Detienen a un contador en el caso Milagro Sala
El hombre había intentado huir con un bolso lleno de dinero y joyas
La Justicia jujeña imputó y detuvo ayer por encubrimiento al contador Diego Matus, que había sido detenido al intentar huir de la policía llevando un bolso con dinero y joyas, durante los allanamientos realizados en el marco de la investigación por presunto lavado de activos que involucra a Milagro Sala.
Matus fue sorprendido cuando escapaba de una propiedad del empresario Guillermo Fiad –también investigado en esta causa–, de quien es su cuñado, lo que derivó en su imputación por presunto “encubrimiento”.
Si bien no se precisó la cifra de dinero y joyas que llevaba el contador, se supo que el bolso contenía billetes en efectivo, dólares y euros, además de múltiples joyas de “considerable valor”.
“Al momento de realizarse uno de los allanamientos, un hombre salía con una bolsa que contenía dinero, dólares, euros y joyas”, contó el fiscal jujeño Darío Osinaga, quien consideró el hecho “como un indicio de vital importancia” porque “en principio las personas investigadas no podrían justificar tamaña fortuna en bienes”.
En esa causa están imputados, además de Milagro Sala, su pareja Raúl Noro, Guillermo Fiad, Gladis Díaz, Mirta Guerrero, Marcos Quispe y Tito Fredy, estos cuatro últimos también vinculados con la Tupac Amaru.
Pero los allanamientos y el nuevo imputado no fueron las únicas novedades judiciales en las causas que envuelven a Sala: la dirigente social continuará con prisión preventiva por un año más. La extensión de la medida sería apelada por la defensa en tribunales internacionales.
Así lo decidió la Sala Penal de feria del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy al conceder una prórroga a esa medida restrictiva, en el marco de la causa “Pibes Villeros”, donde se investiga a la dirigente social por el presunto desvío de fondos destinados a viviendas sociales.
En la resolución, los magistrados expresaron que resultaba factible extender el plazo de la prisión preventiva fijado en dos años para dictar sentencia hasta un año más.
En ese sentido, se sostuvo que atento a “la complejidad de la investigación de la causa” y a “la innumerable cantidad de recursos procesales” interpuestos por la defensa, el tiempo que lleva transcurrida la investigación penal preparatoria resulta “razonable”.