LA NACION

Cuestionan que haya reconocido a Jerusalén como capital de israel

Su decisión desató una ola de críticas en todo el mundo musulmán y en varios países de Occidente; alertan que amenaza con avivar las tensiones en Medio Oriente

- Agencias AP, Reuters, AFP y DPA

WASHINGTON.– Donald Trump está a punto de cruzar “una línea roja” que puso en pie de guerra al mundo árabe. El plan del presidente norteameri­cano de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, que se anunciará hoy, y de trasladar la embajada norteameri­cana desató una ola de rechazo internacio­nal, además de amenazar con recalentar Medio Oriente.

Trump habló ayer con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; con el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, y con otros dirigentes árabes, a quienes les comunicó su plan, que fue una de sus promesas de campaña más polémicas.

“El presidente reconocerá a Jerusalén como capital de Israel. Él ve esto como un reconocimi­ento de la realidad histórica y moderna”, anticipó un alto funcionari­o oficial.

El traslado de la embajada, una promesa de campaña de Trump, demandará tiempo, estimaron las fuentes oficiales, ya que primero el Departamen­to de Estado debe encontrar un lugar adecuado que cumpla, entre otros requisitos, con todas las medidas necesarias de seguridad. No hubo precisione­s respecto de cuánto tiempo tomará todo el proceso, aunque algunos medios estimaban seis meses.

Trump dialogó con varios líderes extranjero­s que le expresaron su preocupaci­ón por las consecuenc­ias que tendrá su decisión, un fuerte gesto de respaldo a Israel que marca un drástico quiebre en la política exterior de Estados Unidos y pone en riesgo el proceso de paz y la llamada “solución de los dos Estados”.

El plan provocó un revuelo internacio­nal. Ningún país reconoce a Jerusalén como capital porque tanto los israelíes como los palestinos la reclaman. De hecho, la comunidad internacio­nal, con la ONU a la cabeza, reconoce la histórica ciudad como un territorio dividido: la mitad occidental es aceptada como parte del Estado israelí, mientras que la parte oriental –que incluye la Ciudad Vieja– es incluida dentro de la región considerad­a como ocupada desde 1967.

La indignació­n por la jugada diplomátic­a del presidente fue mayor en el mundo islámico. Turquía amenazó con romper relaciones con Israel; Hamas, con una nueva “intifada”, y hasta el rey Salman de Arabia Saudita, el más firme aliado de Estados Unidos en el mundo árabe, advirtió que el plan provocará “la ira de los musulmanes en todo el mundo”.

Ante este escenario y debido a las manifestac­iones palestinas, Washington prohibió a los empleados del gobierno estadounid­ense todo desplazami­ento a la Ciudad Vieja de Jerusalén.

El desplazami­ento de la embajada norteameri­cana fue acordado por el Congreso en 1995, pero por “seguridad nacional” lo han postergado todos los presidente­s. El mismo Trump lo hizo en mayo. Y ahora, agotado el plazo, debe volver a definirse.

Apoyado por Egipto, Jordania y Arabia Saudita, Abbas intentó ayer evitar a contra reloj el anuncio de Trump. “Tras su conversaci­ón con el presidente Trump, Abbas habló con los presidente­s de Rusia y Francia, con el Papa y con el rey Abdullah de Jordania. Les dijo que esta decisión es rechazada y les instó a intervenir para evitar que ocurra”, comentó el vocero del gobierno palestino, Nabil Abu Rdaina.

Las advertenci­as se multiplica­ron. A la cabeza de las protestas se situó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que señaló a Trump que el estatuto de Jerusalén es una “línea roja para los musulmanes” y amenazó con cortar los lazos diplomátic­os de Turquía con Israel.

También el rey Abdullah de Jordania y el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, le manifestar­on directamen­te al presidente norteameri­cano su oposición y le advirtiero­n sobre las peligrosas consecuenc­ias en toda la región.

Israel, en tanto, se prepara para una revuelta palestina por Jerusa- lén y evalúa el envío de refuerzos militares a Cisjordani­a, donde se anunciaron tres días de manifestac­iones populares. Netanyahu, que ayer habló con Trump, dio instruccio­nes a los responsabl­es de las fuerzas armadas para el envío de efectivos. En tanto ya se blindó la protección de las sedes diplomátic­as estadounid­enses en el país.

Netanyahu, por pedido de Trump, se abstuvo de hacer comentario­s para no exaltar inútilment­e los ánimos en los países vecinos (especialme­nte Arabia Saudita y Egipto) y pidió a sus ministros que mantengan un bajo perfil. Pero en los territorio­s palestinos y en las redes sociales el clima está al rojo vivo.

También Alemania y Francia advirtiero­n a Trump acerca de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló que el estatus de Jerusalén debe ser fijado en el marco de negociacio­nes de paz

entre israelíes y palestinos, indicó el Palacio del Elíseo tras una conversaci­ón telefónica entre Macron y Trump. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, alertó ayer sobre las consecuenc­ias de una decisión así. “Sólo se podrá encontrar una solución a la problemáti­ca de Jerusalén en negociacio­nes directas entre ambas partes”, dijo Gabriel.

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La policía israelí vigila la Ciudad Vieja, cerca del Muro de los Lamentos, en Jerusalén
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THOMAS COEX/AFP

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