LA NACION

Dudas sobre la versión del canillita que tuvo el quiosco cerca del edificio de Nisman

Zabaleta declaró que el puesto solía estar cerrado; es plomero y hoy trabaja en el Ministerio de Modernizac­ión

- Paz Rodríguez Niell LA NACION

El dueño del puesto de diarios que estaba frente al departamen­to de Alberto Nisman –quiosco sospechado de haber sido usado para vigilar al fiscal– es plomero y trabaja hoy en el área de Mantenimie­nto del Ministerio de Modernizac­ión.

Se llama Alfredo Juan Zabaleta y se presentó espontánea­mente en la fiscalía que investiga la muerte de Nisman. Declaró el 20 de diciembre y explicó que su quiosco solía estar cerrado porque él se había fundido, y que le había vendido “muy poquitas veces” diarios a Nisman. Que él no sabía quién era, pero que solía pasar los sábados “a veces con una chica muy bonita”. Contó también que Nisman se presentó un día y le pidió que le llevara diarios, y que después “una persona” iba a pagarle. Dijo que una vez le pagó un hombre que tenía “una pinta de policía bárbaro”, pero que fue “mucho antes de la muerte” del fiscal.

La fiscalía investiga su versión. Le secuestrar­on el celular para mandarlo a peritar. Zabaleta dijo que había conseguido trabajo porque se había encontrado por la calle con Mauricio Macri.

Según su relato, decidió presentars­e en la fiscalía porque se había publicado informació­n falsa sobre él. En el último dictamen de Taiano, el fiscal hizo mención al quiosco de diarios entre los distintos elementos que harían sospechar que a Nisman lo estaban vigilando. Habló de su “llamativo funcionami­ento”. Dijo que no estaba registrado y que, según testigos, cerró el día después de la muerte de Nisman.

Zabaleta lo negó y afirmó que sí tenía los permisos. Dijo que lo había mudado desde La Boca en 2009; que primero le dijeron que no podía instalarse en Puerto Madero, pero que consiguió que lo habilitara­n con un amparo judicial.

“Como plomero estoy fundido, como diariero también”, declaró. Y dio una versión sobre los diarios que vendía por suscripcio­nes que después rectificó. Primero dijo que se fundió porque lo dejaron “sin suscripcio­nes”; después, que nunca las tuvo.

Relató que durante diciembre de 2014 y enero de 2015 (el mes de la muerte de Nisman), iba “esporádica­mente” a su quiosco porque tenía “cortados los diarios” y sólo vendía algunos que le prestaban “algunos compañeros”, entre ellos un tal “Cacho”. Que en Le Parc tenía “unos poquitos clientes”. Contó que ahora sólo va al puesto de vez en cuando a limpiarlo.

“Trabajo en el Ministerio de Modernizac­ión, haciendo mantenimie­nto”, declaró. Dijo que lo había conseguido por un político. Cuando le preguntaro­n cuál, contestó: “No lo quiero decir, no quiero perder mi trabajo… Yo le pedí al Presidente que me dé trabajo porque estoy fundido. A Mauricio Macri lo agarré en la calle. No era presidente en ese momento. Después me llamaron”.

En el Ministerio de Modernizac­ión confirmaro­n a la nacion que Zabaleta trabaja allí y dijeron que no sabían si había existido el supuesto diálogo con Macri.

 ?? Archivo ?? El quiosco que funcionó hasta la muerte de Nisman
Archivo El quiosco que funcionó hasta la muerte de Nisman

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina