El espíritu emprendedor cruza la General Paz
Más allá del estereotipo del entrepreneur palermitano, cada vez más bonaerenses del segundo y tercer cordón del GBA se lanzan con sus proyectos productivos; el desafío de crecer y desarrollarse en un contexto menos favorable
H ay vida más allá de Palermo. Según distintos expertos en el tema, el perfil socio económico de los emprendedores está cambiando y también aumenta la creación de nuevos emprendimientos fuera de las grandes ciudades. En particular, en la provincia de Buenos Aires, se han realizado muchas acciones para promover la creación de emprendimientos y se ha generado empleo. Gracias al acceso a financiamiento por parte del Estado o fundaciones y la capacitación y la labor evangelizadora de muchos, el emprendedorismo parece haber logrado cruzar la General Paz.
“Vivimos en un mundo desafiante, en plena transformación y en un país que necesita crecer básicamente generando empleo. Específicamente, en la provincia de Buenos Aires hay más de 4 millones y medio de personas en situación de pobreza y, además, muchísimos jóvenes que no estudian ni trabajan. Por eso, creemos que el emprendedorismo resulta clave para generar nuevas oportunidades de desarrollo económico. Necesitamos estimular y acompañar a todos los que tengan una idea innovadora para que se traduzcan en empresas que creen trabajo y valor social”, afirma el secretario de Emprendedores y PyMES de la Nación, Mariano Mayer.
Con este objetivo, en septiembre se anunció la creación del Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Capital Emprendedor (Fondce), un fondo de fondos nacional compuesto en primera instancia por el Fondo Semilla que da préstamos de honor por $ 250.000 a nuevos emprendedores (con proyectos que tengan una antigüedad menor a los dos años).
Sin embargo, en el terreno bonaerense también hay fundaciones trabajando como Inicia o Impulsar que realizó un programa en Dock Sud con la empresa Shell que se va a reeditar el año que viene. Según explica, Natalia Velázquez, directora de operaciones, ellos brindan un curso de dos meses en el que les enseñan a los emprendedores a armar un modelo de negocios y después eligen a tres personas a las que les otorgan un préstamo a dos años sin intereses de $15.000. Luego el proceso de aprendizaje se completa con una mentoría de un año.
En tanto, en Ramos Mejía, está Daniel Salvucci que en 2014 comenzó con Emprendedores de Oeste y organizó el evento Start Up Oeste en la sede de la UTN de Haedo, al que asistieron 350 personas. Luego, en 2015, abrió un espacio de coworking en su localidad y hoy está al frente de Polenta Ventures que busca profesionalizar pymes y convertirlas en startups.
“Vi varias cosas en estos cuatros años: mucho autoempleo, pymes productivas que pueden innovar, comerciantes que podrían aprovechar el comercio electrónico y mucho trabajador freelance de marketing y software. Hay talento en el oeste”, asegura el impulsor de Polenta.