Un “manto” de papel para reflexionar sobre la protección de la naturaleza
Matilde Marín desarrolló una serie de trabajos de técnicas orientales; el que dedicó al mar se exhibe desde hoy en Punta del Este
Fue en la década del 90 cuando la artista Matilde Marin (Argentina, 1948), que por entonces dedicaba su producción exclusivamente a la obra gráfica, se propuso un salto a la instalación con la idea de darle monumentalidad al grabado.
Se trató de una exposición dedicada a Shakespeare y La Tempestad, exactamente en 1994, cuando Marín realizó el Manto Rojo de Próspero en la sala del British Art Center de Buenos Aires. Allí surgió la primera obra de esta serie de Mantos que consisten en unos muros tejidos de papel que la artista elabora con técnicas orientales y que, con el paso de los años, supieron transformarse y crecer conceptualmente. Veinticuatro años más tarde, con varios Mantos realizados y concebidos todos como figuras de protección, El Manto del
océano es el elegido para exhibir, desde hoy, en la Galería del Paseo, en Manantiales, Punta del Este (ruta 10 km 164). Y, obviamente, resulta perfecta la ubicación de la galería esteña, cercana a la costa, para exponer y permitir contemplar este muro texturado, sutil y contundente a la vez. Una gran trama azulada que parece despegarse de la pared con leves movimientos accionados por el viento en el papel, generando un leve oleaje, al igual que lo hace en el mismísimo mar. La obra presenta un intenso y vibrante color azul que serena y propone al espectador reflexionar la idea de protección en relación con la naturaleza. “Los pequeños papeles que involucran este Manto remiten a los haikus y se transforman en anotaciones que conservan la huella de preparación del papel”, señala esta artista de extensa trayectoria, que se formó en sus inicios en la Argentina y Suiza.
Grabadora, fotógrafa, videoartista, Matilde Marín es una artista inquieta que viene transitando y cruzando diferentes disciplinas, exhibiendo su obra en reconocidas institucionales culturales nacionales e internacionales. “La última vez que mostré el Manto del océano fue en otra ciudad con mar, nada menos que en Cuba, en el marco de la Bienal de La Habana”, cuenta Marín.
Este Manto del océano se reinventa en cada nuevo espacio que la exhibe, siempre refiere al poder y cuidado de la naturaleza, y además adquiere nuevos significados.