El futuro del gobierno, a merced del poderoso clan Fujimori
La moral está a la orden del día en Perú. La oposición casi derriba al presidente Pedro Pablo Kuczynski con un juicio político por “incapacidad moral permanente”. Y Kuczynski indultó a su lejano predecesor Alberto Fujimori, alegando que “la justicia no es venganza”.
La versión más aceptada entre los peruanos es que a “PPK”, como también se lo conoce, le perdonaron la vida a cambio de sacar de la sombra al “Chino”. Los más moderados hablan de un acuerdo. Los más críticos, de un arreglo o una extorsión.
La duda es cómo levantará vuelo Kuczynski después de ese dudoso gesto, que para tanta gente se movió entre la entrega y la traición. Un presidente que ya arrastraba problemas en su año y medio de existencia, con bajos índices de aprobación y la tenaz oposición del fujimorismo.
Alberto Fujimori siempre tuvo una importante cuota de seguidores entre los peruanos, agradecidos por su lucha contra el terrorismo y por estabilizar la economía en la década de 1990, cuando le tocó gobernar. Y la consultora Ipsos registraba el interés del electorado por un indulto por razones de salud.
Todos entendieron, sin embargo, que esta vez la salud no fue lo primero. Primó la política. Hasta llamó la atención la imagen de Kenji Fujimori cuando “sorprendió” a su padre en la Clínica Centenario, donde se atendía. Le mostró la resolución del indulto, celular en mano, sin mascarilla, con otra persona grabando la tierna imagen familiar en la unidad de terapia intensiva, o así decían. Todos en amable montón donde debe reinar la asepsia y se restringen las visitas.
Según el politólogo Fernando Tuesta, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Kuczynski no sólo se enemistó con sus votantes, decepcionados por la claudicación, sino que su futuro dependerá de las decisiones que tomen los Fujimori, que manejan la fuerza política más poderosa de Perú. “PPK se ha convertido en Fujimori-dependiente”, dijo Tuesta. ¿Serán como el gato y el ratón? Todo eso está por verse.
“Lo curioso de estos episodios es que dos octogenarios han marcado el curso de nuestra vida política de manera muy rápida. Uno salió liberado y el otro ha ingresado preso de los Fujimori”, concluyó el analista.