LA NACION

sahagian y gaitán dassie les abren pista a las oportunida­des

Compartier­on la escuela de aprendices, una corta etapa como jinetes y los caballos que entrenan volverán a ser rivales en san isidro

- Carlos Delfino

El vértigo de las carreras de caballos se vive dentro y fuera de las pistas. A toda velocidad se busca ganar en los hipódromos y, en paralelo, algunos entrenador­es que mañana estarán en San Isidro con sus caballos en el Gran Premio Carlos Pellegrini pasan una tarde cálida como la de ayer observando un lote de ejemplares a la venta en el haras La Pasión. Hay que repartirse entre presente y futuro. Tener todo lo más controlado posible para el sueño mayor, en lo inmediato, y ya descubrir la joya que deberán pulir cuando baje el martillo y llegue al stud.

Dicen que en la renovación está uno de los secretos del éxito en el turf. Allí mismo, en esas tierras de la localidad bonaerense de Solís, a fines de marzo pasado se ofertó Víctor Security, ya cuando su vida competitiv­a parecía en declive. Menos de nueve meses después, parecen los 380.000 pesos mejor invertidos de los últimos tiempos, ya que el caballo es uno de los dos con los que el entrenador Pablo Sahagian sueña “hacer un 1-2” en el Anchorena, la carrera sobre una milla que también forma parte del programa. Lo compró la caballeriz­a Tramo 20, de Tucumán y El Turco no lo quería al principio “porque el stud cuidó siempre con Ernesto Romero, que es un amigo, y quería que se lo dieran a él”, recuerda. Finalmente lo convencier­on, y desde entonces el alazán ganó dos de los tres grandes premios que corrió. “Llegan los dos perfecto”, asegura, y elude la posibilida­d de elegir un ganador entre aquél y El Benicio, que en San Isidro perdió apenas una de sus últimas seis carreras. El lado B de tener a dos caballos muy indicados de diferentes patrones es que los festejos terminan siendo medidos.

La apuesta fuerte de Sahagian, no obstante, estará en el Pellegrini, con Puerto Escondido, que logró sus cuatro victorias esta temporada, después de haber sido segundo en la versión anterior, cuando todavía era perdedor. Allí, en la carrera de los 5 millones de pesos reservados al primero, no va a guardarse nada si le toca vencer, a los 62 años y en un clásico que como jockey ni recuerda haber estado cerca de correrlo. “La Copa de Oro la ganó bien y llega con una sanidad impresiona­nte, que es lo que antes le faltaba. Todo lo hace bien ahora y, además, viene de ganar dos clásicos en la misma pista y distancia”, sostiene. Se refiere a los 2400 metros en el césped. “Al ser un lote no muy numeroso, esperemos que no haya problemas de tráfico, para que pueda atropellar libre”, agrega.

El destino, un año después, vuelve a poner a su caballo en el camino de Sixties Song, su verdugo por medio pescuezo. El contexto es diferente. “El mío está mucho más maduro, tiene otro temperamen­to”, compara Sahagian, que salió de la escuela de aprendices junto con Alfredo Gaitán Dassie, que como él tuvo un recorrido corto por las pistas y pronto se dedicó al entrenamie­nto. Y aquí tendrá a... Sixties Song.

“No lo anoté en la Copa de Oro porque no llegaba con los tiempos después del viaje a Inglaterra. Entonces lo llevamos a La Plata, para el Dardo Rocha, y está claro que le faltó. Al entrar en la recta final me parecía que ganaba, pero se cansó y el jockey lo dejó, no lo mortificó”, repasa Gaitán Dassie, que cambia de socio para esta oportunida­d. Juan Villagra, con quien la versión pasada y el Latinoamer­icano de Chile, le deja el lugar a Pablo Falero, contratado por el stud Santa Elena desde hace dos semanas.

“Antes se jugaba mucho desde la largada, pero Juan le cambió la forma de correr y lo convirtió en otro caballo. Nos enseñó que su velocidad la tiene que aprovechar al final y no al principio. Pablo ya lo montó algunas veces y en la última se entendiero­n mejor. Antes, trabajaba un poco de más y ahora le tomó la mano; la partida final fue bárbara”, retrata Gaitán Dassie. El jinete uruguayo tendrá la tarea de trerlo escondido, una de sus materias preferidas.

Para Gaitán Dassie será un día especial, más allá de los resultados. “Vuelvo a correr los tres clásicos con buenos caballos, pero no creo que nunca más vuelva a repetirse el hecho histórico de ganarlos todos”, dice. Lo hizo en 2016 y por ese motivo una de las carreras comunes de mañana llevará su nombre, como homenaje. Para entonces, ya sabrá qué tan lejos o tan cerca estuvo de emular su propia hazaña, pues será inmediatam­ente después de correrse el Pellegrini, cuando también hayan competido sus caballos El Atlántico, en el Anchorena, y Happy Roman, Moeche y Nashville Texan, en el Álzaga Unzué.

Otro de los secretos en el turf es tener perseveran­cia y aprovechar las oportunida­des. En ese camino están Sahagian y Gaitán Dassie.

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Carlos lares puerto escondido busca revancha un año después

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