LAS DÉBILES EXPORTACIONES EXIGEN MÁS COMPETITIVIDAD
La maduración de las reformas en marcha y la generación de estrategias acertadas permitirán que un mayor número de empresas inserten sus productos en el exterior
Las exportaciones argentinas de bienes (que rondarán los US$ 60.000 millones en 2017) concluyen un año en el que no han exhibido mayor fortaleza.
En los (hasta ahora) medidos 10 meses del año, esas ventas externas de bienes apenas crecen 0,7% medidas en volúmenes (suben 1,8% medi- das en dólares generados si se agrega a aquello que los precios se han elevado 1,1%). Como las importaciones crecen 19% en valores pagados (crecen 12% en cantidades, pero los precios han subido 6%), la proyección indica que asistiremos a un déficit de la balanza comercial de bienes anual de más de US$ 7000 millones.
Por su parte, las exportaciones de servicios están más dinámicas: crecen 15% en el primer semestre y se proyectan para el año exportaciones por unos US$ 14.000 millones, aunque, como también las importaciones de servicios se elevan considerablemente (en niveles poco superiores al de las exportaciones de servicios), ellas generaran otro déficit, que es consistente con los déficits de todos los últimos años, de más de US$ 10.000 millones, y que habrá que agregar al ya referido déficit de la balanza de bienes.
Una buena noticia es que la Argentina en 2016 y 2017 ha revertido el proceso de caídas que venía padeciendo desde que se inició la segunda década del siglo (2011/2015). Pero una mala noticia es que el país perderá en 2017 más participación en el comercio mundial porque las exportaciones mundiales –que llegaron a US$ 20 billones en 2016 según el Banco Mundial– crecerán, según la Organización Mundial de Comercio (OMC), 3,6% en 2017 y 3,2% en 2018. La Argentina explica en 2017 poco más de 0,3% de las exportaciones mundiales, pero explicaba 0,8% de las exportaciones mundiales en 1960. Y nuestro país genera alrededor del 0,8% del producto bruto mundial, que es según el Banco Mundial de US$ 74,3 bi- llones, lo que muestra la infraparticipación argentina en el comercio planetario. Así, la Argentina está entre los 30 principales países del mundo por su PBI medido en dólares corrientes (es el 26º según datos del FMI de 2016), pero por sus exportaciones está sólo entre los principales 50 (es el 45º país por sus exportaciones). Y, por problemas que vienen de larga data, hay unos 20 países del mundo con un PBI medido en dólares inferior al argentino que sin embargo exportan más. En términos de resultados de las exportaciones de bienes de 2017, si además de analizar estrictamente los números anuales comparamos los resultados con los de 2011, año de inicio de la década y año del récord histórico de exportaciones argentinas (récord que estuvo explicado principalmente por altos precios internacionales que generaron más dólares por cantidades similares y a la vez permitieron exportar a empresas que hoy, con menores precios, no pueden hacerlo), se constata que desde aquellos tiempos hasta hoy, midiendo en millones de dólares, las mayores caídas se vieron en los minerales y los productos de las industrias extractivas; luego en exportaciones de vegetales –commodities agrícolas–, y luego en las exportaciones del material de transporte terrestre.
Por su parte, en el mismo lapso (2011/2017) el mayor descenso en porcentaje de las exportaciones, en rubros, se da en las exportaciones de minerales y productos de las industrias extractivas (71%), seguido de las caídas de exportaciones de calzado (63%), de madera carbón (56%) y de textiles (56%). Los menores precios y las dificultades regulatorias y del entorno de negocios fueron las razones principales para explicar el descenso. Además, claro, de relevantes y difíciles circunstancias externas.
Desde 2011 hasta 2017, el descenso en las exportaciones de minerales y productos de las industrias extractivas, la baja en las de vegetales y la caída en las de automotores; suponen cada uno alrededor del 18% del total del descenso de ventas externas de bienes; y esos tres rubros sumados por ende explican más de la mitad (54%) del total del descenso. Más aún, si se agregan las caídas de metales comunes y sus manufacturas y de máquinas y aparatos se obtiene un 70% del total de caída en la serie computada.
En el corriente año el país ha puesto en marcha no pocas reformas para recuperar dinamismo exportador. Entre ellas están los planes para correcciones macroeconómicas (el programa de ordenamiento fiscal, la reducción de la inflación, las reformas tributaria y laboral), y también los planes de infraestructura para mejorar la competitividad sistémica, además de los cambios instrumentales (el lanzamiento de la VUCE o la aprobación del Tratado de Facilitación de Comercio de la OMC). Por su parte, fronteras afuera se están activando ambiciosas negociaciones internacionales para la apertura de mercados (con México, Canadá, Chile, EFTA, Egipto, la UE, etc.). Es de esperar que en el mediano plazo todo ello permita recuperar terreno. Pero, mientras tanto, los resultados presentes muestran la consolidación de una situación que llevó a nuestro país a un no destacado lugar en el ranking de exportadores mundiales. Así, de los principales 65 países del mundo por sus exportaciones (sumados explican casi 90% de las exportaciones mundiales) la Argentina es solo el número 45, y está en ese listado en un conjunto de países entre los que también se encuentran Finlandia, Chile, Rumania, Qatar y Filipinas.
Pero desde 2011 lo han superado en ese ranking Finlandia, Chile, Israel, Rumania y Eslovaquia. Es cierto que desde 2011 hasta hoy el comercio mundial en todo el globo descendió si se lo mide en dólares generados, pero en ese lapso también han logrado hacer crecer sus ventas externas varios países como China, Hong Kong, México, Suiza, Polonia, Vietnam, Turquía, República Checa, Irlanda, Rumania, Filipinas, Bangladesh y Eslovenia.