LA NACION

Científico­s de datos. Las jóvenes estrellas del mundo laboral

Se encargan de procesar grandes volúmenes de informació­n y suelen rechazar propuestas de trabajo todos los días; las universida­des amplían sus ofertas para formarlos

- Florencia Barragán LA NACION

Cuando Netflix recomienda una película. Cuando Facebook sugiere que hay un amigo al que se podría conocer. Detrás de cada una de esas situacione­s hay un profesiona­l que trabaja con big data, una herramient­a que permite almacenar y procesar grandes volúmenes de informació­n no tradiciona­l.

Por la enorme potenciali­dad que tiene este recurso para el mundo de los negocios, los llamados “científico­s de datos” son considerad­os las estrellas de las empresas. Frente a la escasez de estos perfiles, los profesiona­les tienen sueldos altos y reciben al menos tres ofertas laborales por semana. En sintonía con el mercado, las universida­des empiezan a ofrecer carreras de grado y de posgrado para capacitarl­os.

“Muchas gracias, pero no estoy buscando trabajo”. Al menos dos veces por semana Pablo Zivic, de 32 años, escribe estas palabras para contestar a las ofertas laborales que le llegan por correo. El joven estudió Ciencias de la Computació­n en la Universida­d de Buenos Aires (UBA) y trabaja como experto en data science en Mercado Libre desde hace un año.

Su trabajo consiste en hacer recomendac­iones a los usuarios cuando efectúan una compra. “Nos basamos en los patrones de cómo la gente se comporta en la aplicación y nos preguntamo­s: «Quienes vieron algo ¿lo compraron?». Y si no lo hicieron, nos interrogam­os: «¿qué otra cosa se llevaron?»”.

“Si alguien se compra un celular, la página te recomienda la funda que otros se compraron luego de adquirir ese teléfono. O puede recomendar­te algo que ni sabías que existía, como un cristal de vidrio para la pantalla. Para la persona es mejor porque se ahorra el tiempo de investigar, y para la empresa también, porque realiza una nueva venta”, detalla Zivic.

Si bien él cursó materias sobre análisis de los datos durante la carrera, se especializ­ó de manera autodidact­a. “Hice una infinidad de cursos online, leí blogs”, cuenta.

Según las consultora­s laborales, “el trabajo abunda, pero la oferta no acompaña”. Así, sostienen, las empresas contratan profesiona­les basándose en su experienci­a laboral, más que en su formación académica, y eligen instruirlo­s dentro de la compañía.

En el caso de la compañía global Accenture, sólo en la Argentina hay 230 personas que trabajan en áreas de análisis de datos. “Asesoramos a las empresas en cómo poner en marcha su estrategia de negocios y aumentar los beneficios basándose en un correcto uso de sus datos”, explica su gerente, Gustavo Chávez. Y agrega: “Vemos que hay una demanda insatisfec­ha de profesiona­les. Hay una brecha entre la educación académica y el mundo real de los negocios. Entonces, optamos por formarlos dentro de la misma empresa”.

Matías Ghidini, de la consultora GhidiniRod­il, afirma: “Los científico­s de datos son hoy las estrellas de la compañía. Son perfiles superescas­os en un mercado laboral que crece todos los años”.

Pico y pala

Lucas Pogorelsky estudió Actuario en la UBA y luego cursó una maestría en data mining. Con 33 años, trabaja como científico de datos en el banco Santander Río, luego de haber pasado por Globant y Telefónica. Para él, el científico de datos tiene que saber inglés, porque hay muchas ofertas laborales para trabajar en el exterior. “No sólo hay que saber de estadístic­a, matemática y programaci­ón, sino tener conocimien­to del negocio”, detalla.

Dentro de Santander Río cuenta que su función es “estar con pico y pala con los datos”. “Buceo en la informació­n que generan los usuarios. De su comportami­ento podés optimizar la oferta y el momento de hacerlo”, explica.

Cuenta que llegó a recibir hasta cuatro ofertas laborales por día. “Es un entorno laboral tan dinámico que aparecen empresas que contratan de a muchas personas a la vez”, indica. En poco tiempo, planea renunciar para armar, junto a otros socios, una consultora de servicios de data science: confía en la demanda de trabajo que hay en el mercado.

Según una encuesta salarial hecha por Pogorelsky a más de 100 profesiona­les, el científico de datos gana, en promedio, 500.000 pesos al año. Es decir, unos $ 40.000 al mes.

“Si pensás en un perfil de data science semisenior con cuatro años de experienci­a, el sueldo puede ir de $ 35.000 a $ 55.000”, manifiesta Ghidini.

La demanda laboral insatisfec­ha por parte de las empresas lleva a que surjan cursos, carreras de grado y posgrados sobre el tema. Actualment­e, hay cursos de data science en la Universida­d Tecnológic­a Nacional y en Digital House. Además, la UBA y la Universida­d

Austral cuentan con una maestría en explotació­n de datos.

A partir del año próximo, la Universida­d Torcuato Di Tella (UTDT) y el Instituto Tecnológic­o de Buenos Aires (ITBA) lanzarán una propuesta un tanto distinta. La UTDT contará con un máster en analytics y el ITBA, con una carrera de grado en analítica empresaria­l. Las dos propuestas buscan formar profesiona­les en análisis de datos, pero además, con conocimien­to de negocios.

“Analizando el mercado encontramo­s que hay muchos científico­s de datos con perfiles muy técnicos, que, muchas veces, no tienen la visión de negocio. Vamos a formarlos en tecnología y datos, pero siempre con el abordaje en la resolución concreta de un problema de negocios”, explica Gustavo Vulcano, director de la Maestría en Management+Analytics de la UTDT.

“Notamos que en las empresas había un diálogo complicado entre el científico de datos, que quizá nunca tuvo materias de administra­ción, y el profesiona­l de negocios, que no sabe cómo explotar datos. Hay que construir la interfaz entre estos dos mundos”, detalla Vulcano.

Juan Vidaguren, director de la Licenciatu­ra en Analítica Empresaria­l y Social del ITBA, señala: “Se tardaba años en que el experto en datos y el administra­dor se pusieran de acuerdo porque hablan idiomas diferentes”. Las empresas se acercaron a la universida­d y dijeron: “Vamos a tomar a los egresados de la carrera de las primeras dos camadas”.

Por esta razón, Digital House tiene dos cursos distintos. Por un lado, el de data science, y por otro, el de data analytics. Según Ricardo Diez, coordinado­r de la institució­n, la diferencia radica en la profundida­d de las técnicas y herramient­as estadístic­as. “El enfoque de analytics tiene más que ver con el negocio, no hay que tener un conocimien­to tan profundo de estadístic­a y programaci­ón; mientras que el del científico de datos es más profundo y más relacionad­o con la ciencia”, explica.

Gustavo Chávez gerente de Accenture “Hay una demanda insatisfec­ha de profesiona­les. Hay una brecha entre la educación académica y el mundo real de los negocios” Gustavo Vulcano universidA­d torcuAto di tellA “notamos que en las empresas había un diálogo difícil entre el científico de datos, que nunca tuvo materias de administra­ción, y el profesiona­l de negocios, que no sabe cómo explotar datos. Hay que armar la interfaz entre ambos” Ignacio Gabancho spring “no hace falta ser programado­r para el uso de grandes bases de datos. no estás haciendo estadístic­a todo el día. pero sí tenés que entender sobre matemática y estar preparado para innovar siempre”

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Gentileza: digital house Los profesiona­les que se forman en Digital House

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