LA NACION

Sin trabas para producir, aumenta el uso de la tecnología en el agro

Según un relevamien­to de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en los últimos dos años creció el uso de insumos y la adopción de procesos de innovación

- Fernando Bertello LA NACION

El uso de tecnología­s por parte de los productore­s, consideran­do tanto las tecnología­s de insumos como de procesos, registró una fuerte mejora en la última campaña agrícola.

Así se desprende de un informe del Departamen­to de Investigac­ión y Prospectiv­a Tecnológic­a de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en base al Relevamien­to de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa), que consideró la situación en los seis principale­s cultivos del país (soja, trigo, maíz para grano comercial, cebada, sorgo y girasol) y la comparó con lo sucedido en 2014/2015.

Vale recordar que en estos últimos años había cupos para exportar y retencione­s al trigo, el maíz, el girasol y la soja, esta con una tasa del 35%. En tanto, la campaña 2016/2017 se desarrolló sin trabas al comercio y sin retencione­s para esos productos, salvo para el caso de la soja, que mantiene una alícuota del 30 por ciento.

Según el informe, se revirtió una tendencia negativa que había en el uso de tecnología. En rigor, hubo un aumento del segmento de alta tecnología, que creció de 29% a 34% entre los ciclos 2014/2015 y 2016/2017. En tanto, hubo una disminució­n de los planteos de baja tecnología, de 21% a sólo un 9% del área sembrada. Es decir que menos productore­s aplicaron tecnología baja y se volcaron a la aplicación de tecnología­s media o alta.

Por el lado del segmento de tecnología media, se encuentra en un 57% de la superficie sembrada contra un 51% registrado en el ciclo 2014/2015, según el relevamien­to.

“No sólo hubo una mejora en el uso de los insumos, sino en las tecnología­s de procesos, como el manejo por ambientes, el muestreo de suelos y la aplicación variable de insumos”, dijo a la nacion Juan Manuel Brihet, coordinado­r del Departamen­to de Investigac­ión y Prospectiv­a Tecnológic­a de la entidad.

Según Brihet, la práctica de la siembra directa, donde no se remueve el suelo, alcanzó el 91% del área sembrada en el ciclo pasado 2016/17, “luego de seis años de caída sostenida, cuando bajó del 94% al 90% de la superficie nacional, entre los ciclos 2010/11 y 2014/15”.

Por cultivos, el maíz y la soja se ubicaron primeros en el ranking de adopción de la siembra directa, con un 94 y un 93%, respec- tivamente, seguidos por el trigo, con un 89%, y la cebada, con un 85%.

Brihet también se detuvo a analizar otras variables vinculadas con las tecnología­s de procesos que ayudan al manejo de los productore­s.

“El manejo por ambientes fue realizado por el 13% de los productore­s, mientras que el dato anterior era de sólo un 3%”, precisó el especialis­ta. Además, según agregó, el muestreo de suelos creció levemente de un 10% a un 13% del total de productore­s.

Prácticas

Respecto de este último punto, aclaró que la práctica es muy variable según el cultivo y el nivel tecnológic­o del productor.

Al respecto, ejemplific­ó: “En cebada, el segmento de alta tecnología tuvo un 51% de productore­s que hicieron muestreo de suelos, mientras que en trigo de baja tecnología el promedio nacional fue de sólo el 4% de productore­s”.

En cuanto a la aplicación variable de insumos, esto es, que sirve para hacer más eficiente el uso de semillas o fertilizan­tes, según el relevamien­to, en el ciclo agrícola 2016/17 “un 6% de los productore­s realizó aplicación variable de insumos”.

En cambio “no hubo datos significat­ivos sobre la aplicación variable de insumos en la medición anterior”, esto es, en el ciclo 2014/2015.

Para Brihet, en las próximas campañas seguiría “la tendencia positiva” hacia el uso de tecnología­s en la producción agrícola.

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