Mapa de riesgos en Internet
Ranking de los peligros para los adolescentes en el país.
Estar conectados a Internet las 24 horas y exponer online información personal son los principales riesgos a los que están expuestos los adolescentes en el país. Les siguen el exceso de pantallas en la habitación –¡hasta cuatro!– y la creación de perfiles en las redes sociales a edades cada vez más tempranas, de acuerdo con el primer relevamiento nacional de esos hábitos de los estudiantes secundarios.
“Las tecnologías modificaron cómo aprenden, se informan y se relacionan con los demás. Internet tiene un potencial enorme, pero también puede generar situaciones de riesgo”, dijo ayer Roxana Morduchowicz, coordinadora del estudio del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que cuenta con la adhesión de la Unesco.
El año pasado, durante cuatro meses, los delegados provinciales del organismo reunieron información de universidades, organismos públicos y asociaciones civiles para asignar un orden a 14 situaciones de riesgo universales.
“Relevamos problemas internacionales que las provincias ordenaron con la frecuencia con que ocurren”, explicó Heber Martínez, director del Enacom. Con este primer mapa nacional de riesgos, dijo que se buscará crear conciencia digital en la población para un uso seguro y reflexivo de la Red. El próximo paso, según se anticipó ayer, será hacer una encuesta nacional en la que tendrán voz los adolescentes.
Con los datos que envió cada delegado provincial del Enacom, se diseñó un ranking local de vulnerabilidades al navegar que exponen a los más jóvenes no solo a amenazas, sino también a limitaciones en el desarrollo de diferentes capacidades.
“El riesgo aquí es qué pierde un adolescente cuando pasa por estas situaciones”, precisó la coordinadora, que es especialista en cultura juvenil. También dio recomendaciones para cada una de las seis situaciones de riesgo más frecuentes:
Están todo el día conectados a Internet.
Relevamientos locales previos indican que el 70% de los chicos pasan todo el día conectados a Internet, ya sea con la computadora o con el celular. Para Morduchowicz, el riesgo de esa unicidad es que se empobrece el aprendizaje y disminuye el capital cultural de los chicos. “Tienen que poder ir también al cine, la plaza, un museo o el teatro, leer libros. Su tiempo de ocio no puede estar limitado a la tecnología”, sostuvo.
Suben información y fotos personales a la Web.
Prácticamente se podrían reconstruir las actividades de un chico a través de sus posteos en las redes sociales. Su nombre, dónde vive, a qué escuela va o en qué horario practica un deporte o sale y con quiénes comparten información online sin resguardos. “No hay nada 100% privado en la Web. Todos, padres, docentes, pediatras, cuidadores, deberíamos decirles eso a los chicos”, insistió Morduchowicz.
Tienen notebook, computadora, TV y celular en su habitación.
Cuatro pantallas tiene en su cuarto el adolescente promedio en el país. Son verdaderos universos tecnológicos a los que, como se dijo ayer, los padres no entran. “Todos los estudios indican que con esto son mayores el uso de la Red y el tiempo que los chicos pasan en soledad”, dijo la especialista. Su consejo estuvo orientado a los padres: “No hay que equipar la habitación de los chicos con tecnología” y las pantallas deben ubicarse en un lugar común de la casa.
Tienen menos de 12 años y cuentan con un perfil en las redes sociales.
La edad legal mínima para abrir un perfil en las redes es 13 años. Sin embargo, seis de cada 10 chicos de 11 y 12 años tienen uno en la Argentina. Monitorear los contactos de los hijos en la Web fue la recomendación para los adultos.
Duermen con el celular encendido.
Cuatro de cada 10 chicos y adolescentes afirman que nunca apagan el celular. ¿Por qué? “Por si alguien me necesita”, responden en los estudios locales disponibles. “Esto es cada vez más frecuente”, afirmó Morduchowicz, que aconsejó cargar los celulares de noche en un lugar común de la casa, en vez de que los chicos los tengan en el cuarto.
Copian y pegan lo que encuentran online para hacer las tareas escolares.
Esto pone en riesgo la formación de la actitud crítica y la capacidad de reflexión de los adolescentes. “Cuando buscan información en Internet, los chicos usan el primer
link que les ofrece el buscador. No diferencian las fuentes, y la comparación de los contenidos es limitada. Cinco de cada 10 chicos no distinguen entre información y publicidad”, enumeró Morduchowicz. Educarlos en la selección adecuada de los contenidos es lo más aconsejable.
A diferencia de lo pensado, las tres situaciones de riesgo menos comunes que identificaron las provincias fueron hacer compras online sin que los padres sepan, visitar sitios con contenidos discriminatorios o pornografía y acordar encuentros con desconocidos.
El bullying ocupó el 10º lugar entre los 14 riesgos propuestos. Solo en Buenos Aires surgió como un riesgo “frecuente”. Lo mismo pasó con los encuentros con terceros conocidos a través de la Red.
“Lo que cubre cualquier situación de riesgo es estar al tanto de lo que hacen los chicos –insistió Morduchowicz–. Es común que los padres les pregunten cómo les fue en la escuela, pero no qué hicieron en Internet, qué les gustó o no, qué los molestó, los divirtió, los angustió o los enojó. De eso también hay que hablar con los hijos”.
Cuatro de cada diez chicos afirman que nunca apagan el celular
El 70% de los adolescentes pasan todo el día conectados a Internet