LA NACION

La violencia jaquea al estado en el que están Natal y Pipa

Rio Grande do Norte decretó la “calamidad de la seguridad pública”

- Alberto Armendáriz

RíO DE JANEIRO.– Como consecuenc­ia de una huelga policial que ya se arrastra desde el 20 de diciembre, el estado brasileño de Rio Grande do Norte decretó ayer la “calamidad de la seguridad pública” en plena temporada veraniega, cuando sus populares playas en Natal y Pipa se llenan de turistas, muchos de ellos argentinos.

El gobernador Robinson Faria justificó el decreto en el aumento de los índices de violencia derivados de la paralizaci­ón de las actividade­s de los policías civiles y militares, así como de la mayoría de los bomberos, que reclaman el atrasado pago de los salarios de noviembre y diciembre, además del aguinaldo. En los primeros 15 días desde que comenzó la huelga, las autoridade­s contabiliz­aron 106 asesinatos en todo el estado, un 35% más que en el mismo período del año pasado, cuando hubo 78 muertes violentas.

la medida, que en principio regirá por 180 días, permite al gobierno “contratar cualquier servicio disponible, público o privado, con la finalidad de restablece­r la normalidad”. Asimismo, habilita a las autoridade­s a adoptar “medidas de emergencia” –como toques de queda– para poder garantizar la seguridad.

Ante la falta de acuerdo entre el gobierno estatal y las asociacion­es policiales, ya el 29 de diciembre el presidente Michel Temer había aprobado el envío de 2800 efectivos de las fuerzas armadas para patrullar las regiones metropolit­anas de Natal, la capital estatal, y la ciudad de Mossoró, la segunda más poblada del estado. Es posible que ahora el gobernador Faria incluso solicite un refuerzo de efectivos al Palacio del Planalto.

la huelga de las fuerzas de seguridad había sido considerad­a ilegal por la Justicia justo después de Navidad. A pedido de la Procuradur­ía General estatal, la jueza Judite Nunes determinó que los policías debían retomar sus funciones de inmediato bajo amenaza de multas diarias de hasta 9000 dólares a los sindicatos que agrupan a los agentes.

Esta última semana los representa­ntes de los policías y del gobierno se reunieron para negociar una salida, pero no se llegó a una solución.

El paro de las fuerzas de seguridad ocurre en momentos en que decenas de miles de turistas viajan a Rio Grande do Norte para disfrutar el verano en sus paradisíac­as playas de Galinhos, Genipabu, Ponta Negra, Tibau do Sul y Pipa. Esta última, además de ser un destino muy popular entre los argentinos, también cuenta con una numerosa comunidad argentina que reside de forma permanente y es dueña de posadas, restaurant­es y tiendas.

la situación en Rio Grande do Norte recuerda otras dos paralizaci­ones policiales que ocurrieron el verano pasado en los estados de Río de Janeiro y Espíritu Santo –también derivada de la crisis financiera en esos distritos–, que generaron un incremento significat­ivo de criminalid­ad, violencia y muertes.

Actualment­e, Rio atraviesa una crisis financiera que derivó en el recorte de los presupuest­os de seguridad. Además, hay atrasos en el pago de los sueldos de los policías, así como de los de otros funcionari­os.

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