Hasta Popovich quiere saber el secreto de Manu
“Lo que sea que esté tomando, yo lo quiero”, dijo entre risas el entrenador sobre los 21 puntos de Ginóbili, su mejor registro en la temporada
Emanuel Ginóbili relativiza todo, se quita importancia, se asombra con algunos comentarios elogiosos que llegan a sus oídos, los considera excesivos. Como si fueran condescendientes con su veteranía. Dice que le festejan muchas de sus intervenciones porque ya tiene 40 años, edad en la que no es habitual que un basquetbolista de la exigente NBA convierta 21 tantos, como registró su planilla personal en el 103-89 de San Antonio Spurs sobre Phoenix Suns, undécimo entre los quince equipos de la Conferencia del Oeste, en la que el conjunto texano está tercero.
Aunque quiera encolumnarse entre los deportistas comunes, el bahiense sigue rindiendo como para hacerse un lugar entre el reducido grupo de los excepcionales. El archivo recuerda que los basquetbolistas que con más de 40 años superaron la barrera de los 20 tantos en un parde tido son varios de los que ocupan el Olimpo de la NBA: Michael Jordan, John Stockton, Kareem Abdul-Jabbar, Robert Parish, Karl Malone y Vince Carter.
Esta primavera basquetbolística le está dando a Manu más satisfacciones que las que imagina y desearía. Asumido como un jugador complementario en el esquema de San Antonio, miles de admiradores hacen fuerza y ya votaron para que el 18 de febrero sea parte del Juego de las Estrellas, esa fiesta de talentosos que ya lo tuvo como protagonista en 2005 y 2011. Es cierto que la franquicia promueve su candidatura mediante una campaña, pero no sería suficiente si Ginóbili no la acompañara con producciones que lo muestran vigente, en las que combina el lucimiento personal con beneficios colectivos.
Con tiempo hasta el lunes 15 para que los aficionados voten por Internet, el argentino está quinto entre los bases y escoltas del Oeste, con más 231.000 sufragios, por delante de Chris Paul, en un rubro que encabeza el incomparable Stephen Curry.
Profesional como lo es, en una etapa de su vida en la que debe compaginar muy bien el esfuerzo y el descanso, Manu hace una lectura que va más allá del orgullo y el prestigio que le implicaría estar en el Juego de las Estrellas. Le consumiría energías en un momento de la temporada en que su equipo afronta la Gira del Rodeo, esa extenuante excursión con varios partidos sucesivos como visitante.
Después de firmar 21 puntos, la misma cantidad que la estrella de San Antonio, Kawhi Leonard, Ginóbili se justificó como podría haberlo hecho un oficinista: “Pude dormir nueve horas y eso no pasa muy seguido viviendo con tres niños. Me sentí muy bien, con mucha energía”. Jugó 19 minutos y 15 segundos, con 4 de 6 en dobles, 3 de 4 triples, 4 de 4 en libres, un rebote, tres asistencias, dos robos, una pérdida y tres faltas. Deslumbró en el tercer cuarto, con 11 tantos consecutivos, incluida una bandeja pasada que lo mostró con una elasticidad mayor que la que podría indicar su documento. Entre el asombro y la ironía, algunos de sus compañeros vienen diciendo que Manu consume grandpa juice (jugo de abuelo) para estar en pleno. Incluso algunos hinchas muestran carteles con la inscripción en el AT&T Center.
Gregg Popovich, muy acostumbrado a relacionarse con Manu mediante el sentido del humor, respondió a los micrófonos: “Lo que sea que esté tomando, yo lo quiero. En serio, tiene que haber una fuente de la juventud en algún lado”.