La renuncia de otro ministro profundiza la ruptura de Temer con sus aliados socialdemócratas
El secretario de gobierno estaba a cargo de las relaciones con el Congreso
RÍO DE JANEIRO.– En momentos en que el presidente Michel Temer busca más apoyo en el Congreso para aprobar una resistida reforma previsional en Brasil, la ruptura con sus principales aliados, los socialdemócratas, se profundizó ayer por la renuncia del secretario de gobierno, Antonio Imbassahy, responsable de articular las relaciones políticas entre el Palacio del Planalto y el Legislativo.
La salida de Imbassahy –el segundo ministro socialdemócrata en abandonar el gobierno en el último mes luego de la renuncia de Bruno Araújo, en Ciudades– llega justo antes de la convención de hoy en Brasilia del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en la que el gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, debe asumir el liderazgo del partido para lanzar su candidatura presidencial para 2018.
La semana pasada, Alckmin había advertido que una vez que asumiera las riendas del PSDB buscaría su salida del gobierno de Temer, donde por ahora quedan dos integrantes socialdemócratas: el canciller Aloysio Nunes y la ministra de Derechos Humanos, Luislinda Valois.
El anuncio del gobernador paulista llevó a que el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha, diera públicamente por terminada la alianza entre el gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el PSDB, que se tejió el año pasado en apoyo de ambas fuerzas al impeachment de Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores), de quien Temer era vicepresidente. Para Padilha, los socialdemócratas que quedaban en el gobierno eran parte de la “cuota personal” del mandatario y no representantes de su partido.
En su carta de renuncia, Imbassahy agradeció a Temer su confianza, pero le resaltó que “nuevas circunstancias se imponen en el horizonte”.
El distanciamiento entre el PMDB y el PSDB empezó cuando a principios de año surgieron las denuncias por corrupción contra Temer, por el escándalo de sobornos del frigorífico JBS, que finalmente fueron bloqueadas por el Congreso. El ala más joven de los socialdemócratas quería el desembarque cuanto antes del gobierno para no quedar asociado a estas acusaciones. Sobre todo porque para las elecciones presidenciales de octubre de 2018 el PSDB pretendía lanzar un candidato propio.
Sin embargo, la alianza se mantuvo a fin de garantizar la aprobación de reformas claves para la recuperación de la economía, como el congelamiento de gastos y la flexibilización laboral. El tercer objetivo era la revisión del sistema de jubilaciones, que se dilató por el desgaste político del gobierno de Temer, así como por las críticas de la oposición y de varios sectores sociales a la iniciativa oficialista. Aunque el PSDB apoya la reforma previsional –que establecería una edad mínima de jubilación de 65 años con contribuciones de por lo menos 25 años– impulsó varias modificaciones al proyecto original.
Ante la posibilidad de un fracaso si la reforma quedara pendiente para el próximo año electoral, el gobierno redobló sus esfuerzos por lograr que sea votada antes del receso veraniego del Congreso, y puso como fecha límite el 18 de diciembre. La nueva sacudida socialdemócrata complica los planes de Temer, que de inmediato nombró al diputado del PMDB Carlos Marun para reemplazar a Imbassahy y hacerse cargo de la articulación con el Congreso.