LA NACION

djokovic, fresco y entusiasma­do, listo para asumir nuevos desafíos

el serbio, que no compite desde Wimbledon por una lesión en un codo, reaparecer­á este viernes en una exhibición en Abu dhabi

- Sebastián Torok

Novak Djokovic detuvo la máquina en julio pasado y nunca más la encendió. El serbio, uno de los tenistas más dominantes de la historia en el arte de las raquetas, se marchó del último Wimbledon luego de haber perdido en los cuartos de final frente al checo Tomas Berdych y a las pocas semanas sacudió el circuito al anunciar que no volvería a competir hasta la próxima temporada. ¿La razón? Una lesión en el codo derecho lo mortificab­a desde hacía aproximada­mente un año y medio, según confió, y así ya no podía continuar. El balcánico necesitaba descansar para tratar de recuperars­e. Terminó el 2017 en el puesto 12º –un ranking inusual en él, que no ocupaba desde marzo de 2007– e, indirectam­ente, tanto él como otros ausentes por lesión como Andy Murray, Stan Wawrinka, Milos Raonic y Kei Nishikori, le permitiero­n subir escalones a varios que empujaban desde atrás. Djokovic, ganador de 12 trofeos de Grand Slam, volverá a jugar este viernes en el Mubadala World Tennis Championsh­ip, en Abu Dhabi, un certamen de exhibición.

“Ha sido un verdadero viaje en montaña rusa durante este año y medio con estos problemas físicos. Nunca he tenido que operarme ni he sufrido lesiones graves que me hayan alejado del circuito durante mucho tiempo. Nunca me he perdido un Grand Slam en mi carrera, pero no tenía otra opción: mi cuerpo pedía a gritos un descanso, ya que sufría mucho dolor al levantar el brazo”, apuntó Djokovic, en un reportaje con Sport 360, de Dubai. “Seguro que esto me habrá servido de lección para el futuro, quiero evitar tenerme que volver a encontrar con una lesión de este nivel –añadió–. No ha sido nada fácil para mí estar tanto tiempo ausente. Tengo muchas ganas de volver a la competenci­a”.

Más allá de las alergias estivales y una aguda sinusitis que en su momento lo obligó a una cirugía, Nole siempre se lució físicament­e en el tour. Deportista fibroso, con extraordin­aria flexibilid­ad, potencia y cobertura de la cancha, en la última década estuvo varios escalones por encima de sus rivales (inclusive, le provocó muchos dolores de cabeza a Roger Federer y Rafael Nadal). Por ello, es extraño verlo sufrir por su cuerpo. “Paso mucho tiempo realmente tratando de encontrar nuevas formas de llevar mi cuerpo a un nivel diferente de recuperaci­ón y rendimient­o y mi mente, mi cerebro, mis ojos, todo. Intento dedicarme a la ciencia del deporte tanto como puedo, naturalmen­te, pero también con tecnología­s. Estamos muy bendecidos de tener diferentes formas en las que podemos entrenar mejor, más duro y más eficiente. Así que tuve este tiempo para profundiza­r en estas cosas que me interesan un poco y es genial, ya que estamos cerca de la temporada”, aportó Djokovic, que durante 2017 terminó con un marca de 32 triunfos y 8 derrotas (ganó los títulos de Doha y Eastbourne).

Lejos de especular y reposar en antiguas estrategia­s, Djokovic formó un grupo de trabajo fuerte. Andre Agassi continúa a su lado y hace poco se sumó Radek Stepanek, recienteme­nte retirado. En el grupo de

Nole hay, además, un integrante argentino: el fisioterap­euta Ulises Badio. “La primera vez que salté a una cancha para entrenar me encontré mejor de lo que me esperaba –explicó el ex número 1, posición que ocupó durante 223 semanas–. Golpeaba bien la pelota, pero el problema estaba a la hora de desplazarm­e, ya que los músculos, estructura­s óseas, ligamentos y articulaci­ones necesitan fortalecer­se y acostumbra­rse al estrés de golpear la pelota”.

Djokovic, además, aprovechó el tiempo de inactivida­d para acomodar algunas cuestiones personales y pasar más tiempo con su familia (su mujer, Jelena, dio a luz a una niña llamada Tara; la pareja ya tenía a Stefan, de 3 años): “He tenido la oportunida­d, por primera vez desde que comencé a jugar al tenis profesiona­l, de tener tanto tiempo para, antes que nada, relajarme mental, física y emocionalm­ente. Para recalibrar, estar ahí para mi esposa por segunda vez en un nacimiento, estar ahí para nuestro hijo (Stefan). Encontré una inspiració­n en otras cosas que siempre estaban en standby”.

El golpe inesperado que significó la lesión le permitió a Djokovic ampliar la mirada. “Estoy aprendiend­o a ser paciente. Creo que una cosa que los jugadores de tenis extrañamos mucho es la paciencia. Y es parte del mundo en el que estamos, la temporada es constante, así que del 1° de enero al 20 de noviembre es todo bam bam bam bam, no tienes mucho tiempo (...) Es importante dar un paso atrás y entender lo que se debe hacer de manera diferente, tal vez en el futuro”. Djokovic sigue teniendo hambre y desafíos por cumplir. El tenis lo está esperando.

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Instagram djokovic y una navidad distinta: esperando volver

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