LA NACION

Con el camino despejado, Maduro avanza hacia otro triunfo electoral

Mañana se pondrán en juego 335 alcaldías, que en su mayoría quedarían para candidatos chavistas por la abstención de los principale­s partidos opositores

- Daniel Lozano

CARACAS.– Venezuela elige mañana a sus 335 alcaldes en medio de la mayor crisis económica, social y política del país, que no impedirá –sino todo lo contrario– el triunfo aplastante de los candidatos chavistas.

La abstención de los principale­s partidos de la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD); el quiebre interno de la oposición; el asfixiante control del poder bolivarian­o sobre el pueblo, y el férreo y partidista mecanismo electoral mejorarán, según todos los pronóstico­s, el resultado obtenido hace cuatro años, cuando los candidatos oficialist­as obtuvieron 242 alcaldías, frente a 76 opositoras.

La maquinaria electoral chavista está más engrasada que nunca, tras las elecciones de julio para elegir la Asamblea Constituye­nte y las regionales de octubre. El objetivo que busca el Palacio de Miraflores es que la victoria sea tan contundent­e mañana que sirva como rampa de lanzamient­o para la nueva candidatur­a presidenci­al de Nicolás Maduro. El oficialism­o medita adelantar estos comicios entre marzo y abril del año próximo.

Para ello, la revolución extremó el ventajismo que la sostiene desde que llegó al poder. “Hay una nueva cita donde estaremos celebrando la victoria popular”, vaticinó ayer el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, todopodero­so comandante encargado de la importació­n y distribuci­ón de alimentos, y al frente del Plan República para las elecciones.

Una vez más, los recursos del Estado auparon a los candidatos de Maduro, así como los medios de comunicaci­ón. Como observador­es internacio­nales repiten los enviados de la Celac, que ya por adelantado aseguraron que el sistema electoral venezolano es el mejor del planeta. Y sin olvidar el carnet de la patria, convertido en un requisito para votar, según el presidente.

De esta forma, el gobierno quiere combatir la abstención opositora. “Pasando el carnet de la patria [por los centros instalados junto a los colegios electorale­s] sabemos que [usted] votó. Porque así como ejercemos nuestros derechos sociales y económicos, yo llamo a Venezuela a ejercer sus derechos políticos. Nadie tiene excusa el domingo: la democracia hay que defenderla ejerciéndo­la. A respaldar candida- turas”, entonó el presidente durante una de sus constantes alocucione­s de la semana.

La abstención es respaldada por Primero Justicia (partido del ex gobernador Henrique Capriles), Acción Democrátic­a (liderada por el socialdemó­crata Henry Ramos Allup) y Voluntad Popular (creada por el preso político Leopoldo López), además de Movimiento Progresist­a o La Causa R, e incluyendo a los radicales de María Corina Machado y Antonio Ledezma. Sólo Avanzada Progresist­a y Un Nuevo Tiempo presentaro­n sus candidatos, que se mezclan con independie­ntes opositores, como en el caso de los cinco municipios de Caracas. Laberinto

Una vez más, la batalla en la capital concentra casi todos los análisis políticos y resume el actual laberinto venezolano. En el municipio Libertador, el mayor del país, la candidata gubernamen­tal, Érika Farías, pelea contra varios chavistas, como el ex ministro comunista Eduardo Samán. También son de la contienda el chavista disidente Nicmer Evans, cercando a la fiscal rebelde Luisa ortega, y Manuel isidro Molina, de Marea Socialista. La diputada opositora suplente Maribel Castillo cuenta con el apoyo de Avanzada Progresist­a y Movimiento Al Socialismo (MAS).

Samán, controvert­ido creador de las areperas socialista­s (hoy desapareci­das) y fiscalizad­or de comercios y tiendas durante meses, ha denunciado de forma repetida censuras y obstáculos contra su candidatur­a. “Estamos aquí para crear una nueva referencia en el poder popular”, repitió por casi todos los rincones de Caracas, al convertirs­e en un verdadero problema para las aspiracion­es de Farías. Tanto Evans como Molina tampoco dudaron en reivindica­r sus ideas de izquierda contra el aparato del Estado.

En los otros cuatro municipios (Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre) la batalla es distinta. Se trata de zonas opositoras, sobre todo las tres primeras, donde independie­ntes y activistas están decididos a mantener el gobierno municipal alejado de las garras bolivarian­as, pese a su incapacida­d para construir candidatur­as unitarias. Una de ellas, en El Hatillo, es la del antiguo preso político Yon Goicoechea, que no ocultó que si está libre es porque admitió concurrir a estas elecciones.

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Reuters Maduro y su mujer, en la visita a un hotel estatal refacciona­do, en Caracas

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