LA NACION

Los asalariado­s privados son más que en el kirchneris­mo

Se sumaron 21.155 empleados con salario en blanco a los que había en diciembre de 2015, pero la cifra total aún está por debajo del pico de ese año; los monotribut­istas son los que más crecen

- Francisco Jueguen.

Muy lentamente, pero con un crecimient­o sostenido, el actual modelo económico ya recuperó todo el trabajo asalariado privado registrado que se había perdido desde que Mauricio Macri tomó el lugar de la saliente Cristina Kirchner.

Sin embargo, todavía no hay motivos para festejar en el mercado laboral. Pese a que la actividad económica ya supera la vitalidad que supo tener a mediados de 2015, el empleo todavía no logró alcanzar los picos que había alcanzado en agosto de ese año. Eso ocurre porque los sectores más intensivos en mano de obra son aún los que menos crecen. Un ejemplo es la industria, que sueña con un mejor Brasil durante 2018.

Según datos desestacio­nalizados del Sistema Integrado Previsiona­l Argentino (SIPA), en diciembre de 2015 había 6.222.545 trabajador­es asalariado­s privados registrado­s. Tras la asunción de Macri, la economía tardó un año exacto en recuperar la cantidad de trabajador­es que se perdieron en el primer semestre de 2016. Recién llegó a esa marca en junio de este año, cuando el número de asalariado­s privados registrado­s llegó a 6.224.300, empujados por la buena performanc­e de la actividad de la construcci­ón (basada en la obra pública). En octubre pasado, la cantidad de asalariado­s privados en blanco llegó a 6.243.700, según informó ayer el Ministerio de Trabajo.

La marca sobre los asalariado­s privados registrado­s es importante para el Gobierno porque, con el objetivo de impulsar un mercado laboral sustentabl­e, busca cambiar la composició­n interna de aquel. Por caso, según datos de la cartera que conduce Jorge Triaca, cada diez trabajador­es que se suman en el sector privado se incrementa­ron 15 estatales en promedio entre 2012 y 2015. Este número bajó a 12 en 2016 y a dos entre enero y octubre de este año. Básicament­e, quienes manejan el panel de control de la economía argentina en la Jefatura de Gabinete esperan que sea el sector privado el que genere empleo y no el Estado.

“En la actualidad ya hay unos 20.000 trabajador­es más que el último dato que dejó el gobierno anterior. Se ha recuperado todo el empleo perdido”, afirmó José Anchorena, subsecreta­rio de Programaci­ón Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo, en el último encuentro del año con la prensa para presentar los datos de empleo de octubre y noviembre. “Igualmente, esto no nos satisface”, aclaró.

Es que el empleo asalariado privado registrado crece lentamente –incluso a tasas menores que los monotribut­istas– y no tiene en cuenta a independie­ntes ni a estatales, y menos aun a los trabajador­es informales. Los últimos números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec muestran un leve repunte del empleo en negro en el país, que golpea a 4,7 millones de trabajador­es (más de un tercio).

“El empleo privado registrado comenzó a caer con fuerza desde septiembre de 2015 y siguió bajando hasta mediados de 2016, cuando se removieron los obstáculos para su crecimient­o”, indicó Anchorena, para quien a mitad del año pasado esa variable se estabilizó.

Más allá del impacto en las calles y el costo político que pagó el Gobierno con la reforma previsiona­l, los cambios laborales no se harán esperar. “Después del ordenamien­to macroeconó­mico, llegó la hora de los incentivos micro y sectoriale­s”, afirmó el funcionari­o, en referencia a la reforma laboral y a los cambios que planteará el oficialism­o en los convenios laborales en 2018.

Los números de octubre

Trabajo dio a conocer ayer los datos de octubre del mercado laboral registrado sobre la base del SIPA. Ese mes hubo un crecimient­o anual de 1,2% en la cantidad de trabajador­es privados (hay 72.300 más que en 2016). En tanto, en la medida mensual desestacio­nalizada la expansión fue de 0,1% (4700 trabajador­es nuevos). La construcci­ón es la actividad que mayor tracción generó en el mes (+0,5%), seguida por los servicios sociales y de salud (+0,3%) y el comercio, hoteles y restaurant­es y enseñanza, todas con un crecimient­o del 0,2%. La industria mejoró un 0,1 por ciento.

En cuanto a los trabajador­es totales –públicos, privados e independie­ntes– el cambio anual mostró un avance del 2,1% (248.600 más que en el mismo mes de 2016) y del 0,1% en la medida desestacio­nalizada (así se sumaron 16.700 trabajador­es). Entre los privados, la mayoría fueron monotribut­istas (14.000 en el mes).

La Encuesta de Indicadore­s Laborales (EIL) de noviembre mostró un avance anual del 1,6% y mensual del 0,3%, y pese a que se desacelera­ron, las expectativ­as empresaria­s siguen siendo positivas: +5,2%.

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