LA NACION

Carrió cuestionó a Bullrich por el fuerte operativo de seguridad

Peña defendió las medidas desplegada­s en el Congreso y lamentó los heridos

- Jaime Rosemberg

“Hubo una intención, con declaracio­nes de diputados antes de la sesión, y de los que agredieron, de hacer del Congreso una tierra liberada. Si no hubiera habido vallas, ¿dónde hubiéramos terminado?”, se preguntó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, durante la conferenci­a de prensa, en la Casa Rosada.

La férrea defensa del impresiona­nte operativo de seguridad montado en los alrededore­s del Congreso –que también incluyó la zona de la Casa de Gobierno– fue uno de los mensajes que buscó transmitir el jefe de Gabinete en su encuentro con los medios de prensa. El otro fue cuestionar a los diputados opositores, a quienes rebautizó “piqueteros del recinto”, al apuntar contra quienes protagoniz­aron los desmanes fuera del palacio.

El operativo, coordinado por un “comando conjunto”, como lo denominó Peña, estaba a cargo de fuerzas nacionales (Gendarmerí­a, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportua­ria) y también colaboraro­n sus pares de la policía porteña. Las fuerzas nacionales, que responden a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tuvieron a su cargo el “primer anillo”, es decir, desde las vallas hasta dentro del Congreso. Unos tresciento­s efectivos de la policía porteña custodiaro­n por fuera de ese anillo.

Y las fuerzas nacionales, según estimaron funcionari­os de seguridad, superaron los mil efectivos, que incluyeron tanquetas, carros hidrantes, drones, canes y efectivos que respondier­on con gases lacrimógen­os y balas de goma que alcanzaron, entre otros, al reportero gráfico del diario Página 12 Pablo Piovano.

Semejante despliegue tenía, para los encargados de la seguridad, razones suficiente­s. “La hipótesis de conflicto era fuerte, incluyó el final de la reunión de la OMC y esta sesión que se prenunciab­a complicada”, explicaron desde el Ministerio de Justicia porteño. Los once oficiales heridos durante el operativo eran parte de las justificac­iones oficiales.

La que no estuvo de acuerdo fue, a juzgar por sus palabras, Elisa Carrió, quien luego de la sesión fue lapidaria con su ex compañera de la Coalición Cívica. “No se necesitan tantos gendarmes, la ministra de Seguridad tiene que parar”, sostuvo la diputada por la CC-ARI. Consultado sobre el asunto, Peña prefirió no polemizar con la diputada y la incluyó dentro de los dirigentes con los que dialogó en las últimas horas.

La ministra y sus voceros se mantuviero­n en silencio durante toda la tarde. Con rostro serio y un saludo de lejos a los periodista­s, Bullrich llegó a la Casa Rosada a las 18.45 para participar de una reunión de urgencia convocada por el Presidente, mientras las detencione­s continuaba­n en la zona del Congreso. “Es muy pronto para hacer un análisis de cómo puede seguir esto”, decía un funcionari­o al caer la tarde.

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