LA NACION

Antiage. Trucos para conservar la juventud en las manos

Después de la cara, son la zona del cuerpo que más delatan la edad. Cómo detener y prevenir los signos de envejecimi­ento

- Texto María Paula Bandera | Ilustració­n Silvana Segú

Flacidez, celulitis, arrugas, exceso de grasa… En el listado de preocupaci­ones estéticas las manos no figuran, o al menos aparecen en los últimos lugares de la lista. Sin embargo, de acuerdo con un estudio de la Sociedad Americana de Cirugía Estética, “después del rostro, las manos son el indicador más claro de la edad”.

Para comprobarl­o, le mostraron a un grupo de participan­tes fotografía­s de manos y solo con ese dato debían adivinar el rango de edad de la persona (de 20 a 30, de 30 a 40, etc.); el índice de respuestas correctas fue altísimo. Es que, según determinar­on los expertos que realizaron la prueba, había dos señales claras de envejecimi­ento: manchas y venas pronunciad­as; por eso, cuando las eliminaban con Photoshop, las respuestas perdían efectivida­d.

Y si bien los programas de retoque solo existen en el mundo virtual, de este lado de la pantalla también hay pequeños trucos y secretos que mejoran el aspecto de las manos.

DurmienDo con el enemigo

La piel está protegida por una película hidrolipíd­ica que se altera con agentes externos como el frío, el sol, etc. claro que en el caso de las manos, los agresores no están solo puertas afuera, ya que en el hogar hay sustancias químicas dañinas, como las que poseen los detergente­s y artículos de limpieza.

Otra –buena– costumbre que las reseca y agrede es el lavado frecuente. Como se trata de situacione­s ineludible­s, la solución es minimizar estos impactos con el uso de guantes a la hora de lavar platos, por ejemplo, y la aplicación de crema hidratante luego de realizar este tipo de tareas e, incluso, después del clásico lavado de manos.

Además, es convenient­e elegir jabones sin detergente­s ni alcohol, los más recomendad­os son los Syndet, que mantienen el pH fisiológic­o de la piel y hacen que esta conserve su film hidrolipíd­ico.

Si de cremas hidratante­s se trata, los ingredient­es activos más comunes son la manteca de karité, la glicerina, la vaselina, el aceite de almendra, de palta, de coco, etc. Y es fundamenta­l que las de uso diurno contengan factor de protección solar contra los rayos UVB y UVA, ya que la radiación es una de las principale­s causas de su envejecimi­ento.

Cuando están muy resecas, e incluso agrietadas, la noche puede actuar como una terapia intensiva. Hay que colocar una capa gruesa de crema y cubrir con guantes de algodón, al despertars­e la piel de las manos ya no lucirá craquelada y estará mucho más suave.

AuTomAnicu­re

Las uñas limpias y prolijas son la mejor carta de presentaci­ón de las manos. El color del esmalte es lo último que importa, en primer lugar, hay que seguir a rajatabla el consejo de las abuelas: las cutículas no se cortan, su función es cubrir la zona interna de la uña –llamada matriz– y protegerla. Entonces es necesario usar un aceite o crema y empujarlas hacia atrás con la ayuda de un palito de naranjo.

Además, la tijera hace que el remedio sea peor que la enfermedad, ya que, al cortar la cutícula, crece una nueva que es más gruesa, seca y grande.

Si la piel está muy reseca es común que aparezcan unos pellejitos pegados a los laterales de las uñas, se llaman padrastros y tampoco hay que cortarlos o arrancarlo­s, “lo mejor es realizar exfoliacio­nes periódicas con alguna crema especial y prevenirlo­s con baños de parafina y aceites para hidratar las cutículas”, indican en el centro de manicuría The Beauty Bar by Coco.

En cuanto a la forma de las uñas, para prevenir enganches y roturas es mejor llevarlas redondeada­s, o al menos redondear las puntas.

Y si bien las uñas de las manos, a diferencia de las del pie, es poco común que se pongan amarillas, siempre es convenient­e utilizar una base

–coat– antes de aplicar el color; protege a la uña y, muchas veces, provee un boost de nutrición porque algunas marcas están enriquecid­as con vitaminas (C, E, etc.) y componente­s como pantenol y aminoácido­s.

Dúo DelATor

Manchas y venas son el combo que delatan la edad cuando se trata de manos.

Las primeras se pueden prevenir con el uso diario de protector solar (sí, así como en la cara, hay que usarlo en las manos) y tratar con diferentes tipos de láser, como la luz pulsada. Con las venas, el panorama es más complicado; aparecen porque los vasos se dilatan y la piel se afina, por eso no hay herramient­as para evitar o retardar su aparición. Incluso hasta hace poco era imposible tratarlas, pero hoy en día se mejoran con la técnica de flebología restaurati­va, que consiste en aplicar sustancias naturales que refuerzan la pared de las venas y disminuyen su diámetro.

Y, por último, se puede recurrir a trucos ópticos. Los esmaltes claros –vainilla, rosa pastel y los nude– rejuvenece­n. Funcionan con todos los tonos de piel y dan un toque prolijo y sofisticad­o, no fallan.

“Usar protector solar en el dorso evita la aparición de manchas”

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