Los riesgos de la libertad
Son las tres de la tarde y recién ahora me pongo a trabajar. Pertenezco, sin duda, a la gig economy: mis principales ingresos vienen de hasta cinco o seis fuentes distintas. Un diario y otros medios gráficos, una radio, dos universidades nacionales. Me desperté temprano, pero después de meses de andar corta de plata decidí hacer la recorrida de búsqueda y cobro de cheques. la mitad de los cheques que intenté retirar están vencidos. “no viste el mail”, me dicen en Palermo, en San Telmo, en Recoleta. lo vi, pero qué puedo hacer. “Voy mañana, así hoy termino esto”, me digo todos los días. ¿cómo es que siempre estoy trabajando y las cuentas no me cierran?
Soy afortunada. Estoy en condiciones de rechazar trabajos, cuando sospecho que van a ser imposibles de cobrar. los freelancers manejamos mucho ese concepto: “laburos incobrables”.
Disfruto los beneficios de la “economía de kioscos”. Duermo más que cuando trabajaba en una oficina, leo libros en la mitad del día, a veces puedo tomar el té con una amiga y jugar a que no trabajo. Tuve tres empleos de oficina antes de decidir dedicarme al periodismo y a la docencia universitaria, las dos cosas que más me gustaba hacer. como mucha gente de mi edad, toda vez que trabajé en oficina hasta ocho horas por día igual facturé. opté entonces entre una seguridad psicológica y una libertad que en verdad no resultó mucho más riesgosa.
cuando llego a trabajar todavía está adriana, la empleada que trabaja en mi casa. Mira su celular y me dice que no sabe qué hacer: ayer recomendé sus servicios en Facebook y hoy le escribe más gente de la que puede tomar. le digo lo que haría yo: privilegiar a los clientes más grandes, que más trabajo piden por mes, y dejar el chiquitaje. Tomar a Gabriel, padre de familia, y decirles que no a ana y a Tina, solteras de mi edad, que no bien tengan que achicar gastos, te van a recortar. así me organizo yo, al menos. Es gracioso esto de la gig economy: te vas del trabajo de 9 a 17 para “ser más libre”, y a los dos meses ya estás buscando “lo más seguro”. T. T.