Dos títulos recomendables, con sólidos elencos: Hermanos de sangre y Los tutores
★★★★ muy buena. libro, letras y música: Willy Russell. adaptación: Marcelo Kotliar. dirección: Alejandro Ibarra y Mariano Taccagni. dirección musical: Damián Mahler. intérpretes: Julia Zenko, Mariano Taccagni, Gonzalo Almada, Magalí Sánchez Alleno, Alejandro Vázquez, Laura Montini, Guillermo Jáuregui, Matías Asenjo, Lali Vidal, Verónica Pacenza, Manuel Di Francesco, Matías Acosta. escenografía: René Diviú. luces y coreografía: Alejandro Ibarra. vestuario: Celeste Bulfoni, sala: Teatro del Globo, Marcelo T. de alvear 1155. funciones: Viernes y sábados, a las 21; domingos, a las 20.30. duración: 140 minutos.
Luego de hacer dos sucesos como Yo amo a Shirley Valentine y Educando a Rita, a principios de los años 80, Willy russell se dio con el gusto de ponerle melodía a un perfecto folletín que transcurre en Liverpool, Inglaterra, entre 1950 y 1985. este melodrama cuenta la historia de dos mellizos que fueron separados por su madre, la señora Johnstone, al nacer. ella trabaja como empleada doméstica en la casa de los Lyons, una familia acomodada de la ciudad. Como el matrimonio no podía tener hijos, la señora Johnstone, le entregó uno de sus mellizos con la promesa de que nunca lo volvería a buscar. ambas madres hicieron todo lo posible para que los niños nunca se encuentren, pero un hecho fortuito hizo que, a los 7 años, Mickey y eddie se crucen y se hagan íntimos amigos: “hermanos de sangre”. a partir de ahí se desencadena un folletín musical que bien podría hacerse en formato de telenovela brasileña. Un melodrama con los mejores atributos del género y dotado de canciones lógicas y vinculantes. russell incorporó la figura de un relator algo mefistofélico que va llevando al espectador de la mano para recorrer la vida de estas criaturas tan disímiles (gran trabajo de alejandro Vázquez). a su vez, Hermanos de sangre sirve para mostrar esa agrietada división entre ricos y pobres. Clases sociales confrontadas por destinos ineludibles. decisiones que se toman por la fuerza de la realidad sin medir las consecuencias y cruzando la superstición como elemento de conflicto.
en su dirección conjunta, Mariano Taccagni y alejandro Ibarra supieron nutrirse del impecable arco dramático trazado por russell (tal vez en la segunda parte queden cabos sueltos en la resolución de conflicto de la señora Lyons, antagonista de la historia). Ya sea en la creativa y ágil puesta como en la puntillosa dirección actoral, la dupla triunfa en un musical dramático que contiene muchas situaciones tiernas, divertidas y atractivas desde lo visual y musical. evitaron con audacia los trazos gruesos e hicieron transitar al elenco en una línea delicada y justa. en la misma sintonía, contaron con un elenco de profesionales de excelencia. al frente está Julia Zenko, en un papel muy complejo. Se calza muy bien el protagónico de la señora Johnstone sin desbordes, con la medida justa en las escenas dramáticas y de comedia. Su voz conmueve, es clara, potente y diáfana a la vez. encuentra un contrapunto intenso y perfecto en Magalí Sánchez alleno –como la señora Lyons–, que alcanzó una gran madurez dramática y remarca en cada trabajo que es una de las grandes intérpretes del género. Mariano Taccagni y Gonzalo almada son precisos al momento de encarnar a los mellizos en su niñez, adolescencia y madurez. excelentes trabajos, al igual que Laura Montini, quien encarna con simpatía y carácter a Linda, amiga y enamorada. el resto del elenco se destaca en conjunto y en individualidades. La escenografía de rené diviú es tan atractiva como funcional. Todas estas cualidades hacen una delicia de este folletín musical.