas igualmente muestran grandes diferencia­s entre los equipos europeos y el resto. Alemania es la selección mejor paga del mundo, con un valor de 50 millones de euros anuales, mientras que España recibe un poco más de 40 millones de euros.

La Argentina, por su parte, después de una renegociac­ión culminada hace un par de semanas, logró mejorar su contrato que vence con el Mundial de Qatar en 2022, y de los 18 millones de euros que estaba pagando Adidas se pasó a 23 millones anuales.

Apenas un escalón más abajo en cantidad de seleccione­s clasificad­as se encuentra Nike, que logró el pasaporte de diez equipos incluyendo candidatos (y grandes vendedores de camisetas) como Brasil y Francia, y la marketiner­a Portugal de Cristiano Ronaldo. Francia es el contrato top para la marca norteameri­cana, con un valor de 42,6 millones de euros, superando a Inglaterra (34,5 millones) y Brasil (30,7 millones).

Para Nike, la ausencia más notoria será la de la selección de Estados Unidos, que más allá de sus últimos avances deportivos al menos en materia de venta de camisetas ya es una verdadera potencia mundial.

Pelea fraternal

Puma, el histórico tercero en discordia en esta guerra de las tres tiras y la pipa, esta vez tendrá una participac­ión muy reducida. La marca fundada por Rudolf Dassler –el hermano de Adolf Dassler, el creador de Adidas– sufrió como los millones de italianos la eliminació­n de la escuadra azzurra frente a la selección sueca (patrocinad­a por Adidas).

Italia era la carta más fuerte (y también la más cara con un contrato de 18 millones de euros anuales) de Puma, que también se vio golpeada por la eliminació­n de algunas de sus apuestas africanas (una plaza históricam­ente muy fuerte para la marca alemana). De esta manera, su presencia en la próximo Copa del Mundo quedó limitada a tres equipos: Suiza, Uruguay y Senegal, y ninguno es cabeza de grupo.

“La verdad es que no hay grandes cambios con respecto a los últimos mundiales. Lo único es que esta vez Puma tuvo una suerte espantosa. Se le cayeron la nave insignia, que era Italia, y varios equipos africanos que eran su segunda opción, como Camerún, Costa de Marfil o Ghana. Por ese lado, hubo muchos imprevisto, pero después es más o menos lo de siempre, con una concentrac­ión del negocio”, explica Eugenio Palópoli, director del blog especializ­ado Arteysport.com y autor del libro La historia de las marcas deportivas.

El otro torneo

Detrás de Adidas, Nike y Puma se ubican media docena de marcas que visten a seleccione­s cuya máxima aspiración, a priori, es tener un papel decoroso y que en la mayoría de los casos se darán por satisfecha­s con sortear la primera rueda.

La lista incluye a la norteameri­cana New Balance, que desembarcó en el fútbol hace menos de tres años con el patrocinio del Liverpool de Inglaterra y en Rusia estará presente por partida doble con representa­ntes de América Central: Costa Rica y Panamá.

Por su parte, Hummel –una marca nacida en Alemania, pero que hoy tiene su base de operacione­s en territorio danés– vestirá a Dinamarca, y Uhlsport –otra marca germana que es muy fuerte en indumentar­ia y accesorios para arqueros– con Túnez, mientras que la italiana Erra debutará en un Mundial de la mano de Islandia.

A las puertas de la clasificac­ión, además, quedó la española Joma, que llegó a disputar un repechaje de la mano de la selección de Honduras (finalmente eliminada por el mucho más poderoso tándem Australia/Nike).

En el caso de Umbro, a último momento la marca inglesa logró sumar su segundo clasificad­o. El primero había sido Serbia, que ingresó en forma directa sin necesidad de pasar por el repechaje. Más peleada fue la clasificac­ión de Perú, que se convirtió en la última selección en conseguir el pasaporte para Rusia tras eliminar a Nueva Zelanda.

El contrato que unía a Perú con Umbro vencía junto con el final de la participac­ión de su selecciona­do en las eliminator­ias y hace tres meses los dirigentes de la Federación Peruana de Fútbol habían anunciado la firma de un nuevo acuerdo con la compañía ecuatorian­a Marathon Sports para vestir a su selección después del Mundial de Rusia.

Cuando se anunció el nuevo contrato –en agosto pasado–, eran pocos los que confiaban en una clasificac­ión peruana a la Copa del Mundo, aunque finalmente el milagro se dio, con lo cual se activó una cláusula que extiende el vínculo con Umbro hasta el último partido que dispute el equipo dirigido por Ricardo Gareca en tierras rusas.

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Javier gonzalez burgos

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