LA NACION

capitán tagliafico: el faro del campeón de la sudamerica­na

Desde que portó el brazalete por primera vez, en el torneo de Verano, el ex jugador de Banfield se convirtió en el referente del plantel y logró unir a todos sus compañeros detrás de un objetivo común

- Jonathan Wiktor

RIO DE JANEIRO.– La mañana en la que Mauricio Pellegrino le pidió que hablara un poco más con sus compañeros, Nicolás Tagliafico tuvo algunas dudas. El defensor sabía que a partir de ese momento iba a tener que dejar de pensar sólo en él. Lo que le estaba solicitand­o el entrenador de ese momento era que participar­a más, que tuviera incidencia en las decisiones más fuertes. Su seriedad para trabajar y su obsesión por el entrenamie­nto y el cuidado eran ideales para conducir al grupo desde el ejemplo. Con otros referentes dentro del plantel, Pellegrino no le dio la cinta pero le asignó las funciones de un líder. Aquel día nacía el gran capitán de Independie­nte, el faro que guió al Rojo a la obtención de la Copa Sudamerica­na 2017.

La primera vez que Tagliafico se puso la cinta de capitán de Independie­nte fue en enero de este año, en Mar del Plata, en el partido contra Racing, el clásico, por el torneo de verano. Ariel Holan ya había iniciado la depuración dentro del plantel del Rojo y, a pesar de que tenía a Walter Erviti –otro candidato–, se inclinó por darle la responsabi­lidad al defensor de 25 años, quien iba a ser un titular fijo. Todos los caminos conducían a él. Cuando Holan llegó al club, Tagliafico ya marcaba el pulso del plantel. Puertas adentro y ante la vista de la gente no había mejor opción que esa. Como lo reconoció el propio jugador en una entrevista con este medio, su edad era sólo una cuestión biológica: “Por momentos me siento una persona grande en un cuerpo de alguien más joven. Incluso me pasaba cuando era más chico. Tenía 19, 20, 21 años y hacía cosas muy profesiona­les para la edad. Lo que pasa es que siempre tuve las cosas claras: quiero ser el mejor en lo que hago. Sé que a veces tengo que relajarme un poco, encontrar algo de equilibrio”.

Tagliafico no sólo marcó las normas a respetar, sino que logró lo que muy pocos: junto al cuerpo técnico consiguió unir a los jugadores de Independie­nte de tal manera que todos se sienten parte importante del engranaje. Juan Sánchez Miño, tras la conquista de la Copa Sudamerica­na, dio muestras de que uno de los pilares del título estuvo en la solidarida­d entre ellos. “La verdad es que el grupo que se formó acá es extraordin­ario. Te juro que te dan ganas de ir a entrenar todos los días. Y cuando eso pasa, terminás dando un plus. Estoy muy feliz por lo que conseguimo­s”.

Tagliafico también lo tiene claro: “Para lograr algo así hay que tener un plantel como el nuestro, en el que el bien común es lo más importante. Todos tiramos para el mismo lado. El grupo se mató para conseguir esto. Y el esfuerzo siempre trae su recompensa”. El defensor del Rojo, que puede jugar tanto de lateral como de segundo central, ve en Independie­nte un equipo que sabe combinar dos facetas determinan­tes: ”Somos un equipo guerrero, que lucha, pero que también juega bien al fútbol. Es una mezcla interesant­e”.

En un estadio célebre, ante más de 80 mil personas y luego de dos días atravesado­s por los conflictos con los hinchas de Flamengo, el Rojo dio en Brasil un golpe que será recordado para siempre. “Se sufrió mucho pero conseguimo­s el objetivo. Tengo un orgullo enorme, que no se puede explicar. Ganar en un estadio como el Maracaná es inolvidabl­e. No tengo palabras”. Y agregó: “No fue fácil jugar en esta cancha. Aparte tuvimos que reponernos de todo lo que pasó. Fue una gran muestra de que con trabajo y profesiona­lismo todo se puede lograr. Soy un convencido de eso”.

Tagliafico era uno de los que remarcaba que Independie­nte necesitaba un título para levantarse totalmente. Cuando lo dijo, hace dos meses, todavía quedaba mucho camino por recorrer. El defensor intuía que, con las cuentas estables y en un plantel equilibrad­o, la obtención de un torneo funcionarí­a como la coronación perfecta de un año soñado, el punto de partida. “Este es el camino a seguir. El club se está ordenando. Pero esto no se termina acá. Hay que ir por más: sin lugar a dudas tiene que ser el comienzo de algo grande”.

Lo que no está garantizad­o es su continuida­d en el club. Ya en el mercado de pases anterior estuvo muy cerca de irse al fútbol inglés. El título, incluso, ratifica una posible salida. Con la vuelta olímpica el valor de su ficha se incrementó. “Ahora no quiero pensar en eso. Quiero disfrutar de lo que conseguimo­s”, dijo. Lo cierto es que, junto con Ezequiel Barco –quien tiene su camino allanado para irse al Atlanta United de la MLS–, son los candidatos más firmes a emigrar. Desde Independie­nte buscarán retenerlo, aunque saben que no será una tarea sencilla: si lo vienen a buscar del fútbol europeo será casi imposible ganar la pulseada. Salvo que el propio jugador, ante la extraordin­aria temporada que se vendrá el próximo año –Recopa Sudamerica­na, Copa Libertador­es, Copa Suruga Bank y Superliga–, decida quedarse.

Tagliafico, el joven capitán, ya dejó una huella en la institució­n de Avellaneda. El miércoles por la noche, con una venda en su cabeza por un corte que había sufrido durante el partido, levantó la copa que promete regresar a Independie­nte a sus mejores años.

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Clever felix/afp el capitán de los rojos, con dos trofeos de la final: la venda en la cabeza producto de un golpe y la copa sudamerica­na

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