Londres y la UE sellan acuerdos claves para impulsar el Brexit
Gran Bretaña pagará unos ₣ 45.000 millones por la separación y no habrá frontera “dura” con Irlanda; los expatriados conservarán los derechos europeos
PARÍS.– Con una factura sensiblemente inferior a lo esperado, que rondará los 45.000 millones de euros, Londres llegó ayer a un acuerdo con la Unión Europea (UE) que permitirá a ambas partes pasar a la segunda etapa de las negociaciones que deben culminar con el divorcio entre Gran Bretaña y el bloque.
Fue el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el encargado de anunciar el acuerdo en Bruselas, después de una reunión con la primera ministra británica, Theresa May, y su ministro del Brexit, Davis David.
Juncker reconoció que las negociaciones fueron “difíciles” y que el acuerdo logrado es “un compromiso”. En otras palabras, que ambas partes han hecho considerables concesiones. May dijo, por su parte, que este acuerdo preliminar “garantiza la ausencia de frontera dura” con Irlanda y refuerza los compromisos relativos a la integridad de Gran Bretaña.
El problema de la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte (Eire), que integra el territorio británico, era uno de los tres temas fundamentales que debían resolverse antes de poder pasar a la segunda etapa de la negociación. Los otros dos puntos calientes eran la situación futura de los expatriados británicos en la UE y europeos en Gran Bretaña, y el monto de la factura que Londres deberá pagar al bloque antes de abandonarlo.
“Los ciudadanos de la UE que residan en Gran Bretaña y los ciudadanos británicos instalados en los 27 países de la UE conservarán los mismos derechos cuando Gran Bretaña haya abandonado el bloque”, afirma el acuerdo firmado ayer.
En cuanto a la factura del divorcio, si bien el texto acordado evita dar cifras específicas, fuentes de Bruselas estimaron que la misma ascenderá a unos 45.000 millones de euros. Una cifra considerablemente inferior a los 60.000 millones reclamados por la UE en concepto de acuerdos asumidos por Gran Bretaña como miembro del bloque. Ese monto podría –sin embargo– fluctuar para Londres en caso de devaluación de la libra, ya que deberá ser abonado en euros.
El Consejo Europeo, que reúne a los jefes de Estado y de gobierno de los 27 países que permanecerán en el bloque, deberá validar el acuerdo alcanzado entre la Comisión y Gran Bretaña, precisa el comunicado del Ejecutivo europeo, que lleva adelante las negociaciones del Brexit en nombre de la UE. La reunión se realizará el 14 de diciembre.
Al felicitarse por los resultados, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió que “lo más difícil está por venir”.
“Todos sabemos que separarse es duro y construir una nueva relación lo es todavía más”, dijo Tusk.
Esa tarea no será fácil porque requiere pasar por un proceso de extrema complejidad, que exigirá revisar y reescribir los miles de textos, compromisos y reglamentaciones vigentes en la actualidad para adaptarlos a la nueva situación.
Por un lado, Londres se niega a reconocer en el futuro la autoridad de la Corte Europea de Justicia y, por otra parte, los británicos insisten en abandonar el mercado único y la unión aduanera de la UE. Teniendo en cuenta esas “líneas rojas”, la única posibilidad es tratar de llegar a un acuerdo de libre comercio, similar al que la UE firmó recientemente con Canadá (CETA), explicó Michel Barnier, jefe negociador de la UE.
Una vez superada esa etapa, se abrirá un período de transición de “aproximadamente dos años” que permitirá implementar los cambios y prepararse para esa transformación sin precedente en los 70 años de historia de la UE. Los diplomáticos de ambas partes deberán acelerar el ritmo para cumplir con los plazos.
La comunicación oficial del acuerdo fue formulada por Juncker en un tuit transmitido a las 7.01 (hora local). La hora del anuncio se explica porque May debía revelar el resultado de las negociaciones antes de la apertura de los mercados británicos. Las bolsas, en efecto, reaccionaron favorablemente, aunque en forma moderada. Desde las primeras operaciones, el índice Footsie, que mide las fluctuaciones de la plaza de Londres, registró un aumento constante, pero nunca logró pasar de 1,2% y con escaso volumen de transacciones. Una evolución similar registraron las bolsas de Fráncfort, París y Milán, mientras que en el mercado de divisas la libra perdió 0,5% frente al euro.
May, por otra parte, necesitaba anunciar desde muy temprano el compromiso con la UE para serenar a los diputados unionistas irlandeses del partido DUP. La primera ministra depende de ese pequeño bloque para mantener la mayoría en la Cámara de los Comunes y seguir gobernando.