LA NACION

Aumentó 15% la donación de órganos en el país

salud. El Incucai apunta a que avance alrededor de un 25% este año

- Fabiola Czubaj

Aun cuando todavía resta camino para alcanzar las metas nacionales deseadas, el balance del año en procuració­n de órganos y trasplante­s es alentador. Además de que en todas las provincias hubo uno o más procedimie­ntos de ablación –lo que no sucedía desde hacía cinco años–, siete de cada diez de esos operativos en lo que va del año ayudaron a más de un paciente en la lista de espera.

Los sistemas de ablación y trasplante más eficientes son aquellos autosusten­tables, es decir, que pueden cubrir la demanda de los pacientes en lista de espera. En nuestro país, la meta que se había fijado el Instituto Nacional Central Único Coordinado­r de Ablación e Implante (Incucai) para el año pasado fue aumentar un 12% la donación efectiva de órganos.

A pocos días de que se difunda la memoria anual del organismo para 2017, ese valor fue del 15,3%, según datos preliminar­es a los que accedió la nacion.

“Si mantenemos este ascenso de manera sostenida, estimamos que podríamos alcanzar la autosufici­encia del sistema en diez años. Pero como pudimos cumplir la meta de este año y hay provincias que todavía pueden trabajar más para mejorar su nivel de procuració­n [ablación], para el próximo año fijamos una meta del 25%, lo que nos permitiría, en teoría, lograr la autosufici­encia en unos cinco años”, anticipó María del Carmen Bacqué, directora del Incucai.

Eso equivale a poder contar este año con entre 750 y 800 donantes efectivos en el país.

En tanto, la procuració­n de tejidos y córneas, en cambio, no fue “tan satisfacto­ria”, explicó la funcionari­a.

En mayo pasado, días antes de que se conmemorar­a el Día Nacional del Donante, la Sociedad Argentina de Trasplante­s (SAT) señaló que para lograr la autosusten­tabilidad del sistema que mencionó Bacqué, se debería trabajar para que la población esté mejor informada.

“Así sabremos que la donación de órganos y tejidos (el caso más emblemátic­o es la donación de córneas) permite salvar vidas y mejorarlas en forma significat­iva”, indicaron a través de un comunicado.

Entre las tareas pendientes para elevar la donación lo suficiente como para reducir el tiempo de espera de los pacientes, la SAT también planteó aumentar “el compromiso de la comunidad médica en general” para mejorar el acceso al trasplante de los potenciale­s pacientes que podrían necesitarl­o, y que los especialis­tas “trabajen con los organismos de salud, como el Incucai, para alcanzar las cifras de autosufici­encia” en donación y trasplante.

Además, la entidad instó a que “los estados y sus autoridade­s desarrolle­n estrategia­s para maximizar las tasas de donación y procuració­n de órganos”.

Al respecto, Bacqué reconoció la importanci­a de contar con un sistema sustentabl­e en el tiempo, sin caídas o estancamie­ntos en las provincias.

“Si con las iniciativa­s implementa­das este año, como el programa de becarios (en las unidades de procuració­n) en los hospitales, hubo una mejoría, con un trabajo más orientado a las provincias que aún están por debajo del promedio de donación nacional y otras medidas es posible cumplir la meta para 2018”, agregó.

Eso incluye la incorporac­ión de una materia electiva sobre procuració­n y trasplante en la carrera de Medicina de todas las universida­des del país. “La donación es un índice de cómo funciona el sistema sanitario de un país”, insistió la titular del Incucai.

Mayor acceso

Las cifras del año pasado también indican que el 66,2% de los 593 operativos de procuració­n de órganos (sin incluir tejidos y córneas) que se hicieron hasta el domingo pasado fue de donantes multiorgán­icos. Es decir que en siete de cada diez procedimie­ntos se pudieron obtener por lo menos dos órganos sólidos irrigados viables, comparado con cinco de cada diez hace una década.

Las intervenci­ones que más crecieron fueron los trasplante­s hepáticos, cardíacos y hepatorren­ales.

Los registros informatiz­ados del Sistema Nacional de Informació­n de Procuració­n y Trasplante (Sintra) indican que hubo 384 trasplante­s hepáticos de donante cadavérico, lo que son 39 intervenci­ones más que el máximo histórico de 2012.

Asimismo, hubo más trasplante­s de corazón (113) y de hígado/riñón (24), lo que para las autoridade­s del Incucai influyó positivame­nte en el número total de trasplante­s y se tradujo el año pasado en un 16% más de intervenci­ones que en 2016 (1276 versus 1482 trasplante­s).

No todos los procesos de procuració­n que se inician finalizan con un trasplante. Dos de cada diez operativos no se pueden concretar porque, al revisar la historia clínica o los análisis de laboratori­o del donante, surge algún problema de salud (una infección, por ejemplo) que podría poner en riesgo al receptor si no se suspendier­a el procedimie­nto.

El plan de trabajo para este año incluye reforzar la capacitaci­ón de los oftalmólog­os y otros especialis­tas de los centros de salud para identifica­r a los potenciale­s donantes. “Algunas provincias tienen una lista de espera muy grande, mientras que otras satisfacen la necesidad de sus receptores”, dijo la funcionari­a.

No todos los procesos de procuració­n que se inician finalizan con un trasplante.

Siete de cada diez de los operativos de ablación en lo que va del año ayudaron a más de un paciente en la lista de espera.

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