LA NACION

Sergio Fajardo. “Colombia necesita la reconcilia­ción, empezando por la política” –¿Sueña para Colombia un milagro parecido al alcanzado en Medellín, que pasó de ser la ciudad salvaje de Pablo Escobar a un ejemplo continenta­l de urbanismo? –Lidera las encu

El ex alcalde de Medellín y candidato presidenci­al por Coalición Colombia se presenta como la alternativ­a seria y capacitada a la política tradiciona­l

- Texto Daniel Lozano Para LA nACIon

Un lápiz gigante, con la leyenda “¡Con educación todo se puede!”, ayuda a que el periodista encuentre el estudio donde Sergio Fajardo realiza las fotografía­s para la campaña legislativ­a de marzo junto a sus compañeros de Coalición Colombia, la alianza que ha puesto patas arriba la política del país cafetero. Basta con seguir el lapicero para hallar al matemático de 61 años, ex alcalde de Medellín –arquitecto de su milagro–, ex gobernador de Antioquia y compañero de Antanas Mockus en la ola verde que hizo soñar a buena parte del país en 2010. Fajardo encabeza hoy todas las encuestas, convertido en referente de la lucha contra la corrupción y en una forma distinta de hacer política. –Espero una transforma­ción de la forma de hacer política. Va a ser la primera oportunida­d que tenemos de hacerlo en este país por fuera de la estructura política tradiciona­l.

–Acaba de presentar su libro El poder de la decencia. ¿Tan indecente es la política colombiana?

–El libro no quiere decir acerca de la política colombiana, es una reflexión particular con todo lo que he aprendido y descubiert­o desde el momento en que entré a participar en la política. no califico a nadie.

–Hoy Fajardo está en la cresta de la ola, recién presentado el programa de Coalición Colombia y lanzada su candidatur­a presidenci­al para mayo. Un matemático con un discurso distinto en el país gobernado desde hace 15 años por Uribe y Santos, dos pesos pesados de la política en el siglo XXI. ¿Está Colombia preparada para un cambio tan drástico?

–no tengo la menor duda, no solo está preparada sino que también reclama un cambio en la forma de hacer política. Ya es suficiente; ya es el momento de que en Colombia otras personas, partidos y organizaci­ones tengan la oportunida­d de conducir nuestra sociedad. Y yo creo que soy la persona. Empezamos a participar en política hace 18 años en Medellín, mayoría de edad, y ahora nos estamos encontrand­o en esta Coalición Colombia con el Polo Democrátic­o, con Jorge Robledo, con la Alianza Verde, con Claudia López… Es el momento y es un momento muy especial en la historia de nuestro país. Para momentos extraordin­arios, opciones extraordin­arias. –Queremos una política distinta y diferente en todos los sentidos. Ese es nuestro camino y ahí vamos; no me preocupa mucho lo que dicen unos y otros. Somos una ruptura y por eso vamos a ganar. –no me distraigo con lo ocurre al lado del camino, no respondo a agresiones, me dicen de todo y de cualquier manera. Pero mi propósito es dar ejemplo, Colombia necesita la reconcilia­ción empezando por la decencia en la política. Jamás me escucharán una expresión contra un contrincan­te.

–Hasta Farcjardo lo han llamado.

–Y lo que falta: narcotrafi­cante, guerriller­o, paramilita­r, corrupto. Eso significa que vamos avanzando por nuestro camino; yo no voy a entrar al terreno de la agresión.

–¿No le preocupa el fenómeno de los bulos y las fake-news, que no es exclusivo de Colombia, pero que en Colombia es agudo, salpicado de acusacione­s extrañas, muchas de ellas lanzadas desde la zona oscura de las redes sociales?

–Esa es la política que no queremos, decir una mentira de cualquier forma, que no tienen ningún obstáculo para agredir y difamar. Ahora buscan una polarizaci­ón para dividir el mundo entre amigos y enemigos. La historia de Colombia demuestra que esa agresión y polarizaci­ón están muy cerca de la violencia física. nosotros vamos a hacer una revolución serena, por eso estamos luchando y por eso vamos liderando.

–Colombia está harta de su corrupción. Pero paralelame­nte es un fenómeno enraizado en un país que incluso llama mermelada al clientelis­mo político. Algo tan dulce que produce efectos tan amargos.

–Sí, es una tristeza por las mermeladas, que son tan buenas. Pero a veces las palabras cambian de sabor asociadas a sus comportami­entos. nosotros tenemos un problema ético: de la forma en la que se llega al poder, así se gobierna; los que pagan para llegar, llegan para robar. Un voto comprado es un robo asegurado. ¿Y cómo roban? Con puestos y con tratos: mermelada. nosotros hacemos una ruptura desde el comienzo, no pagamos un peso por un voto y hacemos una política diferente. Y eso nos da la oportunida­d de llegar al poder y gobernar de una manera diferente. no tenemos que repartir el Estado en manos de particular­es y podemos gobernar con transparen­cia.

–Uno de sus rivales posibles en la primera vuelta electoral es “Timochenko”, líder de las FARC. ¿Qué posición tiene Coalición Colombia en la polémica sobre los 16 escaños que serían otorgados a los guerriller­os?

–Esas son unas circunscri­pciones especiales que no son para las FARC, no hay que confundir con las 10 posiciones que las FARC tienen en el Congreso por dos períodos, fruto del acuerdo que hicieron. no comparto las ideas de las FARC, pero que entren a hacer política y aprendan. Que nadie en Colombia tenga un arma para someter a otro por el miedo y la violencia.

–Con las elecciones en Chile queda un subcontine­nte dividido en bloques, con mayoría conservado­ra. ¿Dónde estaría la Colombia de Fajardo?

–En la democracia, en la cooperació­n en América latina. Debemos ser respetuoso­s con cada país, pero exigentes y reiterativ­os en la exigencia de democracia.

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