Carlos Aguirre. una voz de referencia para la música litoraleña
En su nuevo disco, Calma, que presenta hoy en el CCK, el músico entrerriano se aproxima al trío de jazz
C arlos Aguirre ha logrado convertirse, con el paso de los años y de los discos, en una especie de faro de referencia de la música del litoral argentino. Aunque no haya sido de manera deliberada, muchos miraron de reojo su obra para buscar tierra firme, o incluso para navegar el Paraná (si esto es aplicable a la música).
Aguirre acaba de publicar un nuevo disco, otra de las exquisiteces que suele editar. sólo que esta vez no es un álbum de grupo ni de canciones, sino una obra instrumental tocada y grabada a la manera de trío de jazz (piano, contrabajo y batería).
Calma se llama el disco y es consecuencia de casi cuatro años de trabajo que este músico entrerriano viene realizando con el santafesino Fernando silva (contrabajo) y el cordobés Luciano Cuviello (batería).
Calma es una palabra que sirve para definir muchas cosas y en este caso pudo ser tanto la conclusión a la que se llega por el resultado del disco o por lo que Aguirre quería alcanzar cuando comenzó a pensar el disco. “es un poco todo eso –cuenta–. Un anhelo interior que busco cada vez con una intención más firme. Y por otra parte es el concepto con el que quisimos trabajar desde los primeros ensayos. es la desnudez del mensaje que se quiere dar, una simple melodía, sin artilugios que la distraigan. Un proceso en el que nos gustó poner la austeridad como eje de nuestras búsquedas. no digo con esto que hayamos logrado plasmar con claridad nuestro objetivo –se ríe–, pero al menos nos hemos detenido un buen tiempo buscándolo y sentimos que en ese transcurso fue cambiando nuestra manera de tocar esas músicas”.
–Este disco tiene más de jazz trío que de litoral. ¿Querías hacer algo así desde el comienzo?
–si bien no me veo como un pianista de jazz, ya que no tengo el bagaje de ese género por no haberlo cultivado en profundidad, reconozco que la instrumentación acerca este disco a sonoridades afines a esa estética. nos hemos dado también el espacio para improvisar e interactuar de manera espontánea, y eso también es una forma habitual del jazz. Ya desde la gestación de las composiciones y antes de que convocara a mis compañeros del trío para preparar este registro quise darle ese color, por eso pensé en esa orquestación desde el vamos y en esa manera de abordar la interpretación. Pero es importante aclarar que no es para nada un abandono de los senderos estéticos por los que he venido caminando. Hay en preparación todo un repertorio con un quinteto de guitarras en donde abordamos de lleno canciones sobre ritmos de nuestro folklore. esta búsqueda del trío es una ventana que hace tiempo tenía el deseo de abrir y la siento como un universo complementario a las otras experiencias.
–Al no ser un disco de canciones, ¿Calma es tu álbum más introspectivo?
–Ya el disco Violeta, que grabamos con el Carlos Aguirre Grupo hace unos años, inauguró en mi discografía un espacio introspectivo con un repertorio instrumental y composiciones que por su extensión proponen una actitud contemplativa en quien lo escucha. siento que
Calma de alguna manera profundiza ese vínculo con el público. Y si bien lo hemos tocado muy poquito en público podría decirte que las veces que lo hemos hecho se ha dado un hermoso estado compartido, una suerte de calma colectiva que en definitiva trasciende el hecho musical.