LA NACION

Federer les gana a los jóvenes ya desde el sorteo y el peloteo

El suizo, que en Australia dejó atrás al surcoreano Chung, de 21 años, elige sacar o no según el rival y presiona ya en el calentamie­nto; suele dominar desde el principio los historiale­s frente a los adversario­s top

- Sebastián Torok

MELBOURNE, Australia.– La estrategia se repite cada vez que el partido es frente a un joven. Si Roger Federer gana el sorteo elige recibir, para darle la primera responsabi­lidad al inexperto. Cuando le toca selecciona­r frente a treintañer­os, saca él. El suizo es consciente del respeto que impone en sus rivales. Hyeon Chung, el surcoreano de 21 años que rompió los pronóstico­s eliminando a Novak Djokovic en los octavos de final del Abierto de Australia y llegando a las semifinale­s, salió intimidado a jugar con Federer. Cuando llegó al centro del court, saludó al umpire portugués Carlos Ramos y vio cómo el Nº 2 ganaba el sorteo y que él debía empezar sacando.

¿Qué ocurrió? El suizo le quebró el servicio (en el tercer intento de break point) y se adelantó 1-0. A partir de entonces lo oprimió en cada rincón de la cancha y Chung abandonó, afectado por ampollas en el pie izquierdo, cuando caía por 6-1 y 5-2, en apenas 1h2m.

Federer, de 36 años, además de ostentar una técnica artística y un juego de piernas digno de un bailarín, es sabio y hábil para reconocer los focos de riesgo que aparecen en el circuito. En cada etapa de su carrera intentó marcarles la cancha desde el inicio a las jóvenes promesas. Y lo hacía con más ardor si reconocía en el otro una amenaza. Lo realizó durante mucho tiempo con Juan Martín del Potro, por ejemplo. Siete años mayor que el tandilense, intentaba amedrentar­lo desde la entrada en calor: golpeaba pocas pelotas en el fondo y subía a volear como para que el argentino no tomara ritmo, e indirectam­ente lo atosigaba para empezar el encuentro. “Federer no lo hacía con jugadores contra los que no podía perder salvo que pasara algo raro y jugara muy mal. Pero contra Juan, sí”, contó Franco Davin, entrenador de Del Potro por ocho años. El helvético, además, le marcaba los pasos con fuerza en la cancha, como para que al argentino lo sintiera poderoso.

Del Potro, al que le costaba perderle el respeto deportivo a Federer, logró vencerlo recién en el séptimo partido entre ambos, la final del Abierto de Estados Unidos de 2009. Sin embargo, desde el primero (Wimbledon 2007), el europeo logró hacerlo sentirse muy mal en la cancha; le variaba las alturas y los efectos, y le mostraba sus defectos. En Australia 2009, por caso, lo derrotó por 6-3, 6-0 y 6-0. Una paliza.

El serbio Djokovic (30 años) consiguió derrumbar a Federer recién en el partido número cinco, la definición del Masters 1000 canadiense de 2007. También al escocés Andy Murray (30 años), Roger le ganó el primer choque, en Bangkok 2005. El único fantástico al que el suizo no derrotó en el primer cara a cara es Rafael Nadal (31 años). En el Masters 1000 de Miami 2004, el español triunfó por 6-3 y 6-3. Aquello sería como un anticipo: Nadal domina el historial del clásico por 23-15.

“Roger presiona como ningún otro”, apunta el estadounid­ense Jack Sock (25 años), que está 0-4 ante el ex 1º del mundo; dos de esos partidos fueron en 2017, una temporada fabulosa del norteameri­cano. “Es increíble cómo juega a los 36 años. Todos estamos trabajando duramente para reemplazar­lo un poco, pero no es sencillo”, afirma el alemán Alexander Zverev (20), una de las nuevas joyas. El primer encuentro entre ambos fue en Roma 2016 y ganó Federer: 6-3 y 7-5. Pero el germano se desquitarí­a poco después en una semifinal de Halle.

El canadiense Milos Raonic (27) tardó siete partidos para ganarle a Federer, de Indian Wells 2012 a una semifinal de Wimbledon 2014. Algo peor ocurre con Grigor Dimitrov (26): el búlgaro, muchas veces comparado con el propio suizo, está 6-0 abajo contra uno de sus referentes (Basilea 2013 a Wimbledon 2017). Al austriaco Dominic Thiem (24), Federer le ganó el primer cruce (Brisbane 2016). Lo mismo al francés Lucas Pouille (23), en París Bercy 2014; al croata Borna Coric (21), en Dubai 2015, y al estadounid­ense Taylor Fritz (20), en Stuttgart 2016. A Frances Tiafoe (19), otro estadounid­ense, directamen­te lo demolió en sus tres choques.

“La próxima generación está aquí. Es audaz, poderosa, rápida y emocionant­e. Es el futuro del tenis”, dice Federer. Mañana protagoniz­ará, frente al croata Marin Čilić en Melbourne Park, su 30ª final de Grand Slam. Las nuevas camadas vienen pidiendo pista, pero todavía embisten contra la vigencia de Federer, una leyenda que no pierde el hambre de gloria y que sigue mostrándol­es a todos los rivales que el camino para llegar lejos no será sencillo. Porque, antes, está él.

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Lukas CoCh / DPa La aureola de Federer genera excesivo respeto en sus rivales jóvenes, que se amilanan ante él

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