La movilidad, un reto en todo el mundo
Las medidas que han tomado grandes ciudades para descongestionar sus calles
ferry y bici en nueva york
Un dato define el problema de la movilidad en nueva York: nunca antes tuvo tantos residentes, tantos visitantes y tantos puestos de trabajo. En el último quinquenio sumó tantos empleos como en los últimos 30 años, y el registro de automóviles marcó un nuevo récord en 2015, al superar los 2,1 millones. Dos alternativas a los autos han marcado un giro en el transporte urbano en los últimos años. Una es la ampliación del servicio de ferry, una iniciativa para nutrir el ida y vuelta a Manhattan, el epicentro económico. El otro cambio es el avance de las bicicletas. En 2015, 450.000 personas se movieron diariamente en una bici, casi el doble que cinco años antes. El alcalde anterior, Michael Bloomberg, fue uno de sus grandes gestores, al dejar más de 600 kilómetros de bicisendas en toda la ciudad e inaugurar el sistema de bike sharing citiBike. Rafael Mathus
Ruiz (corresponsal en EE.UU.)
París disuade a los autos
Sus habitantes consideran a París la capital europea del embotellamiento. Todos acusan a la actual alcaldesa de la ciudad, la socialista Anne Hidalgo, de asfixiar con bicisendas y de transformar las arterias en pasajes peatonales. La verdad es que el problema de París no son las bicicletas o las calles para peatones: son los automóviles particulares. Desde el comienzo de gestión, la alcaldía de París multiplica las medidas alternativas y punitivas para disuadir a los automovilistas: las multas de estacionamiento acaban de pasar de 17 a 50 euros. con una superficie de 105.000 km2 y una población de 2.220.000 personas, París propone 3890 km de líneas de autobús, con corredores reservados para hacer más fluida su circulación, mientras que el 100% de la población está cubierta por un excelente servicio multimodal de subte-autobús-tranvía (1,90 euros el pasaje).
Luisa Corradini (corresponsal en Francia)
Roma, congestionada
Transportes públicos malos –los autobuses no pasan nunca y la línea subterránea “no existe”, si se la compara con capitales como París o Londres– y una inmensa cantidad de autos. Esta ecuación ha convertido a Roma en una ciudad donde circular puede resultar un infierno. De hecho, la Ciudad Eterna está en la cima del ranking de las ciudades más congestionadas de Italia y es la número 27 del mundo, según el índice TomTom. Se estima que cada día los romanos pierden 42 minutos de su vida en medio de embotellamientos y que en un año pasan nada menos que 163 horas de su vida en colas. La actual alcaldesa de Roma, la joven Virginia Raggi, del movimiento antisistema Cinco Estrellas, fue electa en junio del 2016 con la promesa de mejorar el transporte público y el caos vial. Hasta ahora, no lo logró.
Elisabetta Piqué (corresponsal en Italia)
san Pablo, multimodal
Con 12 millones de habitantes y 21 millones en el área metropolitana, la ciudad brasileña de San Pablo es la más populosa de América Latina y tiene un complejo sistema de transporte público que combina buses, metro y trenes metropolitanos coordinados entre los gobiernos del municipio y del estado de San Pablo. En cualquiera de estos medios de transporte, hoy la tarifa común cuesta 4 reales (unos 23 pesos), pero a partir de 2004 se empezó a instalar un sistema multimodal a través de una tarjeta electrónica llamada Billete Único, que permite realizar hasta cuatro viajes en bus, metro o tren metropolitano en un período de hasta tres horas a un precio menor que la suma de todos ellos (hoy, a 7 reales). Desde 2013 existen también las modalidades semanal y mensual del Billete Único, que ofrecen una mayor economía al usuario. Alberto Armendáriz (corresponsal en Brasil).
Polución y atascos en madRid
En las fiestas navideñas los madrileños pudieron vislumbrar lo que será el futuro inmediato del tránsito en su ciudad. La emblemática Gran Vía perdió dos carriles para los peatones y por los cuatro restantes solo se permitió circular a autobuses y taxis. A partir de junio, la alcaldesa Manuela Carmena prevé prohibir el tránsito –salvo para los residentes– en todo el distrito centro para reducir la polución que agobia a una ciudad en la que ni siquiera un eficiente sistema de metro, trenes y buses urbanos ha conseguido detener el aumento de la circulación de autos particulares. Durante 2017 se intentaron experiencias piloto en días de alta contaminación, como prohibir el estacionamiento en la calle, bajar los límites de velocidad y peatonalizar avenidas. Pero la presión y los atascos no disminuyen.
Martín Rodríguez Yebra (corresponsal en España)