Desconsuelo de los familiares tras confirmarse que hubo una explosión
Un reporte internacional precisó en qué consistió el “ruido” que se había detectado; desesperanza de los parientes
“Un evento anómalo singular corto violento y no nuclear consistente con una explosión”. Con esa frase, el vocero de la Armada, Enrique Balbi, sintetizó la información que recibió el Gobierno de un organismo internacional y pareció sellar la suerte del submarino ARA San Juan, perdido desde el miércoles de la semana pasada, en el sur del Atlántico.
Así lo interpretaron los familiares
de los 44 tripulantes, que, envueltos en llanto y algunos con descompensaciones, fueron el reflejo completo de la desesperanza. La Base Naval Mar del Plata se transformó en la imagen de un final irremediable.
La explosión fue detectada tres horas después de que se produjo el último contacto con el submarino, a 30 millas de ese lugar, unos 430 kilómetros mar adentro. Pese
a estas precisiones, el operativo de búsqueda hasta ahora no arrojó novedades.
Aunque participan de las tareas embarcaciones y aeronaves de 12 países, aún no se pudo localizar el submarino. Según la Armada, el navío podría encontrarse a una profundidad de entre 200 y 3000 metros, cerca del borde de la plataforma continental.
El ruido, o, en términos navales, la “anomalía hidroacústica”, fue una explosión. Por primera vez en nueve días la Armada reveló que dos informes extranjeros coincidieron en que el miércoles de la semana pasada, apenas tres horas después de que el submarino ARA San Juan perdió contacto con las bases navales, se registró “un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión”.
La confirmación del estallido provocó el desconsuelo y la indignación de los familiares de los 44 tripulantes, quienes ayer por primera vez hablaron con la sensación de que no hay sobrevivientes. Sin entrar en polémicas ni contradecir a los familiares, desde la fuerza se esforzaron en sostener la esperanza. “No descartamos nada, todavía nos falta saber dónde están el submarino y nuestra gente”, dijo el capitán Enrique Balbi, a cargo de la comunicación oficial.
Ayer trabajaron en la zona donde se detectó la explosión seis buques, dos de ellos argentinos, que realizaron “un barrido de fondo” sin resultados positivos. Además, hubo tres destructores y una corbeta trabajando en otra área cercana, con el objetivo de “hacer también una detección activa”. A ellos se sumaron tres aeronaves que cumplieron con el plan de vuelo estipulado.
“Recibimos una información del embajador en Austria [Rafael Grossi] sobre un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”, describió por la mañana Balbi, que luego precisó que fue una “implosión”.
“Grossi es miembro también de la Organización de Control de Pruebas Nucleares, que cuenta con una red de estaciones sísmicas hidroacústicas para verificar precisamente la no realización de ensayos nucleares”, explicó el portavoz de la Armada.
Lo cierto es que esa información coincidió con el primer reporte que entregó el gobierno de los Estados Unidos. Si bien la explosión ocurrió hace nueve días, el Gobierno se enteró anteayer. El informe que entregó Estados Unidos llegó el último miérEl coles a las cuatro de la mañana a la base naval de Puerto Belgrano.
El jefe de la unidad, contraalmirante Luis Enrique González Mazzeo, y la secretaria de Servicios Logísticos del Ministerio de Defensa, Graciela Villata, viajaron a Buenos Aires y se lo trajeron personalmente al ministro Oscar Aguad, quien informó inmediatamente al presidente Mauricio Macri, que sigue minuto a minuto lo que ocurre.
Los especialistas entienden, según fuentes oficiales, que el submarino está fuera del nivel de colapso por inmersión y descartan una colisión por inmersión. La hipótesis más firme es que la explosión podría atribuirse a alguna falla.
Como publicó la nacion, la triangulación de las mediciones de los hidrófonos operados en el Atlántico Norte y en el Índico por el organismo que supervisa las pruebas nucleares dieron la precisión de tiempo, distancia e intensidad de lo que definieron como “una explosión” ocurrida a las 10.31 del 15 de noviembre, muy cerca del talud donde acaba la plataforma continental argentina. dato trascendental que acercó la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares confirma las peores presunciones: que el ARA San Juan sufrió un evento cataclísmico en plena navegación hacia Mar del Plata.
“No sabemos a qué profundidad está el submarino. La situación es crítica. Pero depende de las circunstancias de supervivencia”, contó Balbi, que se esforzó por mostrar que no hay fisuras entre la conducción del Ministerio de Defensa y los altos mandos militares.
“Estamos trabajando mancomunadamente. La Armada posee toda la información documentada, totalmente transparente”, dijo, y se quejó por la publicación de información “sin la debida rigurosidad, lo que afecta directamente a las familias”.
Aún resta saber qué pasó, cómo ocurrió la tragedia y si fue evitable. Pero en la Casa Rosada nadie quiere saber nada de hablar de responsabilidades. Al menos por ahora, Aguad está firme en su cargo. No tendrán la misma suerte el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Víctor Amrein; el del Ejército, general Diego Suñer, y especialmente el de la Armada, almirante Marcelo Srur. La decisión de cambiarlos, dijeron cerca del Presidente, estaba tomada antes de la desaparición del ARA San Juan.
Pese a que todos los indicios muestran que la Argentina se encamina hacia la confirmación de una tragedia, desde la Armada aseguraron que no cesarán los esfuerzos hasta encontrar el submarino y destacaron el operativo “histórico” que se desplegó para la pesquisa.
“Se cumplió con el plan y seguimos buscando. Vamos a continuar con el esfuerzo de búsqueda del submarino San Juan”, indicó Balbi, que en todo momento buscó bajar la tensión con los familiares.
“Entendemos a las familias, es un momento crítico. Queremos resaltar que son prioridad el respeto y la contención. Los acompañamos en la preocupación e incertidumbre. Estamos haciendo lo humanamente posible para contenerlos”, detalló Balbi en un nuevo parte brindado en el Edificio Libertad.