El escándalo de los abusos golpea de lleno a la política: renuncia un congresista demócrata
El legislador más veterano del Capitolio dejará su banca tras ser acusado por varias mujeres
WASHINGTON.– La seguidilla de escándalos sexuales en Estados Unidos provocó ayer la primera renuncia en el mundo político de Washington: John Conyers, un congresista demócrata, el más longevo del Capitolio y un ícono del movimiento por los derechos civiles, anunció que dejará su banca tras ser acusado por varias mujeres de maltrato o abuso sexual.
Conyers, afroamericano de 88 años y el congresista que más tiempo estuvo en el Congreso, anunció ayer su retiro y respaldó a su hijo, John Conyers III, para ocupar la banca que luego de su salida se pondrá en juego en una elección especial.
“Hoy [por ayer] me retiro”, anunció Conyers en una entrevista con una radio local de Michigan, donde está el distrito que representa. “Mi legado no puede verse comprometido o disminuido de ninguna manera por lo que estamos pasando ahora. Esto también pasará”, desafió el veterano congresista, electo por primera vez en 1964, que negó las acusaciones en su contra.
La salida de Conyers de la bancada demócrata ocurrió en medio de la ola de denuncias por acoso o abuso sexual que sacudieron al mundo del espectáculo, del periodismo y de la política, y luego de que el presidente de la Cámara baja, Paul Ryan, y la líder demócrata, Nancy Pelosi, habían pedido que renunciara.
Pelosi había intentado apoyarlo al principio, pero ese ensayo de defensa naufragó entre fuertes críticas.
Conyers, que permanece internado en una clínica por un pico de estrés, no es el único o el primer político que enfrenta acusaciones de acoso o abuso este año, pero es el primero en dar un paso al costado. Pelosi también pidió la renuncia de otro congresista acusado, Ruben Kikhuen, el primer latino de Nevada electo para la Cámara baja. Otro demócrata, el senador Al Franken, reconoció haber actuado mal y pidió disculpas, pero no renunció.
Otros políticos rechazaron las acusaciones. Un congresista republicano, Blake Farenthold, prometió devolver 84.000 dólares que una oficina del Congreso aportó para pagar un acuerdo con su ex vocera, que lo había acusado de acoso y discriminación. El candidato republicano a senador en
Alabama, Roy Moore, también lo negó y sigue en carrera, y el propio presidente, Donald Trump, rechazó de cuajo las acusaciones públicas de 13 mujeres.
Ayer, desde la Casa Blanca, Trump volvió a brindarle un respaldo contundente a Moore para las elecciones que se harán el próximo 12, en las que están en juego la banca que dejó vacante el fiscal general, Jeff Sessions.
“Creo que lo hará muy bien”, dijo, cuando los periodistas le preguntaron por qué había decidido apoyarlo. “No queremos tener un demócrata progresista en Alabama, créanme. Queremos fronteras fuertes, queremos detener el crimen. Queremos tener las cosas que representamos y, ciertamente, no queremos un demócrata progresista”, insistió.
El fuerte respaldo de Trump a Moore forzó a la cúpula oficialista en el Congreso y al Comité Nacional Republicano, que se habían distanciado del polémico candidato, a darle su apoyo formal. Otras figuras republicanas que están fuera del juego político, como el ex candidato presidencial Mitt Romney, se negaron a seguir ese camino.
“Ningún voto, ninguna mayoría vale perder nuestro honor, nuestra integridad”, escribió Romney en su cuenta de Twitter.
El primer caso de mal comportamiento de Conyers fue revelado por el sitio Buzzfeed, que informó de un acuerdo hace dos años por 27.000 dólares entre el congresista y una antigua integrante de su equipo. Luego de esa revelación, Conyers fue acusado por tres mujeres más que dijeron que las había maltratado verbalmente o tocado de manera inapropiada.