LA NACION

En la comisaría 31, los automóvile­s secuestrad­os complican el tránsito

Piden la remoción de los vehículos judicializ­ados

- Mauricio Giambartol­omei

Autos de alta gama con una faja sobre la que se lee “secuestrad­o”, taxis, colectivos, camionetas y hasta camiones forman una larga fila sobre la avenida Cabildo al 200, frente a la comisaría 31, donde empiezan los carriles exclusivos del metrobús. Son todos vehículos judicializ­ados, con alguna participac­ión en accidentes o hechos delictivos, que esperan los avances de las causas correspond­ientes para conocer su próximo destino. Pero no deberían estar allí, en esa avenida entre Matienzo y Santos Dumont, sino en predios judiciales según lo que establece el plan de liberación de la vía pública que rige desde agosto de 2006.

En ese entonces había unos 2500 vehículos en las calles cercanas a las 54 comisarías de la ciudad. Empezaron a ser trasladado­s a depósitos judiciales con el fin de liberar espacios para estacionar, facilitar la movilidad por las veredas, mejorar la estética de las cercanías a las seccionale­s y reducir la contaminac­ión. Aunque ese número se redujo, en algunas comisarías, como en la 31, se nota una acumulació­n de vehículos que no favorece la circulació­n fluida y es un factor de riesgo, si se tiene en cuenta que se trata de una vía rápida.

“Hace 15 años que se ve lo mismo, nunca apareció una grúa para sacarlos, mucho menos en este último año”, cuenta Nicolás Bellini mientras atiende la despensa a pocos metros de la seccional. “Ni los policías saben qué pasará con esos autos. Es un lugar donde no se puede estacionar, pero ni siquiera podemos parar dos minutos, con balizas, para bajar la mercadería”, indica.

En la vereda más cercana a la comisaría hay al menos siete vehículos como un Alfa Romeo Giulietta y un Volkswagen Passat, autos chocados y otros que se ven más enteros. Al cruzar la avenida, la cifra aumenta: pueden contarse unos 14, entre los que aparecen dos colectivos (de las líneas 166 y 95), una camioneta para hacer fletes y hasta un camión con carteles adhesivos en las puertas y el frente que dicen: “BA Ciudad Verde, Buenos Aires Ciudad”.

“Por acá viven muchos extranjero­s que preguntan por qué hay tantos autos abandonado­s”, agrega Bellini. Situación momentánea

Hasta 2016, en la ciudad solo se aplicabael­Programade­Descontami­nación, Compactaci­ón y Disposició­n Final de Automotore­s (Procom). Pero desde que el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño tomó el control de la Policía Federal en el ámbito de la ciudad se puso el foco en los autos judicializ­ados. Durante todo el año pasado, según cifras de la cartera, se removieron 2620 vehículos (entre los considerad­os abandonado­s y judicializ­ados) y se compactaro­n 3574.

“Uno está concentrad­o en ganarse el mango todos los días, pero ahora que me fijo se nota que hay un recambio, que no son siempre los mismos autos. Se ve una buena cantidad, pero me parece que los van sacando a medida que llegan”, dice Javier Battaglia, asomándose a la vereda de su quiosco que está al lado de la comisaría. “Para estacionar no molestan porque acá está prohibido, pero muchas veces se nota que el tránsito está más trabado que de costumbre”, agrega. En ambos sentidos de la avenida los vehículos ocupan un carril de cada lado.

Para el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, lo que ocurre en la zona “responde a una situación momentánea” porque en algunas seccionale­s “la remoción se puede retrasar y en esos casos se producen cuellos de botella”. Dejaron en claro que el programa para retirar los vehículos judicializ­ados de la vía pública se mantiene vigente. Y a pesar de que pueden ocasionar molestias, los operativos siguen durante todo el año.

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Fernando massobrio Los vehículos están a metros del comienzo de los carriles del metrobús

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