El sol de Las Vegas y el hielo de Detroit
¿Cuál es el futuro próximo del transporte y la movilidad?
En los últimos meses casi todos los fabricantes mundiales han expuesto planes para electrificar sus gamas de modelos. La mayoría de esos anuncios vaticinan un aluvión de vehículos eléctricos durante los próximos cinco años y algunos aventuraron que dejarán de fabricar autos con motores de combustión. No obstante, en el Salón Internacional del Automóvil de Detroit (NAIAS), que está abierto hasta mañana, no se ve expresado con tanta claridad este nuevo paradigma. Es cierto que en casi todos los stands hay vehículos verdes (híbridos y eléctricos), pero por lo general están a un costado de las figuras estelares. Las luces centrales siguen reservadas, como siempre, para lujosos modelos de alta gama, poderosos deportivos con motores V8 y más grandes, y clásicas y enormes pickups americanas. Como dijo un periodista norteamericano “muchos usuarios creen que sería bueno que el vecino se compre un auto eléctrico mientras ellos continúan con un V8”. Que no se vean en Detroit más autos ecológicos quizás no es culpa sólo de la idiosincrasia. El legendario NAIAS tiene un enemigo íntimo, que se desarrolla una semana antes: el CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas, la mayor exposición de tecnología del mundo. Ese es el espacio principal elegido por los fabricantes de autos para mostrar sus vehículos verdes y sus desarrollos de conducción autónoma, infotainment y otros dispositivos. La pregunta es: ¿Cuál es el futuro inmediato real del automóvil? ¿El que muestra el NAIAS (clásico y petrolero) o el del CES (innovador e hipertecnológico)? Entre los ejecutivos no hay unanimidad. Por ahora, el sol de Las Vegas no parece que derretirá con la rapidez vaticinada el hielo de Detroit.