Hotesur: Mercado negó irregularidades
La sobrina de Cristina Kirchner es directora de la firma acusada de lavar dinero
Romina Mercado, hija de la gobernadora Alicia Kirchner, declaró ayer en la causa Hotesur y dijo que había aceptado ser directora de esa firma a pedido de su tío, Néstor Kirchner, porque se trataba de una “sociedad familiar”.
Mercado relató que entró como directora en 2008, que Hotesur sólo se dedicó a la gestión del hotel Alto Calafate y que cuando asumió la presidencia de la compañía, el negocio con Valle Mitre ya había concluido. Así lo informaron a la nacion fuentes con acceso al expediente.
Valle Mitre gerenció el hotel Alto Calafate y es, de acuerdo con los investigadores, la empresa vinculada a Lázaro Báez que se utilizó como vehículo para lavar el dinero ilícitamente extraído de las arcas públicas.
La hipótesis que sostienen los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques es que los Kirchner le adjudicaron a Báez obras en violación de la ley y que le pagaron sobreprecios, como parte de una operación en la que, al final, ese dinero volvía a ellos.
Mercado está acusada de haber sido parte de la maniobra como directora y presidenta de Hotesur. Ayer por la mañana se presentó en el juzgado de Julián Ercolini. Entregó un escrito y la audiencia fue breve porque ni la fiscalía ni el juzgado le hicieron preguntas.
La indagatoria había sido pedida por los fiscales y ordenada por Ercolini el 25 de agosto pasado, en el mismo fallo en el que citó a Cristina Kirchner y ordenó inhibirles los bienes al resto de los acusados.
De acuerdo con los fiscales, Néstor y Cristina Kirchner elaboraron junto con Báez “un sistema destinado a disimular el carácter ilícito” del dinero “obtenido mediante la asignación irregular de la mayor porción de obra pública vial en la provincia de Santa Cruz”.
Para eso usaron la sociedad Valle Mitre, “cuya función en el esquema de blanqueo diseñado –relató Ercolini– habría consistido en recibir ese dinero y aplicarlo al negocio de la hotelería”.
El dinero ingresaba en Valle Mitre en concepto de alquileres de habitaciones y consultorías que, para los investigadores, nunca existieron. Aparecieron contratos de consultoría celebrados con una consultora que nada tenía que ver con la materia sobre la que supuestamente asesoraba. Y las habitaciones de hotel eran para gente que trabajaba en obras públicas asignadas a las empresas relacionadas con Báez, pero resultó que esas obras eran a cientos de kilómetros del alojamiento supuestamente rentado.
Según los fiscales, para que el dinero pudiera volver a Néstor y Cristina Kirchner y a sus hijos, ellos “contaron con la intervención de un conjunto de personas de su entorno íntimo”. Mercado está acusada de haber sido parte de ese grupo. Ercolini debe decidir ahora si la procesa.