Martín Slipak ensaya una obra con Gael García Bernal y la semana próxima estrenará la película Recreo
Tan multifacético como talentoso, en estos días ensaya una obra con Gael García Bernal y aguarda el estreno del film Recreo
de pibe, Martín Slipak fue cabo Polonio, suboficial antihurto, en Magazine for fai. en aquel programa de culto actuaba junto a Julieta Zylberberg, Violeta Urtizberea, Martín Piroyansky o ezequiel díaz. ordenando el piberío había gente grossa: nora Moseinco, Mex Urtizberea, alberto Muñoz y Lucrecia Martel.
durante todos estos años, Martín no ha parado de trabajar. o a veces sí porque así son los tiempos que corren. este año tiene dos obras de teatro (Ejercicios fantásticos del yo, en el Coliseo, que protagoniza Gael García bernal, y La tempestad, en el San Martín, con osqui Guzmán, Malena Solda e Iván Moschner), la filmación de su primer corto y el estreno de la película Recreo (junto a Carla Peterson, Fernán Mirás, Juan Minujín, Pilar Gamboa y Jazmín Stuart). “Un actor, como sucede con otros artistas, no solo necesita hacer para vivir, sino que necesita hacer como si respondiera a una necesidad primitiva”, dice en un bar de Villa Crespo en donde solía hacer tiempo para ir al psicólogo.
Hijo de padres psicoanalistas, el año pasado, al cumplir 30 años, escribió en su cuenta de Facebook: “el parto está filmado por mi papá, pero nunca me animé a verlo. es decir, mi viejo estuvo ahí mientras yo salía por la vagina de mi madre, pero prefirió verlo a través de su filmadora Sony 86”.
–En plan de programa de la tarde, ¿habrá algo en ese primer acto de vida frente a una cámara
–en términos generacionales, nuestros padres eran los que querían dedicarse al arte y no pudieron porque sus viejos querían que fueran profesionales. Por eso en mi casa había mucho cine, cámaras, música. Todo ese legado pasó a nosotros.
–A los 7 años le dijiste a tu madre que querías actuar. Nina, tu hija, tiene esa edad. ¿Ya te pidió algo?
–estudia actuación. Quiere hacer
casting de publicidad, cosa que no me hace mucha gracia porque es la versión más terrible y sanguinaria de lo que significa una actuación efectiva. Yo prefiero la falla, a los actores que se permiten equivocarse porque, a veces, eso produce cosas increíbles. aunque lo valore y sepa que la gente lo valora, no me interesa los que están siempre están bien. Me quedo con el que se permite ir al diablo.
Martín tiene otras facetas complementarias a la actuación. Por ejemplo, las historias que publica en las redes sociales o el programa de radio que hizo junto a Marina Glezer y que llamaron Quovadis. “La escritura me salva”, dice en algún momento de la charla. el relato de su padre con la cámara Sony 86 lo escribió para la columna editorial de ese programa. eso fue hasta fin del año pasado. este año seguramente lo más personal será la dirección integral de su primer corto. nada de subsidio estatales y esas cosas. Todo hecho por decreto de necesidad y urgencia creativa.
en estos últimos años hizo escenas escalofriantes en Historias de
un clan (reparar en el minuto 18:40 del capítulo 4), protagonizó la película Cómo ganar enemigos, y actuó en Gigoló y Otelo, en el Teatro regio, entre otros proyectos. antes de esta seguidilla, en 2014, había estrenado su primera obra como director y autor teatral. Se llamó Relato íntimo de
un hombre nuevo. esa obra fue una peculiar y atractiva propuesta, cuyo único personaje era una especie de yuppie de décadas pasadas que, al parecer, poco tiene que ver con él.
“La obra –reconoce– nació de un curso de verano. Yo estaba haciendo una obra posdramática que no me estaba interesando demasiado. al mismo tiempo, estaba sosteniendo una pareja que ya no podía sostener. Vivía muy cerca de una sede de el arte de Vivir cuando, para mí, con la respiración y con sonreír no alcanza; soy más psicoanalítico. en la obra había algo de lo insostenible en ese personaje supuestamente exitoso. Si lo pienso desde la actualidad, con esa cosa de estar bien a toda costa mientras sucede algo de lo insostenible, la obra toma otra dimensión”.
