Boca busca con Buffarini ponerle fin a la nostalgia por Ibarra
Desde el retiro del Negro, pasaron ocho laterales derechos por el club y ninguno conformó; “Ojalá pueda estar a la altura”, dijo
El arribo de Julio Buffarini le permite a Boca sumar un refuerzo “de jerarquía”, como pidió Guillermo Barros Schelotto y potenciar la sana competencia interna, algo fundamental para que, como predica el DT, los once que salen al campo de juego sean siempre los mejores.
“Es un paso muy importante para mi carrera, un desafío muy lindo, ojalá pueda estar a la altura. Me llega en un momento bueno en lo personal, si bien en el último mes y medio no me tocó tener la continuidad que venía teniendo, ya está. Hay que dar vuelta la página y pensar en lo que viene”, declaró Buffarini ante la prensa, después de la revisión médica de rutina.
No es casualidad que sea el lateral derecho el lugar que se refuerza. El Mellizo siente que en ese sector el equipo da ventajas y que aún nadie se adueñó del puesto.
Buffarini, que aceptó bajar sus pretensiones económicas para poder jugar en su nuevo equipo, llega a Boca para aportarle toda su experiencia internacional. Campeón con San Lorenzo de la Libertadores 2014, el ex San Pablo, de 29 años, conoce a todos los posibles rivales brasileños que puede tener el equipo xeneize en la Copa 2017, incluido Palmeiras, rival en la etapa de grupos. Eso, siempre, es un plus.
Buffarini arriba con ganas de mostrarse, luego de que en las últimas semanas se sintiera relegado en el conjunto paulista. Incluso, el futbolista es consciente de que una muy buena tarea con la camiseta azul y oro podría abrirle una ligera posibilidad de disputar el Mundial de Rusia 2018. La vidriera xeneize es, en ese sentido, de una notable exposición. Aunque es cauto. “Primero, quiero estar en Boca, conseguir los objetivos, tratar de jugar, andar bien. Después, cuando uno anda bien en el club, la selección va a venir sola”, dijo. La posición del clásico Nº 4 es un
problema de estado para Boca. Desde que Hugo Ibarra jugó su último partido oficial el 14 de mayo de 2010 ante Banfield, el club compró ocho laterales derechos en busca de llenar aquel espacio vacío y estilo de juego que selló el Negro en el club, que estableció una vara insuperable de nivel de rendimiento, calidad defensiva y autoridad a la hora de pasar al ataque.
Hasta la contratación de Buffarini, la preocupación pasaba por la alternancia de los dos hombres que ocuparon el puesto durante 2017.
Después de ser señalado como uno de los responsables de los tropiezos de Boca en varias fechas del último tramo del campeonato 2016/2017 y perder la titularidad, Gino Peruzzi se sintió abrumado emocionalmente y hasta analizó seriamente la posibilidad de dejar el club. No lo hizo y se mentalizó para volver a tener su chance. Sin embargo, cuando la tuvo, como contra Estudiantes en la cancha de Quilmes, en la última fecha antes del receso de la Superliga, su nivel tampoco convenció.
El caso de Leonardo Jara es diferente. Por su polifuncionalidad, el ex hombre del Pincha le supo resolver al cuerpo técnico situaciones complejas, y más de una vez apagó
incendios. Jara está considerado como uno de los mediocampistas más “tácticos” del plantel, y no tuvo inconvenientes para cubrir espacios en diferentes lugares del equipo, como el mediocampo o incluso como volante por derecha.
El asunto en su caso pasa por lo físico. Tres días antes del partido frente a Estudiantes, Jara se retiró antes de la práctica y los estudios médicos generaron preocupación: desprendimiento del aductor medio izquierdo, y al menos dos meses de inactividad.
En su primer contacto con los medios, Buffarini tampoco se olvidó de los hinchas de San Lorenzo, su anterior club en la Argentina, que a través de las redes sociales hicieron sentir su malestar con la decisión del futbolista. “Sé que la gente de San Lorenzo puede estar molesta por la decisión que tomé, pero pensé también mucho en el futuro de mi familia, porque no estoy salvado económicamente. Y el tiempo que me tocó estar en San Lorenzo dejé
la vida”, se descargó. La llegada de Buffarini le permite a los Mellizos contar con la posibilidad de analizar diferentes variantes, como por ejemplo mantener un equipo titular para la Copa Libertadores y a la vez contar con alternativas de jerarquía en el banco. Al mismo tiempo, es una incógnita saber si el cuerpo técnico mantendrá a tres laterales derechos, o si Peruzzi emigrará.
El pase de Buffarini a Boca desde San Pablo se concretó en una cifra cercana al 1.800.000 dólares por el 80 por ciento de la ficha y un contrato de tres años.