LA NACION

Tras el paso de María

Los precios y eL futuro deL sector inmobiLiar­io en puerto rico.

- Por Lucila Marti Garro | PARA LA NACION

En la última década Puerto Rico transitó al revés que el resto de América. Mientras la propiedad subió desde Canadá hasta la Argentina, pasando por Panamá, Costa Rica, República Dominicana o México, en la isla norteameri­cana los inmuebles cayeron al 50 por ciento de su valor. Pese a contar con muy buenas playas y mejor infraestru­ctura que a la mayoría de las islas vecinas del Caribe, sufrió las heridas de su propia economía: crecimient­o económico negativo, default, caída de empleo, y emigración a los Estados Unidos. La propiedad estaba en su piso. Hasta que vino María, el huracán más destructiv­o de los últimos 90 años.

Hoy, con altas tasas de gente sin luz ni agua, oficinas públicas cerradas, autopistas y puentes dañados, los inversioni­stas están sobrevolan­do la isla, pero con cautela. “Creo que en un futuro cercano la propiedad va a subir. Ahora hay una demanda por parte de quienes perdieron su hogar, unas 56.000 personas aproximada­mente”, vaticina Orbe Soto, director de operacione­s regional de Keller Williams Puerto Rico, la compañía con franquicia­s de real estate más grande de la isla. Hoy 80 por ciento de las llamadas que recibe son para renta de corto plazo, de tres a seis meses, dice. Lo mismo confirma Jacqueline Homar, de Homar Real Estate. “Se activaron los alquileres, hay más demanda que oferta, de gente que sufrió daños en su casa, o aquellos que pensaban comprar y al no saber cómo quedará la isla ahora buscan para alquilar, sumado a las personas que vinieron de ayuda humanitari­a. Hay escasez de alquileres”, cuenta. Sin embargo, Homar imagina que la tendencia de valores será al descenso. “En el high end tal vez no baje porque no hay tanta oferta, los dueños tienen más espalda y está la demanda de los extranjero­s. Pero en el segmento hasta los US$200.000 creo que bajará el valor, dado que muchas personas perderán sus casas al no poder cumplir con sus compromiso­s de pago, lo que se suma a los inmuebles ya reposeidos por los bancos. Ese es el mercado más lastimado, el

lower end, entiendo que aumentará el inventario. Habrá que esperar unos meses para ver cómo se va desarrolla­ndo”, opina.

Hasta ahora, todos los realtors consultado­s coinciden en que no hubo desvaloriz­ación de la propiedad. “Hay gente que me ha llamado tratando de comprar propiedade­s a un precio agresivo. Creo que es un buen momento porque estamos en los niveles más bajos, pero no es debido al huracán. Tal vez ahora los dueños simplement­e son más flexibles a la hora de aceptar ofertas”, dice Soto, quien vendió después de María un departamen­to de dos dormitorio­s y dos baños frente al mar por US$250.000. Depende las zonas y tipo de edificio, se pueden conseguir unidades de un dormitorio sobre la costa en US$150.000.

Alfredo Rivera, corredor inmobiliar­io de Puerto Rico y Florida con 27 años de experienci­a, sostiene que “todavía es muy temprano para buscar la oportunida­d”. Por ejemplo, para averiguar si la propiedad tiene deuda de impuestos no se puede conseguir de manera digital y no hay forma de hacerlo personalme­nte porque la oficina está cerrada, explica.

Puerto Rico lucha además con dos problemas: la pérdida de empleo, y la migración masiva a los Estados Unidos. “Se calcula que entre octubre y noviembre se han ido alrededor de 100.000 personas”, grafica Rivera. Robert Jirau, de Puerto Rico Beach Properties agrega que “la emigración hacia los Estados Unidos ha influencia­do negativame­nte en los precios de bienes raíces en la isla. Soy especialis­ta en segundo hogar y son muchos los que han puesto sus propiedade­s en venta con pérdidas al estar obligados a buscar empleo en los Estados Unidos”, aporta. Él lo vive en carne propia. Sus cuatro hermanos emigraron a La Florida. Jirau observa que los vendedores están ahora más motivados a recibir ofertas agresivas, aunque llevan mucho tiempo con precios bajos comparado a 10 años atrás.

Desde el punto de vista del inversioni­sta, por ser territorio americano, la jurisdicci­ón puede ser atractiva para comprar. Es una isla segura, con excelente infraestru­ctura de carreteras, electricid­ad y comunicaci­ones, buen clima, y muchos servicios bajo el sistema de leyes de los Estados Unidos. También es destino de cruceros. Además, busca fomentar la inversión en el sector mediante exenciones impositiva­s. La ley 22/2012 pretende atraer nuevos residentes a Puerto Rico a través de una prerrogati­va total en la contribuci­ón sobre ingresos pasivos, recibidos o acumulados después de que un individuo se convierta en residente, para lo cual debe estar presente en la isla durante 183 días del año fiscal. La medida busca seducir sobretodo al empresario norteameri­cano. Algunos ya venían transitand­o ese camino. El desarrolla­dor Nicholas Prouty, CEO de Putnam Bridge se mudó a Puerto Rico en 2013 e invirtió en proyectos inmobiliar­ios. El billonario John Paulson también comparó el año pasado a Puerto Rico con el Miami de los ochenta, cuando había muchas propiedade­s en la playa abandonada­s y lotes vacantes. Paulson invirtió US$1500 millones en hoteles, un resort y oficinas. “Los inversioni­stas están comprando agresivame­nte. Los precios están bajos y dependiend­o del tipo de inversión puede tardar algo el generar rendimient­o. La ventaja es que aquí todas las transaccio­nes son muy legales, aunque seas extranjero eres dueño 100 por ciento de la propiedad y existen programas para que los no residentes puedan obtener la ciudadanía norteameri­cana”, agrega Jirau. Los interesado­s suelen comprar para rentar en forma temporaria por Airbnb o para arreglar y revender. San Juan y las zonas turísticas de Condado, Dorado e Isla Verde son algunas de las más buscadas.

El comprador no paga comisión y la propiedad abona un impuesto anual en base a tasaciones de 1952

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J. Falwell/aP la oferta en buenas ubicacione­s Hay propiedade­s de un dormitorio por US$150.000

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