Los palestinos quemaron fotos de Trump y en Israel festejaron por unanimidad
La decisión del presidente de reconocer a Jerusalén como capital israelí aumentó la tensión; la Ciudad Vieja se iluminó con los colores de las banderas de Estados Unidos
JERUSALÉN.– Ayer grupos de manifestantes quemaron fotos del presidente Donald Trump en la ciudad de Gaza, y los funcionarios palestinos hablaron de cortar relaciones con Estados Unidos o dar por terminada la cooperación con Israel en materia de seguridad.
En Jerusalén, tanto los ministros del gobierno como los líderes de la oposición celebraron la decisión norteamericana, y anoche las murallas de la Ciudad Vieja se iluminaron con los colores de las banderas de Estados Unidos y de Israel. Pero los israelíes de a pie y los partidarios de la solución de dos Estados para el conflicto palestino manifestaron su temor de que la decisión desate una nueva ola de violencia.
Así reaccionaron ambos bandos de ese conflicto inextricable a la decisión de Trump de reconocer formalmente a Jerusalén como capital de Israel.
El Yediot Ahronot, uno de los diarios más importantes de Israel, publicó una foto de Trump tocando las milenarias piedras del Muro de los Lamentos, sitio sagrado de los judíos en la disputada Ciudad Vieja, debajo de un alarmante titular que decía “Alerta Trump”.
El artículo periodístico advertía sobre un posible brote de violencia, mientras las fuerzas de Israel se preparaban para las protestas en Cisjordania y Jerusalén oriental.
En los Territorios Palestinos, de hecho, Hamas, Al-Fatah y otras facciones palestinas coincidieron en llamar a la opinión pública a dar rienda suelta a su furia contra Trump, que también puso en marcha un plan para mudar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
“La cuestión de Jerusalén es la cuestión del pueblo palestino y la causa de toda la nación”, le manifestó a la cadena de noticias Al Jazeera el líder de Hamas, Ismail Haniyeh. “Esta es una jugada irresponsable y de consecuencias impredecibles. Con esta decisión, se abre una etapa de aterradoras transformaciones en toda la región.”
En la ciudad de Gaza, tanto los funcionarios como los habitantes no tardaron en recoger el guante: ayer al mediodía y a pesar de la lluvia torrencial, cientos de manifestantes se congregaron en la Plaza del Soldado Desconocido, en el centro de la ciudad, para quemar banderas de Estados Unidos y carteles con la imagen de Trump. Hamas y la Jihad Islámica hicieron un llamado a los líderes de los países árabes y musulmanes para que cortaran relaciones con Estados Unidos y se retiraran de las negociaciones de paz con Israel.
“Es una bola de fuego que no va a parar hasta que se desate una nueva intifada”, advirtió Salah al-Bardawil, uno de los máximos líderes de Hamas en Gaza.
Los funcionarios palestinos estaban evaluando si llegar al punto de cortar todo contacto con el gobierno de Trump, en función de los detalles y del tono de su anuncio. Pero aseguraron que la decisión es tan tendenciosa a favor de Israel que Trump se ha descalificado a sí mismo para cumplir cualquier rol pacificador.
“Estábamos muy cerca de recibir una oferta de paz de parte de los norteamericanos”, dijo vía telefónica Majdi Khaldi, asesor del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. “Queremos ser positivos y ser socios de Estados Unidos y de todos los bandos que buscan la paz, pero este acto va a hacer muy difícil que el proceso de paz siga como antes. Nosotros realmente queremos llegar a un acuerdo de paz histórico con Israel, pero el camino no es este”.
Ayer por la mañana, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo una aparición de último minuto en Jerusalén, pero no hizo mención del reconocimiento de Jerusalén como capital de su país. En cambio, salió a vender con encendido entusiasmo los logros diplomáticos de Israel en otros lugares del mundo.
La abrumadora mayoría de los israelíes dicen estar a favor de que Jerusalén sea reconocida internacionalmente como la capital de su país, pero hasta ayer no parecían estar muy apurados por conseguirlo. “Estoy de acuerdo con el reconocimiento, pero debería haberse hecho con un acuerdo amplio y claro entre todas las partes”, dijo Alon Levi, de 44 años, gerente de una cadena de negocios de comida saludable. “Lamento decir que tengo la sensación de que han arrojado una bomba para distraer de los problemas reales. Siento que esto responde a los intereses políticos de los líderes, y no a los intereses de las dos naciones involucradas, ni de la paz”.