Mala nota en lectura para chicos porteños
Así surge de la prueba Pirls, una de las evaluaciones internacionales más respetadas; es la primera vez que la ciudad participa de forma independiente
PARÍS.– Los resultados de una de las evaluaciones de aprendizaje más respetadas globalmente, el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (Pirls, por sus siglas en inglés), se conocieron ayer en todo el mundo. Los niveles de aprendizaje de escuelas primarias porteñas, que junto con Chile fueron los únicos sistemas educativos de América latina evaluados entre 50 países y 11 ciudades y provincias de otras regiones, son preocupantes.
Los alumnos de 4º grado de la ciudad obtuvieron un promedio de 480 puntos en comprensión lectora y Chile, de 494, ambos por debajo de los 500 fijados como referencia comparativa por la Asociación Internacional para la Evaluación de los Logros Educativos (IEA, por sus siglas en inglés), organización internacional independiente en la que converge el trabajo de instituciones científicas, organizaciones gubernamentales dedicadas a la investigación y académicos y especialistas de distintos países.
La ciudad de Buenos Aires y Chile son los dos sistemas de América latina que fueron evaluados. De los 61 sistemas evaluados, 45 muestran mejor desempeño que la CABA, cuyos resultados la ubicaron en la posición 46 del ranking. Chile quedó en el puesto 44. En otras pruebas, como las polémicas PISA, que implementa la OCDE, los logros porteños suelen estar por debajo de los niveles de aprendizaje alcanzados por Chile como país.
Para la IEA, un puntaje de entre 400 y 474 puntos se considera un nivel bajo de desempeño; de 475 a 549 puntos, un nivel intermedio; de 550 a 624 puntos, un nivel alto, y de más de 625 puntos, un nivel avanzado. Un dato significativo surge cuando se distinguen los puntajes según se trate de comprensión lectora a la hora de afrontar textos de ficción o de lecturas con fines informativos. Los chicos de la ciudad se mostraron más seguros en lectura literaria (484 puntos); el nivel alcanzado en la lectura con propósito informativo fue de 475 puntos.
Desde Buenos Aires, Tamara Vinacur –directora ejecutiva de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del Ministerio de Educación porteño– dijo a la nacion: “Estos resultados nos indican que los procesos que se mostraron más logrados fueron los relativos a la localización y recuperación de información explícita. Esto podría dar cuenta de que el trabajo de relectura y vuelta al texto sería una práctica frecuente en las aulas. Nos señala un camino a seguir: profundizar el trabajo con las inferencias y las interpretaciones de texto”.
Pirls, como PISA, es una prueba estandarizada que plantea que los alumnos evaluados realicen el mismo examen a partir de preguntas de opción múltiple y de respuesta abierta, para desarrollar, que aportan mayor puntaje. El fin es diagnosticar la capacidad de comprensión lectora que, según la IEA, la escuela debería contribuir a formar en algunos procesos centrales usados en 4º grado: hacer foco y recuperar información explícita en un texto, interpretar e integrar ideas en un texto, y evaluar y hacer un análisis crítico del contenido y los elementos textuales.
Pero, a diferencia de PISA –más resistidas por los especialistas por darles más espacio a los lineamientos del sector productivo–, las de la IEA, que evalúan competencias alineadas con objetivos educativos específicos de cada país, cuentan con mayor respaldo.
¿Por qué la decisión de evaluar alumnos de este grado? “Llegada esta etapa de su escolarización, los alumnos ya han aprendido cómo leer y ahora están leyendo para aprender”, se explica en el informe de resultados 2016 divulgado ayer.
En esta edición fueron evaluados 319 alumnos de 12.000 escuelas públicas y privadas de los países participantes, además de 16.000 maestros y 310.000 padres, que respondieron cuestionarios para aportar información acerca de cómo aprenden los chicos en clase y cómo contribuyen sus familias y hogares.
La Argentina no se presentó a la edición 2016. Sí lo hizo en 2001 –en la primera ronda de esta evaluación, que se tomó, desde entonces, cada cinco años–, 2006 y 2011. En 2001 se presentaron 35 países y la Argentina, con 420 puntos, quedó 31ª, por debajo de Colombia, el otro país latinoamericano evaluado entonces.
En el caso de la ciudad, es la primera vez que participa de Pirls de forma independiente. La prueba se tomó en noviembre de 2015; la política evaluada es la de la gestión del ex ministro Esteban Bullrich.
En esta oportunidad, la muestra representativa de los chicos de 4º grado incluyó a 4436 alumnos de 149 escuelas porteñas: 78 de gestión estatal y 72 de gestión privada.
Aun con el peso que tiene la matrícula privada, los resultados dejaron en claro que “la mayor proporción de los estudiantes pudo resolver satisfactoriamente aquellos ítems asociados al nivel de desempeño bajo”.
Así lo explica el informe Pirls que el ministerio porteño dio a conocer basado en el reporte internacional de la IEA. Según el informe local, el 83% de los porteños de cuarto grado, de escuela pública y privada, puede resolver problemas de nivel bajo. Pero cuando los mismos alumnos intentan resolver problemas de nivel intermedio el porcentaje baja al 55%. Al enfrentar desafíos de comprensión lectora de nivel alto, apenas un 20% los resuelve. En problemas de comprensión lectora de nivel avanzado apenas un 3% sale airoso.
El panorama en Chile es preocupante, pero algo mejor que el argentino. Un 4% más de estudiantes que en el caso porteño resuelve problemas aunque sean de nivel bajo: el 87%. Un 61% logra superar desafíos de comprensión lectora de nivel intermedio; un 25% tiene logros en el nivel alto, y un 3%, en el avanzado.
¿Por qué resulta tan difícil avanzar hacia niveles altos de rendimiento? Para Vinacur, tiene que ver con la organización de los contenidos en la escuela primaria argentina y la falta de alineamiento con lo que evalúa Pirls. Sostiene: “Muchos contenidos de esta prueba forman parte de los contenidos del segundo ciclo de la primaria en la ciudad y Pirls se toma en 4º grado, al inicio del 2º ciclo”.
Otro resultado significativo de la CABA indica que el género condiciona los desempeños, a favor de las mujeres, con un puntaje promedio en Pirls de 485 puntos, contra 475 de los varones. Esta diferencia de género, según la IEA, se constata en todos los sistemas educativos, excepto en Macao y Portugal, donde ambos géneros rinden igual.