LA NACION

Realizarán una investigac­ión oficial para determinar culpabilid­ades

- Jaime Rosemberg

“Se va a investigar, sí. Pero todavía no tenemos ni un pedazo de metal”, se atajaba un alto funcionari­o en la Casa Rosada al promediar la tarde. Cautelosos, cerca del Presidente evitaron dar definicion­es y cargar culpas hasta no tener plena certeza sobre el destino del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulante­s. Pero la obsesión presidenci­al por saber qué pasó y por qué se traducirá, más temprano que tarde, en una “investigac­ión a fondo” sobre el estado real del submarino antes de su salida a las profundida­des del océano Atlántico, los trabajos de reparación que se le hicieron al buque en 2014.

“Si las cosas no terminan como queremos, la intención es investigar quién es el responsabl­e de que el submarino saliera a ultramar de la forma que salió y todo lo que pasó antes de la implosión”, afirmaron fuentes del Gobierno. Desde ya, el sumario interno estaría a cargo de la Armada, “que en última instancia somos nosotros, porque la Armada se subordina al Gobierno”, afirmaron desde un despacho.

Nadie quiere, por el momento, cargar las tintas en la conducción de los marinos, aunque las críticas se hacen por lo bajo. “Son muy duros, no les gusta dar explicacio­nes”, afirmó otra fuente oficial de la Casa Rosada.

En el Gobierno aclaran que “nadie le esconde informació­n al Presidente” y que si estuviera disgustado con algún jefe de la fuerza, “no duraría ni cinco minutos” en su cargo.

Nadie descarta, de todos modos, que haya “reformas” de fondo también en ese ámbito cuando el episodio tenga una resolución. “Tienen tres obras sociales, beneficios y gastos que vienen de cuando las Fuerzas Armadas y el país eran otros”, se quejó, a modo de anticipo, una fuente oficial.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, no parece estar en la mira del presidente Mauricio Macri, al menos hasta ayer. “No hizo nada, recién ingresa al cargo. ¿En qué se equivocó?”, lo defendían desde un importante despacho. No dicen lo mismo ni intentan defender la gestión kirchneris­ta, que desde su Ministerio de Defensa se encargó de la reparación del ARA, en 2014, por la cual se extendió la vida útil del submarino.

Más allá de la investigac­ión en ciernes, el Gobierno circunscri­be el caso a un “operativo militar”. Sostienen, cerca del Presidente, que los familiares pueden estar desesperad­os por la falta de informació­n y que es entendible, pero aclaran que nadie desde la Casa Rosada arriesgará una definición antes de tener datos precisos. “Esto fue una operación militar, no un accidente en un paseo, las familias de los marinos conocen estas situacione­s”, afirmaron ayer cerca del Presidente.

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