LA NACION

Para el Gobierno, es baja la concentrac­ión en la industria láctea

Así se desprende de una investigac­ión de la Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a (CNDC) que analiza, entre otras cosas, el comportami­ento del sector

- LA NACION Fernando Bertello

La industria lechera tiene desde la demanda una concentrac­ión baja y no hay prácticas que puedan ser anticompet­itivas en relación con los productore­s, según el Gobierno. A estas conclusion­es, entre otras, llegó una investigac­ión de mercado que realizó la Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a (CNDC), organismo desconcent­rado de la Secretaría de Comercio, dependient­e del Ministerio de Producción, con la Subsecreta­ría de Lechería del Ministerio de Agroindust­ria.

El estudio pone números para medir que la concentrac­ión es baja. “En el mercado de leche cruda, desde el lado de la demanda, a pesar de existir más de 1000 empresas, el índice C4 [consideran­do las cuatro principale­s empresas] muestra que las cuatro más grandes concentran el 55% de las compras de leche cruda”, sostiene la investigac­ión de la CNDC, que preside Esteban Greco.

Según una fuente, si se consideran firmas no alcanzadas en la muestra, ese índice bajaría entonces al 40,5%, con lo cual el nivel de participac­ión del C4 sería todavía menor. En tanto, siguiendo parámetros de los Estados Unidos, con el índice Herfindahl-Hirschman (HHI), otra forma de medir la concentrac­ión económica en un mercado, allí también se da que la concentrac­ión es baja.

Para el indicador, de 1 a 1500 la concentrac­ión es baja, de 1500 a 2500 es moderada, en tanto que por encima de esa marca es alta. Para el caso de la industria argentina, desde la demanda el puntaje dio 958, es decir, entra en la categoría baja. En algunos rubros hay, no obstante, alta concentrac­ión. Así, en leches pasteuriza­das el índice C4 es de 89% y el HHI 5463. En tanto, en el mercado de yogur el HHI es de 3988 y el C4 de 90 por ciento.

La investigac­ión se realizó citando a audiencias a productore­s, industrias y supermerca­dos. Además de la concentrac­ión se analizaron otras cuestiones. Una de ellas es el denominado “clearing lechero”, una práctica donde las industrias suelen prestarse leche entre ellas. Para los productore­s, con esa metodologí­a las industrias impiden que suban los precios al intercambi­ar la leche entre sí.

En este punto, según la investigac­ión oficial, más que ser algo anticompet­itivo esto responde más a cuestiones de eficiencia en la operatoria. “Para que sea anticompet­itivo tendría que tener un impacto y esto no es más del 3% del total [del volumen de la leche comerciali­zada en el país]”, contó una fuente oficial.

Otra cosa que se analizó es la llamada “lealtad al proveedor”, lo que implica que las empresas no compran la leche de productore­s que abastecen a otras industrias. Es decir, no se quitan los tambos entre sí. Pero, en este punto, para la investigac­ión no hay condiciona­ntes que impidan hacer el cambio para los productore­s.

El trabajo le recomienda a la Subsecreta­ría de Lechería de la Nación varias cosas. Por un lado, garantizar con medidas que en el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) ninguna empresa acceda a la informació­n de precios de otras. Por otra parte aconseja que los productore­s tengan más participac­ión en la muestra de los análisis en los laboratori­os. Y recomienda a las cámaras industrial­es, como el Centro de la Industria Lechera (CIL), que en sus reuniones no intercambi­en informació­n de precios o de cuestiones comerciale­s.

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