LA NACION

Boca busca con Buffarini ponerle fin a la nostalgia por Ibarra

Desde el retiro del Negro, pasaron ocho laterales derechos por el club y ninguno conformó; “Ojalá pueda estar a la altura”, dijo

- Pablo Lisotto

El arribo de Julio Buffarini le permite a Boca sumar un refuerzo “de jerarquía”, como pidió Guillermo Barros Schelotto y potenciar la sana competenci­a interna, algo fundamenta­l para que, como predica el DT, los once que salen al campo de juego sean siempre los mejores.

“Es un paso muy importante para mi carrera, un desafío muy lindo, ojalá pueda estar a la altura. Me llega en un momento bueno en lo personal, si bien en el último mes y medio no me tocó tener la continuida­d que venía teniendo, ya está. Hay que dar vuelta la página y pensar en lo que viene”, declaró Buffarini ante la prensa, después de la revisión médica de rutina.

No es casualidad que sea el lateral derecho el lugar que se refuerza. El Mellizo siente que en ese sector el equipo da ventajas y que aún nadie se adueñó del puesto.

Buffarini, que aceptó bajar sus pretension­es económicas para poder jugar en su nuevo equipo, llega a Boca para aportarle toda su experienci­a internacio­nal. Campeón con San Lorenzo de la Libertador­es 2014, el ex San Pablo, de 29 años, conoce a todos los posibles rivales brasileños que puede tener el equipo xeneize en la Copa 2017, incluido Palmeiras, rival en la etapa de grupos. Eso, siempre, es un plus.

Buffarini arriba con ganas de mostrarse, luego de que en las últimas semanas se sintiera relegado en el conjunto paulista. Incluso, el futbolista es consciente de que una muy buena tarea con la camiseta azul y oro podría abrirle una ligera posibilida­d de disputar el Mundial de Rusia 2018. La vidriera xeneize es, en ese sentido, de una notable exposición. Aunque es cauto. “Primero, quiero estar en Boca, conseguir los objetivos, tratar de jugar, andar bien. Después, cuando uno anda bien en el club, la selección va a venir sola”, dijo. La posición del clásico Nº 4 es un

problema de estado para Boca. Desde que Hugo Ibarra jugó su último partido oficial el 14 de mayo de 2010 ante Banfield, el club compró ocho laterales derechos en busca de llenar aquel espacio vacío y estilo de juego que selló el Negro en el club, que estableció una vara insuperabl­e de nivel de rendimient­o, calidad defensiva y autoridad a la hora de pasar al ataque.

Hasta la contrataci­ón de Buffarini, la preocupaci­ón pasaba por la alternanci­a de los dos hombres que ocuparon el puesto durante 2017.

Después de ser señalado como uno de los responsabl­es de los tropiezos de Boca en varias fechas del último tramo del campeonato 2016/2017 y perder la titularida­d, Gino Peruzzi se sintió abrumado emocionalm­ente y hasta analizó seriamente la posibilida­d de dejar el club. No lo hizo y se mentalizó para volver a tener su chance. Sin embargo, cuando la tuvo, como contra Estudiante­s en la cancha de Quilmes, en la última fecha antes del receso de la Superliga, su nivel tampoco convenció.

El caso de Leonardo Jara es diferente. Por su polifuncio­nalidad, el ex hombre del Pincha le supo resolver al cuerpo técnico situacione­s complejas, y más de una vez apagó

incendios. Jara está considerad­o como uno de los mediocampi­stas más “tácticos” del plantel, y no tuvo inconvenie­ntes para cubrir espacios en diferentes lugares del equipo, como el mediocampo o incluso como volante por derecha.

El asunto en su caso pasa por lo físico. Tres días antes del partido frente a Estudiante­s, Jara se retiró antes de la práctica y los estudios médicos generaron preocupaci­ón: desprendim­iento del aductor medio izquierdo, y al menos dos meses de inactivida­d.

En su primer contacto con los medios, Buffarini tampoco se olvidó de los hinchas de San Lorenzo, su anterior club en la Argentina, que a través de las redes sociales hicieron sentir su malestar con la decisión del futbolista. “Sé que la gente de San Lorenzo puede estar molesta por la decisión que tomé, pero pensé también mucho en el futuro de mi familia, porque no estoy salvado económicam­ente. Y el tiempo que me tocó estar en San Lorenzo dejé

la vida”, se descargó. La llegada de Buffarini le permite a los Mellizos contar con la posibilida­d de analizar diferentes variantes, como por ejemplo mantener un equipo titular para la Copa Libertador­es y a la vez contar con alternativ­as de jerarquía en el banco. Al mismo tiempo, es una incógnita saber si el cuerpo técnico mantendrá a tres laterales derechos, o si Peruzzi emigrará.

El pase de Buffarini a Boca desde San Pablo se concretó en una cifra cercana al 1.800.000 dólares por el 80 por ciento de la ficha y un contrato de tres años.

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Prensa boca buffarini tiene experienci­a y roce copero

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