LA NACION

Directores técnicos: un año resumido en siete flashes

Ejemplos de continuida­d envidiable­s, como los de Barros Schelotto y Gallardo; despedidas efímeras, como la de Holan, y campeones que se alejan, como Heinze, marcaron 2017

- Rodolfo Chisleansc­hi

Con sagrados por sus sistemas cuando triunfan, defenestra­dos por una condición de fusibles que parece un estigma inevitable cuando las derrotas se suceden, los DT del fútbol nuestro se mecen en los vaivenes de los resultados, al fin y al cabo, el árbitro principal de sus destinos. Este año, Ariel Holan estableció un nuevo rubro: el de los que renuncian por cuatro días, tras salir campeón, y piden volver. Aquí, siete casos para recordar:

LAVALLÉN, JUSTICIA DIVINA

“¡Dios es justo!”, gritó Pablo Lavallén con el dedo índice señalando al cielo. “Dios es justo”, repitió con voz más baja, como si estuviese predicando. El 7 de febrero, por la fase previa de la Libertador­es, Atlético Tucumán jugó en Quito ante El Nacional un partido que la previa transformó en gesta: retraso aéreo, carrera enloquecid­a en micro, amenaza de perder los puntos, nada de entrada en calor, uso de ropa y botines de la selección juvenil que de casualidad andaba por ahí… El Decano ganó igual, 1-0, y pasó de rueda. Lavallén, hombre de profunda fe cristiana, enseguida entendió quién había tirado el centro para el gol de Zampedri.

LOS BOTONES DE VIVAS

El 6 de mayo tuvo lugar el episodio de mayor histrionis­mo del año. Un Nelson Vivas totalmente fuera de sí se arrancaba la camisa al ser expulsado en un Estudiante­s-Boca. Volaron los botones por los aires y el técnico se fue de la cancha enseñando su espalda tatuada. No hubo sanción ni reprimenda pública del club. Sólo fue despedido 40 días después, cuando Pacífico de Mendoza eliminó al Pincha de la Copa Argentina. En septiembre, ya en Defensa y Justicia, el irascible entrenador discutió con el encargado del fútbol, Diego Lemme, y renunció. Llevaba apenas cuatro partidos en el cargo. Todo apunta a que está usando el tiempo libre para coserse los botones sueltos.

EL VOLANTAZO DEL MELLIZO

“Mi número 5 es Gago”, había sentenciad­o Guillermo Barros Schelotto el día en que llegó a Boca, y aun con algunas idas, vueltas y estaciones intermedia­s, el técnico mantuvo su idea original. Hasta que el motor xeneize se gripó cuando encaraba la recta final del torneo 16/17. El 20 de mayo, después de caer 1-3 ante River, Gago empezó como volante central el partido contra Newell’s por la fecha 25. A su lado se movía el colombiano Wilmar Barrios. Con el correr de los minutos se vio que el ex Deportes Tolima iba comiéndole el espacio al capitán. Para el segundo tiempo ya estaba claro quién era el nuevo 5. En el vestuario, Guillermo había pegado el volantazo que acabó asegurando el título.

GALLARDO CERRÓ EL VAR

El 1 de noviembre, el VAR (Video Assistant Referee) abrió sus puertas en la Argentina y llenó las copas de polémicas. “Prefiero que siga equivocánd­ose el árbitro y no que se equivoquen siete”, disparó Marcelo Gallardo, tratando de justificar lo injustific­able: que River hubiese perdido ante Lanús una ventaja de tres goles en poco más de 45 minutos. El Muñeco fue mucho más duro con el uso que se hizo (o no se hizo) de la tecnología que con el rendimient­o de varios jugadores que quedaron en evidencia. El 4-2 para el Granate dejó a River sin final de la Libertador­es, y al VAR con un montón de deudas pendientes.

COCCA CERO

Despidió a varios referentes, perdió los clásicos, se fue demasiado pronto de la Copa Argentina y de la Sudamerica­na... Diego Cocca coleccionó tropiezos en su regreso a Racing. El peor, su relación con Lisandro López. Tuvieron un primer choque en mayo, con Agustín Orion como tema. El segundo fue en septiembre, tras una derrota. “Hay que tener más audacia”, tiró Licha. “No es momento de decir las cosas por afuera”, respondió el técnico. El 25 de noviembre, en el 0-1 frente a Independie­nte, el entrenador dejó en el banco al delantero y los hinchas hicieron oír sus preferenci­as. Cocca se fue al día siguiente. Ni dulce ni light, su remake anduvo cerca del cero.

HOLAN, PARA LLORAR

Más o menos como Pulgarcito, Ariel Holan fue establecie­ndo mojones durante su inolvidabl­e año en Independie­nte. Sólo que en lugar de marcar el camino con piedritas lo hizo con lágrimas. Soltó las primeras el 14 de mayo, en el momento que Maxi Meza convirtió el 2-0 en el clásico contra Racing, y no escatimó ninguna en cada uno de los valiosos éxitos que fue logrando su equipo. Las últimas, bien recientes, fueron en el Maracaná, la noche de la conquista de la Copa Sudamerica­na. Una semana después anunció que se iba del club, para cuatro días más tarde decir que continuaba. La mitad roja de Avellaneda ya no sabe si creer en lágrimas.

EL GRINGO IMPENETRAB­LE

Habla muy poco, no abunda en explicacio­nes, sólo trabaja sabiendo muy bien lo que quiere. No dio muchos detalles al anunciar que dejaba Argentinos Juniors el 23 de julio, después de devolver al Bicho a Primera jugando un fútbol primoroso. No comentó con nadie sus posteriore­s charlas con San Lorenzo y Estudiante­s. Gabriel Heinze es enterriano pero también impenetrab­le, como el Parque Nacional que está en el Chaco y permanece cerrado al público. El 12 de diciembre, Heinze firmó contrato en Vélez y reforzó su coraza: “La única comunicaci­ón con la prensa será en las conferenci­as”. El más bielsista de los gringos merecería ser chaqueño.

 ??  ?? 1 Gabriel Heinze Ascendió con Argentinos Juniors y se alejó. Pudo ir a San Lorenzo; se quedó con Vélez 2 Diego Cocca En Racing, confirmó que “segundas partes no son buenas”. Cayó por los resultados y por desavenenc­ias con Licha López 3 Marcelo Gallardo...
1 Gabriel Heinze Ascendió con Argentinos Juniors y se alejó. Pudo ir a San Lorenzo; se quedó con Vélez 2 Diego Cocca En Racing, confirmó que “segundas partes no son buenas”. Cayó por los resultados y por desavenenc­ias con Licha López 3 Marcelo Gallardo...

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