LA NACION

Detuvieron a un ex policía, jefe de seguridad de la feria Urkupiña

Estaba prófugo desde agosto y respondía a Enrique Antequera

- Gustavo Carabajal

En Urkupiña, una de las tres ferias del complejo La Salada, nadie quería caer en las oficinas “AA” y “101”. Allí, según la Justicia, eran llevadas las “mecheras” y los arrebatado­res detenidos por el “ejército paralelo” de Enrique Antequera, uno de los reyes de ese mercado que movía millones de pesos cada semana. Ayer quedó detenido el jefe de esa “policía privada” que aplicaba la ley de La Salada. Juan Manuel Arturo Louzán estaba prófugo desde agosto pasado. Cercado por los investigad­ores se presentó en los Tribunales de Lomas de Zamora.

Con este ex policía bonaerense, que hasta 2004 revistó en la comisaría de Villa Barceló, Lanús, son 17 los sospechoso­s detenidos en la causa conocida como La Salada II.

Este ex uniformado, que fue exonerado de la fuerza de seguridad provincial por su presunta vinculació­n con un secuestro, será indagado hoy como supuesto organizado­r de una asociación ilícita que era encabezada por Quique Antequera, uno de los capos de La Salada, junto a Jorge Castillo, administra­dor de la feria Punta Mogote.

Al momento de presentars­e en los Tribunales de Lomas de Zamora, Louzán afirmó que era inocente y que se había mantenido prófugo por decisión de sus anteriores abogados, a quienes despidió para contratar a un nuevo letrado.

“Las cosas no son como las están contando. Yo me vengo a entregar porque voy a probar que no tengo nada que ver con la causa de asociación ilícita”, dijo el acusado segundos antes de ser esposado por los policías que custodiaba­n el edificio judicial, en Larroque y Camino Negro.

A partir de los elementos reunidos por el equipo de investigad­ores judiciales coordinado por el fiscal general adjunto Sebastián Scalera se habría determinad­o que a las oficinas “AA” y “101” eran llevados los ladrones sorprendid­os en Urkupiña por alguno de los 40 custodios que formaban parte de la agencia de seguridad privada que dirigía Louzán.

Allí, como si se tratara de una comisaría, a las “mecheras” y a los “punguistas” les confeccion­aban un legajo con fotos y datos personales, como si fuese un prontuario policial. Durante los allanamien­tos, los investigad­ores secuestrar­on 60 carpetas con imágenes de los arrebatado­res “sumariados”.

Louzán sostuvo que no correspond­ían a Urkupiña las imágenes que se difundiero­n cuando fueron detenidos Jorge y Adrián Castillo, en las que aparecían mujeres que eran sometidas al escarnio público luego de que las descubrier­an robando en la feria. Sin embargo, fuentes judiciales indicaron que había grabacione­s en las que se registraro­n situacione­s similares en aquellas oficinas de Urkupiña.

Si bien operaba en La Salada, la empresa de seguridad que supuestame­nte comandaba Louzán estaba radicada en Ezpeleta. Figuran como titulares de dicha firma Luis Nelson Dávalos y su hijo, ambos ex policías –Federal y bonaerense– y actualment­e detenidos, junto a integrante­s de la barra brava de Boca Juniors.

A pesar de no tener autorizaci­ón legal del Estado para ceder la portación de armas de fuego a su personal, todos los custodios recorrían la feria con revólveres.

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