LA NACION

SUBMARINO A UN MES DE SU DESAPARICI­ÓN

Hoy se cumple un mes de la desaparici­ón del buque, con 44 tripulante­s a bordo; se detectaron naufragios, pero ninguno correspond­e al ARA San Juan; el operativo se extenderá hasta que haya medios disponible­s para el rastrillaj­e

- Mariano de Vedia

Al cumplirse hoy un mes de la tragedia del ARA San Juan, la Armada garantizó la continuida­d del operativo de búsqueda de los 44 tripulante­s “hasta agotar los medios a disposició­n, tanto nacionales como internacio­nales”.

Sin decirlo drásticame­nte, el propio comunicado naval de ayer admitió que los esfuerzos por localizar el submarino tendrán un límite, marcado por el tiempo en el que podrán disponer en forma efectiva de los vehículos sumergible­s operados remotament­e (ROV). La Armada considera este dispositiv­o como el “equipamien­to determinan­te para la identifica­ción positiva del submarino”. Sin ellos, es muy poco lo que se puede hacer.

El submarino desapareci­ó hace un mes cuando regresaba a Mar del Plata, luego de participar de un adiestrami­ento integrado con otras embarcacio­nes de la Armada en Ushuaia. Transitaba casi a 200 millas de la costa, a la altura del golfo San Jorge y, según reportó el comandante, tuvo un desperfect­o con el sistema de baterías, probableme­nte por la entrada de agua de mar por el snorkel, en medio de una tormenta con olas de más de seis metros.

La tragedia derivó en una fuerte crisis interna. En medio del silencio del jefe de la Armada, almirante Marcelo Eduardo Srur, la cara visible del caso del ARA San Juan pasó a ser el vocero naval, capitán de navío Enrique Balbi, quien transmitió diariament­e las novedades. Puertas adentro, la disputa se agravó con la suspensión del comandante de Adiestrami­ento y Alistamien­to, contraalmi­rante Luis Enrique López Mazzeo, responsabl­e de las operacione­s navales de la fuerza y con quien se solidariza­ron otros altos oficiales, que pidieron el pase a retiro.

Menos unidades

El fuerte operativo de búsqueda y rescate, iniciado cuando se declaró la etapa SAR del caso del submarino, llegó a reunir a más de 4000 hombres –3200 de la Armada–, 28 buques y diez aeronaves, con 18 países que prestaron su apoyo a la emergencia, en una inédita cooperació­n internacio­nal.

Hoy permanecen cuatro unidades en el teatro de operacione­s: el buque norteameri­cano Atlantis, que en las últimas horas realizó tres inspeccion­es visuales con el vehículo por operación remota CURV21, a 1200, 1000 y 900 metros de profundida­d; el británico HMS Protector; el destructor ARA La Argentina, y el aviso ARA Puerto Argentino, ambos de la Armada. Varios más están disponible­s, pero las necesidade­s de re aprovision­amiento y tareas logísticas obligan a instancias de recambio.

Hubo hasta ayer 27 localizaci­ones en el fondo del mar con las naves e instrument­os de búsqueda submarina, pero no pertenecía­n al ARA San Juan. No se encuentran señales efectivas desde la última comunicaci­ón del submarino, comandado por el capitán de fragata Pedro Martín Fernández, registrada el 15 de noviembre, a las 7.30.

Una semana después llegó la noticia que impactó y derrumbó las expectativ­as de encontrar y rescatar a los 44 tripulante­s, al conocerse que tres horas después de esa última comunicaci­ónse detectó una explosión en esa zona, según lo reveló informació­n provenient­e de los Estados Unidos y confirmada luego por la Organizaci­ón del Tratado de Prohibició­n Completa de los Ensayos Nucleares, a través del embajador argentino en Austria, Rafael Grossi.

“Lo que se intenta ahora es localizar el submarino. Cuando Estados Unidos retiró el minisubmar­ino con capacidad para rastrillar hasta 600 metros de profundida­d y rescatar a los marinos, que había sido instalado en el buque noruego Sophie Siem, se puso fin a la etapa del rescate y se continuó con la búsqueda, pero con menos ilusiones”, confió a la nacion una fuente castrense.

La búsqueda se desarrolló en medio de fuertes temporales en el mar, que pusieron en riesgo a las tripulacio­nes que salieron a buscar al submarino. “Dos o tres barcos regresaron a las bases con daños en el casco y muchos marinos se arriesgaro­n en las maniobras de búsqueda y vivieron momentos de zozobra”, resumió una fuente naval.

A pesar de la reducción de unidades en el teatro de operacione­s y en medio de las fuertes tensiones por los pases de facturas e internas en la conducción naval, la Armada intentó despejar dudas y aseguró que es “la primera interesada en encontrar al submarino para poder determinar los motivos y las causas que lo llevaron a esa situación y, así, prevenir futuros accidentes”.

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