Ejercicios fantásticos del yo es la obra que están ensayando estos días. es la que protagonizará el mexicano Gael García bernal. ahí estará rodeado de un dream team muy heterogéneo: rita Cortese, Fernán Mirás, Vanesa González y Javier Lorenzo. el texto narra 24 horas en la vida del poeta Fernando Pessoa en el cual se cruzan varias líneas de tensión (y, claro, su poesía). “dadas las circunstancias y contenidos que están en juego hoy en el teatro comercial, la apuesta me parece valiosa –apunta sobre este montaje que se estrenará en marzo–. el desafío será encontrar una melodía en común porque somos todos actores muy diferentes entre sí. Y en el medio está rita Cortese, una actriz que tiene una poética tan propia que siempre resuena en el presente”.
el tema de la actuación lo obsesiona. afirma, sin necesidad de pregunta, que la crisis de 2001 hizo que se cambiaran algunos paradigmas, que se generaran corrimientos hacia lo real que terminaron atravesando tanto a la producción audiovisual como a la escénica. “Yo, que venía de un ambiente más comercial, todos esos corrimientos me marcaron –señala quien, al año de esa crisis estructural del país, estrenó Una bestia
en la luna, texto en el que se cruzaban relatos de un genocidio, destierros e ilusiones–. en en el medio de todo eso me casé y fui papá de nina”.
–¿Nina te veía en Educando a Nina?
–a veces, sobre todo me acompañaba a grabar. Lo disfrutó mucho porque la involucré en el proceso, le mostraba cómo se armaba una escena, le presenté a mis compañeros.
–¿Y cómo reaccionaba ante el reconocimiento en la calle y su nombre resonando por ahí?
–Si alguna persona me decía algo haciendo referencia a Educando..., ella, inmediatamente, aclaraba: “nina soy yo”.
Hace unas semanas se encontró teniendo un diálogo insólito con su hija sobre la marihuana, palabra que ella cree haber escuchado en una canción de Calle 13. “Pa, ¿el de Calle 13 marihuana?”, le preguntó nina. “a los golpes se aprende y también se inventan verbos”, escribió luego de contar la anécdota. esos relatos los sube a su cuenta de Fb. ahí mismo, el veranos pasado anunció un taller de actuación que realizó en elefante Club de Teatro. en verdad, lo llamó laboratorio. “Tomo la palabra laboratorio porque no tengo nada para enseñar más que hacer preguntas o sugerir algunas consignas. Y lo hago a la gorra o al sobre, mejor dicho, porque no entiendo de economía y me parece algo demasiado relativo y subjetivo para poner un precio determinado”, aclaró.
“el laboratorio fue increíble. Se me armó algo vinculado con lo representativo. está bueno conocerse para actuar y, luego, generar un equilibrio entre esos dos planos. ¿Ves? Hace unas semanas vi parte de Recreo [la película de Hernán Guerschuny y Jazmín Stuart que se estrenará el jueves] en la que hago pareja de Pilar Gamboa. Salí contento de la sala de doblaje porque había algo de atravesar la escena desde lo real sin forzar nada y, a la vez, colando elementos que no tienen que ver conmigo. es que yo de chico creía que era capaz de hacer todos los personajes posibles. en verdad uno cuenta algo, no el todo; saber eso alivia. Con el tiempo, por alguna extraña razón, me llamaban para proyectos en los que mi personajes tienen movimientos intensos constantes. ¿Ves? Recreo es todo lo contrario. ese pibe no atraviesa un trauma. es simple, llano, sin dobleces”.
Y pone cara de simple, de no tener dobleces desde el bar en el que hacía tiempo para llegar al psicólogo que, hasta hace un tiempo, era el mismo al que iba su padre, el señor de la cámara Sony 86 que lo filmó al nacer.