Él Mató... y Los Espíritus. Las voces de una nueva generación independiente
Con discos editados este año, se convirtieron en referentes de la escena y alcanzaron la masividad
En la medianoche fría del viernes 23 de junio de este año, Él mató a un Policía motorizado acababa de cerrar uno de los cinco shows con entradas agotadas con los que presentó su álbum La síntesis
O’Konor y un grupo de jóvenes se reagrupaba a la salida de niceto club luego de dos horas de celebración sin respiro. “Y mañana todos a Flores, ¿no?”. La respuesta fue unánime: “Obvio”. Al día siguiente, en el Teatro de Flores, Los espíritus presentaban su flamante disco Agua ardiente, con dos shows también con entradas totalmente agotadas.
con la salida casi simultánea de sus discos, Él mató... y Los espíritus confirmaron su gran momento creativo y se instalaron como “las bandas que hay que ir a ver” para toda una nueva generación que, a principios de este mes y en la misma noche (¿casualidad?), mostró su poder de convocatoria y colmó la ciudad cultural Konex y el estadio malvinas Argentinas, en los
shows despedida de este 2017 consagratorio para ambos grupos. con un plan de autogestión que marcó a fuego tanto a sus colegas compañeros de ruta como a sus más jóvenes sucesores (sus conciertos están repletos de músicos amateurs que sueñan imitarlos algún día), las dos bandas construyeron un camino estético bien definido que se hizo carne en sus seguidores.
repitiendo una tradición que el rock argentino instaló en la década del 80, Él mató... y Los espíritus no sólo conquistaron nuevo público local, sino que también cruzaron fronteras y este año llevaron su música a toda América latina y españa, con dos extensas y exitosas giras que afianzaron aún más su sonido en vivo.
más allá de pertenecer a la misma generación que dio los primeros pasos en el under en los albores del nuevo milenio, con la crisis de 2001 sobre sus espaldas y la tragedia de cromagnon por venir, a las dos bandas también las une cierta búsqueda de la belleza a través de lo simple, apoyándose en la economización de elementos (sonoros y líricos), pero expuestos en su máxima expresión.
Él mató... y Los espíritus se convirtieron definitivamente en este 2017 en referentes de una movida que se dio a conocer como “rock indie”, pero que ya sobrepasa la etiqueta y los eleva al estatus de indispensables para comprender el sonido del rock argentino de estos tiempos.
Y no sólo lo son desde la refrescada musical que le dieron al género en el país, justo en el año en el que se celebraba el medio siglo de “La balsa”, sino también creando universos poéticos que reflejan el sentir de una época.
Ahí está santiago motorizado con sus heroínas “bellas y fuertes” en días en los que las mujeres se ubicaron en el centro de un cambio cultural global, y un poco más allá está la poesía psicodélica-urbana de maxi Prietto, que en vez de arrastrarse en el asfalto caliente pide por “pobrecita la madre tierra, pudrimos los mares, pudrimos los ríos, pudrimos las aguas que beben los niños”. signo de los tiempos, que le dicen.
¿cuál fue la clave de esta expansión creativa que alumbra la escena en la actualidad? La voz de Él mató... intenta una respuesta: “Lo que veo como característica generacional de muchas bandas con las que nos cruzamos en todos estos años es que hay una entrega total para con el arte. Todos entendimos que la independencia nos permite esa exploración, libre para con las canciones y el arte que hay alrededor. Y este compromiso para con su arte, esta nueva camada de músicos, además busca tener su personalidad bien marcada y no colgarse a cierto sonido que está de moda”.