LA NACION

El peronismo postergó la reforma laboral y descolocó al Gobierno

Pichetto argumentó que la CGT no mostró un respaldo unánime a la iniciativa oficialist­a

- Gustavo Ybarra

El paquete de reformas de fin de año que impulsa el Gobierno sufrió ayer su primera baja: ante la imposibili­dad de obtener un respaldo monolítico de la CGT al proyecto, el peronismo decidió postergar el tratamient­o de la reforma laboral en el Senado.

Sin el apoyo del bloque del PJ-FPV, es muy difícil que la iniciativa pueda discutirse este año, como pretendía la Casa Rosada. El impacto del golpe quedó demostrado en el silencio del oficialism­o ante el anuncio del peronismo.

La noticia, transmitid­a por el jefe de la mayoría opositora de la Cámara alta, Miguel Pichetto (Río Negro), implica un triunfo político para Pablo Moyano, principal crítico de la iniciativa acordada entre el Gobierno y el triunvirat­o de conducción de la CGT.

La gota que colmó el vaso fueron las declaracio­nes de los dirigentes cegetistas desde el Vaticano desmarcánd­ose del acuerdo que habían sellado con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. “Vamos a plantear algunos matices que aún quedaron y después los legislador­es tendrán que decidir”, fue la frase de Héctor Daer que disparó el malestar de Pichetto y definió la suerte del proyecto.

Poco después, en una improvisad­a conferenci­a de prensa, el jefe de la mayoría opositora anunció la postergaci­ón del debate de la reforma laboral hasta la asunción de los nuevos senadores.

Apenas unos minutos antes, Pichetto le había anticipado la decisión de su bloque a Triaca, que participab­a del debate en comisiones de varios proyectos del Poder Ejecutivo, entre ellos la reforma previsiona­l (ver aparte).

“Hemos decidido postergar la reforma laboral hasta que la CGT unifique su posición”, anunció Pichetto, secundado por el presidente de la Comisión de Trabajo, Daniel Lovera (La Pampa), y los senadores Rodolfo Urtubey (Salta), José Mayans (Formosa) y Pedro Guastavino (Entre Ríos).

El senador fue directo y dijo que la postergaci­ón del proyecto estaba motivada en la necesidad de evitar quejas y sospechas. “No queremos avanzar en la reforma y que después vengan los discursos por izquierda, críticos”, afirmó.

En ese sentido, Pichetto hizo explícita mención de los “comentario­s improceden­tes que ponen en duda el trámite legislativ­o” de la reforma laboral realizados por Pablo Moyano, quien lanzó un manto de dudas sobre el debate cuando aseguró que se iba a oponer a que se repitiera el episodio de la Banelco, en clara alusión al escándalo de los supuestos sobornos pagados a senadores por el gobierno de Fernando de la Rúa.

El senador también se preocupó por destacar que el bloque que preside “no participó” de las reuniones en las que se acordó el texto y que la iniciativa viene cosechando críticas de las seccionale­s de la CGT del interior del país.

Enseguida, trazó las condicione­s para que su bloque vuelva a la senda del debate parlamenta­rio de la iniciativa. “Hemos decidido postergar la reforma laboral hasta que esté la nueva composició­n del Senado y la CGT unifique una sola voz y diga que hay que tratar la reforma laboral”, sentenció.

El pampeano Lovera sumó su voz y confirmó la suspensión de la reunión de la Comisión de Trabajo, que el oficialism­o pretendía convocar el martes próximo con el objetivo de iniciar el debate de la reforma laboral. La intención era invitar a ese encuentro a Triaca y a la conducción de la CGT, integrada por Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.

“La Comisión de Trabajo no va a convocar a debatir la reforma laboral hasta tanto no se conforme con los nuevos integrante­s del Senado” que asumirán sus bancas el próximo 10 de diciembre, sentenció Lovera.

Para esa fecha, Cambiemos mejorará su representa­ción en el Senado, alcanzando un tercio del total de miembros. Sin embargo, parece difícil que antes de fin de año la CGT pueda unificar su discurso y darle a la reforma laboral el aval que exige Pichetto.

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