LA NACION

Críticas a la prisión domiciliar­ia de Etchecolat­z

Organismos de derechos humanos y políticos pidieron revertir el traslado del represor a Mar del Plata

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“¿Vale la pena?”, respondió Estela de Carlotto ayer, ante un pedido de reflexión sobre la decisión de la Justicia de ordenar la prisión domiciliar­ia para el represor y ex comisario bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolat­z, que ayer motivó una extendida ola de repudio de parte de organismos de derechos humanos, que exigen revertir la situación.

“No quisiera empañar este momento [el anuncio del hallazgo de la nueva nieta] con esto, pero la vida es una de cal y una de arena”, agregó, al tiempo que adelantó que Abuelas está evaluando con abogados qué pasos tomar para intentar revertir la situación. “Fue inesperado. No la va a pasar muy bien. Ya hay una radio diciendo dónde vive. Que esté suelto este monstruo es imposible de pensar”, sostuvo.

El enojo de Abuelas se sumó a la indignació­n de organizaci­ones de derechos humanos locales, bloques políticos del Concejo Deliberant­e y sectores gremiales de Mar del Plata, donde se radicará el represor. Estaba previsto que el detenido partiera anoche desde Ezeiza a la ciudad balnearia, luego de cumplir los trámites requeridos.

Los integrante­s de las bancadas del oficialism­o y de la oposición rechazaron la llegada de Etchecolat­z a esa ciudad en una conferenci­a de prensa compartida con representa­ntes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y remarcaron que el ex comisario fue condenado seis veces por haber cometido delitos de lesa humanidad.

“Es inconcebib­le que esta alimaña esté suelta o en su casa del Bosque”, dijo el presidente del Concejo Deliberant­e, Guillermo Sáenz Saralegui, en referencia a que Etchecolat­z vivirá en una casa del Bosque Peralta Ramos.

Por su parte, la referente de Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad Leda Barreiro calificó de “tremenda” la decisión del tribunal y señaló que “no hay que poner la mira en Etchecolat­z, sino en la Justicia, que lo deja ir a su casita” en el Bosque. “Nos deja pasmados este retroceso de la Justicia. No nos vengan con que es viejito: nosotras también somos viejitas”, señaló Barreiro, quien recordó que el represor fue jefe de 21 centros clandestin­os de detención en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura.

Etchecolat­z, de 88 años, recibió anteayer el beneficio de la prisión domiciliar­ia por parte del Tribunal Oral Federal Nº 6 de la ciudad de Buenos Aires, por su “delicado cuadro de salud”. La noticia tomó por sorpresa a los organismos de derechos humanos, dijo Carlotto.

Entre los cuestionam­ientos que exigen dar marcha atrás con la medida judicial, la diputada nacional marplatens­e Fernanda Raverta (Unidad Ciudadana) recordó que Etchecolat­z fue declarado “persona no grata” en 2001 en el partido de General Pueyrredón, al igual que otros represores emblemátic­os de la dictadura, como Alfredo Astiz.

“[Los marplatens­es] no se merecen vivir junto a un genocida”, agregó Raverta, que es hija de María Inés Raverta, que se encuentra desapareci­da desde junio de 1980.

Los reclamos no sólo fueron destinados a la Justicia, sino también al propio intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, a quien le pidieron que se exprese públicamen­te contra el traslado del represor.

Ayer, durante un acto de gobierno, Arroyo fue consultado, pero evitó dar definicion­es. “No tengo acceso a los expediente­s. No puedo abrir un juicio y una opinión”, dijo.

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